Los De Imaguaré, que significa ‘los de antes’ en guaraní, es un grupo originado en la ciudad de Mercedes, Corrientes, durante la segunda mitad de la década de 1970. Fue creado gracias a la inspiración del bandoneonista y compositor Joaquín Adán Sheridan, y del cantante, glosista, autor y compositor Julio Tomás Cáceres. Julio Cáceres recuerda aquellos inicios con una mezcla de gratitud y nostalgia, mencionando: “Amigos, fundamentalmente amigos. Nosotros hemos sido un grupo muy bendecido por Dios en primer lugar y con la amistad”.
Desde su formación, la esencia de Los De Imaguaré ha sido cantar “desde la memoria hacia la esperanza”. Este enfoque se ha mantenido intacto a lo largo de los años, a pesar de los cambios naturales que la vida trae consigo. “Acá pasó la vida, pasó la muerte. Y bueno, así fue, modificándose. Pero lo que no se modificó en Imaguré es la esencia”, relata Cáceres, asegurando que los valores fundamentales del grupo seguirán vigentes en el futuro.
Trayectoria Musical y Significado Cultural
Los De Imaguaré se han dedicado a enriquecer el chamamé, un género que tiene grandes exponentes y es parte esencial del folclore argentino. Julio Cáceres, cuya conexión con la música está entrelazada con su historia familiar, recuerda con cariño cómo la música siempre estuvo presente en su vida: “Mi abuelo era guitarrero, mi padre solía bercear. Y en mi casa, una guitarra nunca estuvo por estar”.
El chamamé ha sido reconocido a nivel mundial, y en 2020, la Unesco lo declaró Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad. Este reconocimiento no sorprendió a Cáceres y su grupo, quienes han trabajado incansablemente para elevar y expandir el alcance de esta música. “Trabajamos para eso. No por la Unesco, sino por un reconocimiento de nuestro país en principio, y después de toda una gran región Chamamecera”, comenta Cáceres, destacando el valor que el chamamé aporta tanto cultural como espiritualmente.
Una Familia Musical
Los De Imaguaré son más que un conjunto de músicos; son una familia. La permanencia de Julio Cáceres desde el inicio está ahora acompañada por su hijo, Nicolás Cáceres, y jóvenes talentos como Nicolás Cardoso en el acordeón. Estos jóvenes representan la nueva generación chamamecera que sigue manteniendo viva la esencia del grupo. “Nicolás lo va a mantener en los próximos 45 años”, afirma confiado Cáceres.
La relación entre sus miembros no solo se basa en el legado musical, sino también en una comunión de valores y amor por el chamamé. El grupo continúa formando un puente entre el pasado y el futuro, con una música que es tan relevante hoy como lo fue hace más de cuatro décadas.
La Globalización del Chamamé
A lo largo de los años, Los De Imaguaré han visto cómo la música, al igual que la cultura, se globaliza, se transforma y se integra. Esta idea se refleja pintorescamente en una observación cotidiana: “El mate que es una palabra chicha, con la hierba que es guaraní y el termo que es inglés. Eso es lo que se llama la globalización, la integración de las culturas”, señala Cáceres. Es un reflejo de cómo la tradición y la modernidad pueden coexistir, al igual que en su música.
En este tour, el grupo no solo planea deleitar al público con sus canciones icónicas, sino también acercar el chamamé a nuevas audiencias, fomentando un sentido de conexión cultural que trasciende fronteras.
Futuro Prometedor
Los De Imaguaré no solo miran hacia atrás con orgullo, sino que también miran hacia adelante con esperanza. Con el firme propósito de seguir difundiendo el chamamé, se embarcan en su gira “Nuestro Tiempo Azul”. Esta serie de conciertos no solo conmemora sus 45 años de historia, sino que también reafirma su compromiso con la música y el legado cultural.
En palabras de Cáceres, lo que se ofrece es un viaje significativo que apela al “sentido de pertenencia, al amor y a la fe”. Como guardianes del chamamé, Los De Imaguaré continúan su travesía con la determinación de aquellos que saben que el mañana está por escribirse, pero que la esencia siempre perdura.
Con su actuación en el Teatro Ópera y la gira que sigue, el grupo se asegura de que la llama del chamamé siga brillando intensamente, asegurando que “los de antes” siempre tengan un lugar en el presente y futuro de la música.