Luzuriaga Club Social: Un refugio cultural en el corazón de Barracas

Luzuriaga Club Social: Un refugio cultural en el corazón de Barracas

El Luzuriaga Club Social no es un club de barrio más. Su corta historia de “cinco años, barra tres”, como lo describe Mónica, incluye dos años silenciados por la pandemia. A pesar de este contratiempo, el club ha logrado solidificar su presencia en la comunidad, integrando la cultura local y generando nuevas oportunidades para los residentes.

“Nosotros veníamos de Palermo, con todo el sueño de abrir esto, y no teníamos ni idea del conocimiento del barrio, de lo que era la cultura de Barracas”, explica Szalkowicz, destacando la importancia de la colaboración con los vecinos en la creación de una identidad compartida. “Yo diría que son el alma mater ellos del espacio, sobre todo algunos que colaboraron muchísimo al principio, y también nos fueron dando la identidad”.

El club ofrece una amplia gama de actividades que incluyen música popular en vivo, teatro, clases de murga, ferias, y actividades inclusivas para niños, jóvenes y adultos mayores. Además, se puede ver una mezcla de tradiciones locales y modernas en los murales que adornan el lugar, presentando figuras emblemáticas como Maradona, Houseman y Goyeneche. Este esfuerzo por integrar el arte visual es un evidente reflejo del compromiso del Luzuriaga Club Social con la cultura popular.

Entre los diversos eventos y talleres que se ofrecen, uno de los objetivos más ambiciosos del club es fomentar alianzas con instituciones educativas y artísticas, como el centro de Filosofía y Letras que opera en la cercana Estación Buenos Aires. “Nosotros tratamos de hacer alianzas con el Centro de Filosofía y Letras, y a través del Gobierno de la Ciudad con el pase cultural, que permite que estudiantes entre 16 y 19 años puedan tener acceso a la cultura”, comenta Mónica entusiasta.

Asimismo, enfatizan la importancia de revitalizar la vida diaria del barrio con iniciativas que promuevan la interacción y la cohesión social más allá de lo cultural, como los clubes de caminadores y talleres de ascolto. “Lo lúdico es el nuevo motivo de encuentro y así debe ser”, asegura Mónica, subrayando que incluso el café que ofrecen es más que todo una “excusa” para generar encuentros.

El club también ha logrado establecer una conexión vital con el panorama cultural más amplio de la ciudad gracias a diversos programas de apoyo y financiación. “Ganamos en el 2018 funcionamiento de espacios culturales, y la verdad, te soy sincera, yo ni siquiera sabía de qué se trataba muy bien,” dice Szalkowicz sobre el apoyo crucial recibido por el fondo metropolitano y otros programas de la ciudad. “El año pasado fue fundamental, porque ganamos Vivamos Cultura en Línea Exhibición”.

Más allá de ser un punto de encuentro local, el Luzuriaga Club Social también se ha propuesto atraer a turistas internacionales, una iniciativa que ya ha mostrado sus primeros frutos con actividades como clases de tango para visitantes extranjeros. “La idea es fundamentalmente esta,” afirma Szalkowicz sobre su estrategia de incluir al Luzuriaga en el circuito turístico de Buenos Aires.

El camino recorrido por el Luzuriaga Club Social en sus primeros años no solo es un testimonio de la resistencia y el potencial de los clubes de barrio, sino también un ejemplo de cómo la cultura puede servir como un puente entre diferentes comunidades e historias. A pesar de los desafíos, el club sigue adelante con una visión clara de futuro, impulsada por el deseo de mantener vivas las tradiciones y adaptarse a las nuevas circunstancias culturales y sociales.

Para aquellos interesados en sumarse a esta vibrante comunidad, Mónica extiende una invitación abierta: “Queremos estar abiertos todo el día, así que… los esperamos con todas las ganas”. Es un llamado no solo a disfrutar de las instalaciones y actividades del club, sino a formar parte de una comunidad que afirma con orgullo sus raíces mientras se abre al mundo.

El Luzuriaga Club Social es, sin duda, un ejemplo moderno de la rica tradición de los clubes de barrio de Buenos Aires, esos espacios donde la cultura, la historia y el sentido de comunidad se entrelazan para crear algo verdaderamente especial. Allí, la magia del barrio sigue viva y promete no extinguirse jamás.