“Estamos tratando de recomponernos y de reconstruir nuestra identidad”, expresó Ríos, al detallar los objetivos de la campaña que comenzó hace apenas dos semanas. Desde entonces, han convocado a socios, socias y familiares a aportar información que permita generar un archivo exhaustivo sobre aquellos que, en su momento, compartieron el amor por los colores del club y cuya memoria merece ser honrada dentro del mismo.
La actividad se enmarca dentro de la conmemoración de la Semana de la Memoria, y para este sábado, Nueva Chicago ha planificado la realización de un mural en honor a sus desaparecidos. “Vamos a estar realizando un mural que lo va a hacer un compañero nuestro, Leonardo Dapena”, contó Ríos, destacando que este mural busca transmitir el mensaje de que aquellos que lucharon por un país más libre y justo, y que también amaron al club, no serán olvidados.
A pesar de que siempre ha habido intentos aislados por parte de distintas comisiones, esta es la primera vez que el club emprende una campaña fuerte y organizada en esta dirección. “Recién en estos últimos meses nos estamos reencontrando con los compañeros y compañeras”, explicó Ríos, reconociendo los desafíos que presentaron la pandemia y otros obstáculos recientes.
La construcción de este archivo en homenaje a los detenidos y desaparecidos es fundamental para el club. “Queremos poder homenajear a aquellos socios o socias e hinchas que fueron del club”, mencionó, remarcando la necesidad de conservar viva la memoria histórica y el legado de lucha y resistencia de esas personas.
Para Nueva Chicago, llevar adelante esta tarea no es simplemente un homenaje, sino una obligación moral: “Somos nosotros, nosotras, los que debemos continuar y seguir teniendo viva en la memoria lo que pasamos”, sostuvo Ríos. En este sentido, la colaboración con organizaciones de derechos humanos es vital, no solo para legitimar y fortalecer su campaña, sino también para recibir guía y apoyo en tan arduo camino.
La jornada del próximo sábado, que cuenta con la participación de la Coordinadora Argentina de Derechos Humanos, familiares y compañeros de detenidos y desaparecidos, representa un paso importante hacia la reivindicación de aquellos que fueron arrebatados en una época oscura. Más allá de lo simbólico, es una forma de inyectar vida nueva a una historia que busca resistir al olvido.
El club no solo es una entidad deportiva, sino un espacio donde convergen generaciones de hinchas y atletas jóvenes. “Esto hace como sostener la lucha”, afirmó Ríos, refiriéndose al contacto de las nuevas generaciones con la memoria y las historias de su comunidad y su país.
Es fundamental que estas historias se compartan y se discutan, no solo para enriquecer el legado cultural del club, sino también para educar y sensibilizar a las nuevas generaciones sobre los valores de justicia y memoria. Ríos enfatizó la importancia de realizar actividades dinámicas en las que los jóvenes puedan participar y aprender, como las jornadas de muralismo, en las cuales los movimientos del club se hacen bien visibles para todos.
La iniciativa del club es una clara señal de que, a pesar de las aparentes distancias generacionales, la llama de la memoria y la justicia continúa ardiendo. Al crear conciencia y preservar la historia, Nueva Chicago no solo honra a sus desaparecidos, sino que también fortalece los valores fundamentales de su comunidad.
“Busquémoslo, creo que de esa forma se lo merecen, las familias, los que quedan”, declaró Verónica, instando a todos a ser partícipes de este nuevo capítulo en la historia del club. La creación de un espacio donde puedan converger las memorias del pasado y las esperanzas del futuro es un paso clave para mantener la memoria viva y garantizar que las lecciones del pasado no se desvanezcan con el tiempo.
El esfuerzo de Nueva Chicago trasciende el ámbito deportivo y se erige como un ejemplo de responsabilidad social y compromiso colectivo. Es una demostración palpable de cómo un club puede convertirse en un pilar cultural de su comunidad, no solo forjando atletas, sino también ciudadanos comprometidos con la historia y con la causa de los derechos humanos.
En una cultura donde el olvido amenaza constantemente con borrar las páginas más sombrías de la historia, iniciativas como la de Nueva Chicago son las que permiten mantener viva la llama de la memoria, asegurando que el sacrificio de aquellos que soñaron con una patria mejor jamás sea en vano. Con cada pincelada en el mural y cada historia recuperada, el club robustece su identidad y sella un pacto con el pasado, para arrastrarlo visible y vigoroso hacia el futuro.