Revelando la Grieta: Una Mirada Histórica y Actual sobre su Uso Político

Revelando la Grieta: Una Mirada Histórica y Actual sobre su Uso Político
La Grieta a lo Largo de la Historia

Para comprender el concepto de la grieta en su totalidad, es esencial dar un paso atrás y mirar el contexto histórico que lo acompaña. “Ya Belgrano molestaba un poco al poder real con sus aspiraciones industrialistas”, recuerda Sotile. Incluso después de la Revolución de Mayo, las diferencias de opinión persistieron, siendo parte del tejido natural de las sociedades humanas desde tiempos inmemoriales. La mencionada grieta no es simplemente un fenómeno contemporáneo; ha sido parte integral de las discusiones sobre cómo llevar adelante la estructura social y económica de los pueblos.

Sotile sostiene que las grietas son presentadas a menudo como algo negativo. Sin embargo, enfatiza que “la unidad o la solidaridad entre seres humanos no requiere necesariamente que exista un pensamiento único entre ellos”. La diversidad de pensamiento no debería ser vista como una amenaza, sino como una oportunidad para enriquecer el diálogo social y político. Esto es un claro llamado a no temer a las diferencias de opinión, sino a verlas como el producto natural de sociedades complejas y multifacéticas.

La Grieta en el Discurso Político Contemporáneo

En el ámbito actual, la grieta ha tomado una forma diferente, siendo utilizada como herramienta política en el día a día. Cristina Sotile observa que a menudo se construyen enemigos o figuras indeseables del otro lado de la grieta. “Ante la idea de grieta siempre hay un malo, hay una construcción de un enemigo”, explica. Esta construcción no solo deshumaniza al otro, sino que fomenta actitudes autoritarias e intolerantes, donde se invalida y ridiculiza cualquier pensamiento disidente.

La preocupación, según Sotile, radica en la manipulación del discurso para tergiversar el sentido original y promover intereses específicos. La reflexión debe ser más profunda al considerar que “plantear que la multiplicidad ideológica o de pensamiento ya es de por sí algo malo, es instalar una idea que no es buena”, advierte. La perspectiva autoritaria quiere hacernos creer que cualquier dissent o desacuerdo es inherentemente perjudicial, cuando históricamente, las sociedades han avanzado precisamente a través del debate y la diversidad de pensamientos.

El Caso de la Ciudad de Buenos Aires: Coherencia y Discursos

En su columna, Sotile menciona específicamente ejemplos actuales provenientes de la administración de la Ciudad de Buenos Aires, donde la aparente coherencia entre discurso y acción es cuestionable. Advierte que el discurso debe ser coherente, es decir, libre de contradicciones internas. “La coherencia significa que la persona sea consecuente con el discurso emitido”, dice.

Por ejemplo, la implementación de políticas durante la pandemia, como la propuesta de clases presenciales sin los recursos tecnológicos prometidos, resultó ser un fracaso evidente. Esto, según Sotile, es un ejemplo de “una actitud de me opongo a todo” que no se sostiene ante un análisis crítico más profundo.

El Debate sobre Impuestos: Un Ejemplo de Narrativa de Grieta

Otra área donde la grieta se manifiesta con fuerza es en el discurso político y económico, particularmente en torno al debate sobre impuestos y la distribución de la riqueza. Sotile analiza un caso puntual: el impuesto a la renta inesperada, criticado ferozmente por ciertos sectores mediáticos y políticos. El rechazo y la reacción negativa a esta medida, que busca redistribuir una porción de las ganancias extraordinarias de los que acopian bienes como el grano, reflejan una narrativa polarizada.

Sotile observa que el concepto de impuestos justos y redistributivos no es algo inventado en Argentina, sino una consideración global que incluso organismos como el FMI han respaldado. “Esta no es una idea loca que se les ocurrió en un bar a Alberto y Guzmán”, explica, subrayando que es una política económica recomendada por expertos para lidiar con los efectos adversos de la pandemia y otros desafíos económicos. Sin embargo, la cobertura mediática y la presentación del tema pueden estar sesgadas, reflejando y perpetuando la grieta en lugar de contribuir a un diálogo más equilibrado y matizado.

El Rol de los Medios y la Información

La concentración mediática juega un papel crítico en cómo se moldea y presenta la realidad a los ciudadanos. Sotile lamenta que la mayoría de las personas no busque más allá de lo que Google ofrece en las primeras páginas de resultados. “El uso del vocabulario no es inocente”, comenta, añadiendo que muchas veces las narrativas están dirigidas a perpetuar ciertas percepciones y prejuicios. Esto subraya la necesidad de verificar la información a través de múltiples fuentes, un principio fundamental del buen periodismo y de la responsabilidad ciudadana.

En conclusión, la conversación sobre la grieta va más allá de simples desacuerdos o divisiones. Es un reflejo de nuestra historia, de nuestros sistemas de poder y de las maneras en que elegimos, o nos vemos forzados, a participar en la vida política y social. Al reconocer la grieta, no como un término peyorativo ni como una simple separación, sino como una manifestación de la diversidad de pensamiento y experiencia humana, podemos avanzar hacia una sociedad más equitativa y comprensiva. Como bien señala Sotile, no se trata de temer a la grieta, sino de entender la riqueza que aporta a nuestro tejido social complejo y en constante evolución.