La Minga de Boedo: Un Espacio de Comunidad y Cultura en el Corazón de Buenos Aires

La Minga de Boedo: Un Espacio de Comunidad y Cultura en el Corazón de Buenos Aires
Un Legado Comunitario y Cultural

Desde su fundación, el Club Cultural Laminga se ha caracterizado por ser un centro donde el “hacer colectivo” toma protagonismo. “La Minga es un nombre relacionado con una voz quechua que significa hacer entre todos”, explica Julián. Este espíritu de cooperación se materializa también en la “Minga de la Minga”, una actividad donde se convoca a la comunidad a reunirse para embellecer y reparar la casona que alberga el centro. Esta iniciativa no solo convierte el espacio en un lugar más acogedor, sino que también fortalece los lazos entre quienes participan.

Al ser un lugar tan arraigado en Boedo, la relación con el barrio resulta fundamental. Julián destaca que “primero es conectar con el barrio. Tener buen vínculo, hacerse conocer”, estableciendo una base sólida de apoyo local que con el tiempo se ha extendido más allá de las fronteras barriales gracias a actividades como el famoso festival “Los Mingueros”, que atrae a gente de todos los barrios de Buenos Aires.

Superando la Pandemia y Encontrando Nuevas Formas de Crecer

El desafío que representó la pandemia fue significativo para Laminga, como lo fue para cualquier espacio cultural. La repentina necesidad de cerrar las puertas físicas los llevó a encontrar nuevas maneras de mantenerse activos y seguir contribuyendo a la vida cultural. “Nos reinventamos bastante, estuvimos haciendo propuestas virtuales, streaming”, detalla Julián sobre los tiempos difíciles. Aunque la virtualidad no se tradujo en el mismo nivel de ingresos, permitió mantener viva la llama de la cultura comunitaria. La modalidad de talleres también se adaptó, aunque con retos particulares como “los talleres de música que eran casi imposibles por el delay” inherente a las plataformas virtuales.

A pesar de estas dificultades, Laminga logró salir adelante y retomar lentamente sus actividades presenciales, hasta llegar a la actualidad donde, como Julián indica, están “trabajando a full” con la programación completa de jueves a domingo y un abanico de talleres disponibles.

Talleres para Todos: Un Reflejo de Diversidad y Accesibilidad

El abanico de talleres que ofrece Laminga refleja no solo un compromiso con la diversidad cultural, sino también un enfoque inclusivo que busca no dejar a nadie fuera por limitaciones económicas. “Nosotros nos manejamos con la política de valor sugerido”, comenta Julián, explicando que este sistema permite a las personas pagar lo que pueden, asegurándose de que el factor financiero no sea un impedimento para participar.

La oferta es variada y pensada para todas las edades: desde yoga y tai chi, pasando por artes visuales, talleres de danza y música, hasta teatro y más. “Estamos bastante contentos con las propuestas”, menciona Julián, quien ve como un deseo a futuro el contar con “otra sala grande para poder duplicar las propuestas de manera simultánea”.

Un Llamado a la Comunidad: Sosteniendo el Espacio a Través de la Participación

Un aspecto fundamental para la continuidad de Laminga es el apoyo comunitario. Julián hace un llamado a aquellos que quieran involucrarse más a hacerse socios del centro. El costo es casi simbólico, pero vital para mantener el espacio operativo. “Es una manera de aportar a la casa”, afirma, recordando también que la comunidad puede apoyar asistiendo a los espectáculos o participando en talleres.

Además, Laminga se ofrece como un espacio accesible para alquilar, dando oportunidades a diferentes actividades como espectáculos, fiestas o ceremonias. Incluso organizan ferias de emprendedores bajo el nombre “La Dominga”, que tienen lugar una vez al mes, junto a otras actividades culturales como muestras de arte que se renuevan mensualmente.

Actividades y Propuestas: Un Espacio de Expresión e Innovación

La diversidad de actividades en Laminga es uno de sus puntos fuertes, con eventos que van desde noches de samba y Tango Queer hasta noches de juegos, demostrando su compromiso con la celebración de la cultura en todas sus formas. Estos eventos invitan no solo a la comunidad local, sino también a visitantes de otros rincones a disfrutar de un espacio donde la expresión artística y cultural es siempre bienvenida.

En resumen, el Club Cultural Laminga no es solo un lugar para talleres y eventos; es un punto de encuentro donde la cultura, la comunidad y la colaboración se entrelazan para crear un ambiente vibrante y acogedor. Julián y su equipo continúan trabajando para que este espacio siga siendo un bastión de creatividad y apoyo comunitario en el corazón de Buenos Aires. Visitarlo es una forma de conectarse con esta rica tradición de trabajo en común, y ser parte de algo que, como su nombre lo indica, nace y crece desde el esfuerzo conjunto.