En medio de una seguidilla de actos de vandalismo contra espacios de memoria en Argentina, el sitio de memoria Virrey Cevallos en el barrio de Montserrat fue violentamente atacado. Las placas que conmemoran a las víctimas del terrorismo de Estado sufrieron agresiones con pintura, en un evidente intento por borrar la memoria de uno de los capítulos más oscuros de la historia argentina. Según lo relató Alba Pereira Lanziloto, trabajadora del lugar, el ataque “no es la primera vez que sucede una cosa así, en un espacio para la memoria”, pero preocupa que venga acompañado de un aumento en acciones similares en otros lugares de memoria.
El espacio Virrey Cevallos, ubicado en una casa de tres plantas que durante la dictadura cívico-militar operó como centro clandestino de detención, fue recuperado por la comunidad en un esfuerzo conjunto de vecinos y vecinas, convirtiéndose en un símbolo de resistencia y memoria. Como explicó Alba, “en los años de la dictadura este sitio fue operado por patotas represivas de la Fuerza Aérea y de la Policía Federal”. La historia detrás del inmueble es tan significativa como el trabajo actual que se realiza en él, centrado en la promoción de los derechos humanos y la preservación de la memoria histórica.
El ataque al Virrey Cevallos es sólo el último de una serie de actos vandálicos ocurridos en vísperas del 24 de marzo, fecha en la que se conmemora el Día Nacional de la Memoria por la Verdad y la Justicia. Pereira Lanziloto señala que estos actos no son aislados y que cada vez se vuelven más frecuentes y audaces: “En este momento viene sucediendo más seguido. Y esta no nos parece menor porque, digamos, primero que tacharon el pañuelo de las madres, ya esto es un hecho gravísimo porque es como querer borrar, eliminar, de la manera que lo hicieron con una cruz, bueno, tachado con una X”.
El espacio Virrey Cevallos ha sido un punto de encuentro crucial para sobrevivientes, familiares y cualquier persona interesada en la lucha por los derechos humanos. Desde su apertura en 2009, tras ser expropiado oficialmente y declarado como espacio de memoria, ha servido como un lugar de sanación y recordatorio. “Desde el primer momento se desarrollan estas actividades, un poco al principio de manera muy espontánea,” relató Pereira Lanziloto. Los vecinos fueron los primeros en dar testimonio de lo que veían o intuían que ocurría en el lugar durante los años duros de la dictadura, y con el paso del tiempo, los sobrevivientes también comenzaron a encontrar en el espacio un sitio donde resignificar sus experiencias.
La agresión reciente enfatiza la necesidad de proteger estos lugares de memoria y reconocer el trabajo vital que desempeñan. Alba hizo un llamado a las autoridades para que se investiguen adecuadamente estos ataques y destacó el apoyo recibido de la comunidad a raíz de los incidentes. “Si no se toman medidas del Estado para que estas cosas no sigan ocurriendo, si no se investiga, etcétera, lo vamos a difundir por todos lados y vamos a tratar de buscar la manera de cuidarnos.”
Entre las reflexiones más profundas de Alba está la preocupación sobre la mentalidad y los valores de aquellos que perpetúan estos actos de odio. Se pregunta “qué tienen en la cabeza estas personas y cómo está proliferando ese discurso y ese pensamiento fascista”. La preocupación no se centra sólo en el acto de vandalismo físico, sino en el simbolismo que encierra y en la creciente visibilidad del negacionismo.
Sin embargo, a pesar de los desafíos, la esperanza y la resiliencia no faltan entre los que trabajan en el Virrey Cevallos. La respuesta a tales ataques es clara y contundente: “todas las veces que lo rompan lo vamos a volver a hacer, las baldosas, las placas, etcétera, y colocarlas”. Esta afirmación refleja un compromiso inquebrantable de mantener viva la memoria histórica y honrar a las víctimas del terrorismo de Estado.
Para quienes deseen apoyar o conocer más sobre el espacio Virrey Cevallos, Alba invita a acercarse. El lugar está abierto al público, y frecuentemente recibe escuelas, grupos universitarios y organizaciones sociales para participar en actividades culturales, pedagógicas y políticas. También mencionó los canales de contacto para quienes deseen manifestar su solidaridad o involucrarse más activamente: “tenemos un Facebook que es Birrey Cevallos Espacio para la Memoria, tenemos Instagram, tenemos un correo también, un correo electrónico que nos pueden escribir”.
Concluyendo la conversación, Alba Pereira Lanziloto enfatizó la importancia de la memoria activa y participativa: “la verdad que cada vez somos más y seremos más y mejores en esta construcción, en esta construcción de la memoria que es de todos los días y no podemos descuidar.” En un momento donde el negacionismo y el olvido intentan ganar terreno, espacios como Virrey Cevallos siguen siendo bastiones fundamentales en la lucha por la verdad y la justicia.