La Educación en Situación de Emergencia: Denuncias desde el Colegio Bernasconi

La Educación en Situación de Emergencia: Denuncias desde el Colegio Bernasconi

El inicio del año escolar en el histórico Colegio Bernasconi de Buenos Aires se vio empañado por un grave incidente de infraestructura: “un pedazo de mampostería, un cascote, cayó justo sobre la cabeza del padre de la banderada, que estaba ahí sacándole fotos a su hija”, relató Lara, docente de primaria. Este hecho, que envió al padre al hospital con un corte en la cabeza, expone la crítica situación de mantenimiento en una institución educativa emblemática, que alberga no sólo cuatro primarias, sino también jardines de infantes, una escuela de adultos, y la Escuela de Coro y Orquesta de la Ciudad de Buenos Aires.

El Colegio Bernasconi, declarado edificio histórico por el gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, enfrenta una creciente preocupación sobre la falta de mantenimiento adecuado. “El Bernasconi es una escuela con mucha historia… ocupando toda una manzana, tiene un patrimonio insustituible”, destacó Lara, a lo que se añaden múltiples denuncias de deterioro estructural, incluyendo pérdidas de agua y revestimientos en estado crítico.

La respuesta gubernamental ha sido lenta e insuficiente. “Lo que hace el gobierno de la ciudad es lo que suele hacer en todas las escuelas de la capital federal: pone algunos parches”, criticó Lara. Pese a los repetidos reclamos de docentes, familias y autoridades del colegio, la remediación parece relegarse a acciones superficiales, como pintar sobre las goteras, sin abordar los problemas de fondo. Esta respuesta insuficiente no es exclusiva del Bernasconi: “Esta situación que sucedió ahora en el Bernasconi, podría haber sucedido en cualquier otra escuela”, explicó la docente, ejemplificando con una reciente explosión en otra escuela cercana.

El incidente en la escuela 8, a sólo 15 cuadras del Bernasconi, ilustra un panorama preocupante: “Hace dos semanas hubo una explosión en el tablero eléctrico… un obrero resultó herido con quemaduras”. Este colegio aún no ha reanudado sus actividades normales, debido a los riesgos persistentes de seguridad. Una muestra más de cómo la infraestructura escolar en Buenos Aires se encuentra al borde de la emergencia, ante la falta de una estrategia de mantenimiento eficaz y proactiva.

Lara reporta que ni el Ministerio de Educación ni la supervisión correspondiente han ofrecido respuestas claras o soluciones contundentes. “No se acercó nadie del ministerio, no se acercó nadie de la supervisión”, protestó, revelando la frustración de la comunidad educativa que se ha visto obligada a auto-organizarse para lograr acciones mínimas, como la reubicación temporal de clases.

El enfoque puntual del gobierno parece ser, en gran medida, mediático. “La ministra se preocupa mucho en redes sociales, se preocupa mucho en Twitter, en TikTok, en Instagram, pero en la realidad no aparece nunca… no pone los pies en las escuelas”, denunció Lara. Toda una paradoja en una gestión que debería estar a la altura de su responsabilidad frente a los educandos y sus familias, así como a los trabajadores que sostienen las actividades educativas diarias.

El malestar se intensifica ante la percepción de que el Ministerio prioriza la imagen pública por encima de las necesidades reales. “Ellos necesitan decir que empezaron las clases con total normalidad… es muy importante para ellos”, remarcó la docente, sugiriendo que detrás del aparente orden, se esconde una realidad mucho más caótica y desatendida.

Frente a la falta de acción gubernamental, docentes y familias se han visto obligados a movilizarse para proteger a sus comunidades escolares. Abrazos simbólicos y semaforazos son algunas de las medidas que han tomado para visibilizar la situación y demandar una atención urgente. Sin embargo, el desafío persiste y requiere de una solución integral, que debe incluir “las garantías de seguridad mínimas que cualquier espacio público necesita”.

El Colegio Bernasconi y otras instituciones en situaciones similares demandan la atención inmediata de las autoridades correspondientes. Los episodios recientes evidencian una urgente necesidad de revisión y reparación de las infraestructuras escolares en Buenos Aires, para prevenir que las negligencias actuales comprometan la seguridad y bienestar de quienes dependen del sistema público de educación.

La comunidad educativa de la Ciudad de Buenos Aires permanece en alerta, exigiendo la atención que por derecho les corresponde. En un contexto donde la educación debería ser una prioridad, el compromiso con el mantenimiento y gestión de los espacios escolares se convierte en una responsabilidad ineludible para la administración pública, ahora más que nunca.