Un Grito por el Arbolado Urbano: ¿Por qué No Podemos Ignorar la Destrucción Silenciosa de Nuestros Espacios Verdes?

Un Grito por el Arbolado Urbano: ¿Por qué No Podemos Ignorar la Destrucción Silenciosa de Nuestros Espacios Verdes?

En una reciente discusión llevada a cabo en la legislatura, expertos en arbolado se reunieron para arrojar luz sobre el por qué esta práctica no solo es innecesaria, sino dañina. La reunión, organizada por la institución Basta de Mutilar Nuestros Árboles, convocó a profesionales como un ingeniero agrónomo y una técnica en arboricultura, quienes coincidieron en que “no es necesario esto de la época de poda” para el arbolado urbano. Esta práctica, de hecho, está basada en “criterios que vienen del cultivo frutícola” y no de una gestión urbana sensata.

El Despertar de una Conciencia Colectiva

La conferencia reveló información crucial que promete cambiar la manera en que percibimos y cuidamos nuestros árboles. Resulta que la poda frecuente acorta la vida útil de los árboles, un hecho que contrasta con el objetivo de “conservar el porte natural del árbol”. La gestión responsable del arbolado no se trata solo de mantener el tamaño de la copa, sino también de preservar su forma natural, necesaria para el equilibrio del árbol.

Pero, ¿qué factores impulsan esta poda desmedida? Los dos obstáculos principales son claros: “la comercialización de la poda, por parte del gobierno de la ciudad”, y la “falta de información de muchos vecinos”. Los problemas que los árboles podrían causar, como hojas en las veredas o raíces que levantan las baldosas, son menores comparados con los beneficios que proporcionan en términos de calidad del aire y cambio climático. En palabras de los expertos presentes, estos inconvenientes son “nimias”, y la solución pasa más por la educación y la toma de conciencia que por la eliminación del problema.

La Justicia Da un Paso al Frente

En un desarrollo prometedor, un reciente fallo del juez Schreiber del poder judicial local ha reforzado la necesidad de proteger el arbolado público. Respondiendo a un intento del gobierno de declarar inconstitucional una orden que suspendía las podas, el juez dictaminó que no realizar estas prácticas abusivas es “reconstitucional porque si no se atenta contra la calidad de vida de los ciudadanos de Buenos Aires”. Este fallo subraya la prioridad de “la salud y la existencia del árbol”, lo que representa un paso significativo hacia la preservación de nuestros espacios verdes.

Además, el fallo incorpora una novedosa medida respecto a las luminarias urbanas. Se argumenta que, en vez de podar los árboles para mejorar la iluminación callejera, las empresas deberían instalar “iluminarias a mediana altura”. Esta solución respeta tanto la necesidad de iluminación como la integridad del arbolado y es un modelo que debería considerarse en otras ciudades del mundo.

La Amenaza Invisible: La Expulsión de los Árboles y la Gentrificación

Más allá de ser una simple cuestión ambiental, la remoción de árboles revela un potencial problema urbanístico en Buenos Aires. La desaparición de árboles en esquinas específicas, como sugiere la interlocutora, podría ser “peor de lo que vos te imaginabas”. Según explica, esta remoción está vinculada con el actual “código de planeamiento” que permite la construcción de desarrollos inmobiliarios altos en esquinas, lo que indirectamente incrementa el valor del suelo en las áreas contiguas.

Este tipo de desarrollo inconsulto no solo amenaza el arbolado, sino que también fomenta “la expulsión de la población de la ciudad de Buenos Aires” a través de un proceso conocido como gentrificación. Tan pronto como las propiedades de menor altura se ven rodeadas por torres, aumenta la presión económica y social sobre los residentes actuales, potencialmente forzándolos a irse y cediendo lugar a proyectos más lucrativos que no necesariamente consideran la vida comunitaria.

Cultura y Naturaleza: Un Patrimonio a Proteger

Junto con la agresión ambiental, otra faceta de los desafíos que enfrenta la Ciudad Autónoma de Buenos Aires es la resistencia a reconocer y preservar sus patrimonios culturales, tal como ilustrado por la eliminación de un “mural en homenaje a Leonardo Fabio” en el barrio de San Telmo. El mural, que llegó a ser “declarado de interés cultural por la ciudad”, desapareció misteriosamente, con afirmaciones gubernamentales de que fue “retirado para preservarlo”. Sin embargo, la localización del mural es desconocida, y la comunidad local está decidida a encontrar respuestas.

Esto refleja una tendencia preocupante hacia la homogeneización cultural y ambiental en una ciudad que debería celebrar su diversidad e historia. En respuesta, los vecinos de San Telmo mantienen la esperanza de repintar el mural desaparecido, reafirmando que su identidad y espacio cultural no deben ser borrados ni subestimados.

Preservación: El Compromiso del Futuro

La realidad actual subraya la necesidad urgente de revaluar cómo manejamos y protegemos tanto nuestros espacios culturales como naturales. Como ciudadanía, hay un papel que todos podemos desempeñar en la protección proactiva y restauración de estos elementos esenciales en nuestro entorno urbano. La destrucción silenciosa de nuestro arbolado y nuestras formas de expresión cultural no solo disminuye la belleza de la ciudad, sino que también plantea preguntas sobre la dirección de nuestras políticas urbanas y comunitarias.

Tal como nos recuerda nuestra voz experta, “uno sale con esa carpetita, con los fallos de la justicia, y dice, perdón, perdón, ¿quién es el encargado de la obra?…” Este es el espíritu de la defensa activa: utilizar el conocimiento y la documentación como herramientas para exigir transparencia, acción y respeto hacia nuestra herencia urbana y ambiental. El compromiso con el árbol no es solo un compromiso con el medio ambiente, sino con el alma misma de la ciudad que llamamos hogar.