La reapertura de “Tóxico” no solo es celebrada por quienes forman el elenco y la producción, sino también por el público que podrá finalmente experimentar esta historia intensa y penetrante. A partir de una narrativa que se adentra en el doloroso reencuentro de una expareja, la obra explora las profundidades de la tragedia personal y colectiva, enmarcada por un inusual evento: la necesidad de mover los restos de su hijo fallecido debido a un derrame tóxico en el cementerio.
El regreso de esta producción al escenario no fue sencillo. Luego de que la pandemia interrumpiera sus funciones en 2020 tras solo seis presentaciones, el equipo artístico se vio obligado a hacer ajustes. “Ahora estamos reestrenando, con un reemplazo por dos meses, que es el de Marcelo Subioto, que la verdad que es un placer tenerlo”, comenta Di Paolo, resaltando la oportunidad única de trabajar con Subioto, quien no solo comparte tablas con Bestelli, sino la vida misma, pues son pareja fuera del escenario.
La elección del texto de Bekemans y su puesta en escena es un proceso que Di Paolo no toma a la ligera. “Lo primero que hago es ponerme como espectador yo cuando leo… elijo obras con las que me pasa eso a mí, que me tocan en algún lugar”, comenta el director sobre su método de selección. Su enfoque hace que cada elección sea genuina, buscando obras que no solo atrapen, sino que mantengan al espectador conectado, sumergido en la realidad ficcional presentada.
El trabajo de actores como Bestelli y Subioto es clave para llevar a cabo este tipo de narrativas complejas con éxito. Di Paolo reflexiona sobre la importancia de elegir actores que no solo sean talentosos, sino capaces de navegar las profundas complejidades emocionales del guion: “Por la complejidad del texto hacía falta para hacerla dos actorazos, porque si no, es muy difícil de llevar esto al escenario”.
Más allá de sus decisiones de casting, Di Paolo destaca un enfoque minimalista en la escenografía y el uso intencionado de la iluminación para apoyar esta narrativa intensa sin distracciones superfluas. “La iluminación entra… de una manera minimalista, acompañando un poco los distintos momentos”, señala el director, resaltando la importancia de que cada elemento escénico resalte, en lugar de distraer, la coreografía emocional entre los actores.
En cuanto a la ausencia de música, una decisión que podría parecer audaz para algunos, Di Paolo ve en el silencio una herramienta poderosa para construir la atmósfera de la obra. “Los silencios en esta obra eran muy interesantes porque eran una manera más de marcar el desencuentro entre los protagonistas”, explica, dando lugar a que el público sienta y viva las tensiones inherentes a la narrativa sin la necesidad de un acompañamiento musical.
El viaje personal de Di Paolo hasta este regreso a las tablas también es digno de mención. Proveniente de un ámbito tan distante como es la economía, sus raíces académicas han contribuido a un enfoque único y apreciativo hacia el teatro y la narración de historias. “Siempre me fascinó eso… empezé de a poco con distintos profesores”, reflexiona sobre su travesía, la cual comenzó como una búsqueda por mejorar su expresión pública y terminó siendo el camino hacia su verdadera pasión.
Con la expectativa del público en mente y una historia que todavía guarda mucho por ofrecer, “Tóxico” se posiciona para ser más que un simple regreso, sino una reafirmación del poder del teatro para resonar profundamente con su audiencia. Como Pablo Di Paolo concluye, su método no solo reside en dar vida a lo que lee sobre papel, sino en transformarlo en una experiencia vivida que pueda resonar auténticamente en el espectador.
Las funciones se realizarán en la sala de teatro El Extranjero, ubicada en Valentín Gómez 3378, y las entradas pueden adquirirse a través de Alternativa Teatral. La reapertura de “Tóxico” ofrece una oportunidad imperdible para el público de ser testigos de una historia que, a través de la tragedia y el redescubrimiento, explora la capacidad humana de enfrentar el dolor y encontrar entendimiento en la superficie tumultuosa del alma.