Un movimiento artístico que crece
Carlos Sainz, arquitecto e integrante del equipo organizador de Croquiseros Urbanos, explica cómo nació esta iniciativa en la ciudad porteña. “Esto comenzó en el 2010, hacia fines del 2010”, relata, señalando que “Roberto Sangella, que es el fundador, convocó a otros colegas a dibujar en La Boca, en La Vuelta de Rocha”. Esta actividad, inspirada en una tendencia global conocida como `urban sketches`, fue ganando adeptos que, de a poco, transformaron una simple invitación en un evento mensual que no ha parado de crecer desde entonces.
El 2015 fue un año significativo para el grupo, ya que la Legislatura de Buenos Aires declaró su actividad como de interés cultural. Y más recientemente, en 2023, la Fundación Conex los distinguió con el diploma de mérito en el rubro Colectivos Artísticos, destacando su contribución a las artes visuales.
La rutina del croquis
Para aquellos interesados en asistir a una de estas salidas mensuales, Sainz explica que el procedimiento es sencillo. “Se elige un lugar” y los participantes se reúnen “en un determinado horario, en un plazo de tres horas”. La próxima reunión ya tiene lugar: el sábado, en el Hipódromo de Palermo. Cada persona, con técnicas libres y sin requerimientos específicos, capta lo que más le llama la atención del lugar. Desde edificios emblemáticos hasta rincones menos conocidos, la ciudad se dibuja a través de diversas miradas y estilos, utilizando materiales que van desde el lápiz y la tinta hasta la acuarela y la tablet.
“Después de las tres horas, nos juntamos a mostrarnos los dibujos”, explica Sainz, describiendo el evento como una “mini exposición”. Este despliegue de arte efímero y colaborativo es seguido por un momento de socialización en el cual los croquiseros se reúnen a tomar café, compartiendo impresiones y experiencias.
Técnicas y herramientas usadas en Croquiseros Urbanos
Aunque no hay requisitos específicos sobre el formato o la técnica de los dibujos, Sainz comenta que prevalecen la tinta y la acuarela, donde “lo hacía con lapicera, con marcadores, y después con pincel para darle color”. Pero también hay espacio para la innovación digital, ya que algunos participantes optan por capturar su visión del urbano escenario usando una tablet, mostrando así cómo la tradición y la modernidad pueden convivir en una expresión artística.
El impacto de Croquiseros en la comunidad urbana
Además de ser un ejercicio lúdico y artístico, los Croquiseros Urbanos han intervenido en causas puntuales a través de sus dibujos. Por ejemplo, se han unido a iniciativas como “Basta de mutilar árboles”, donde sus croquis se centraron en retratar la poda indiscriminada en la ciudad —una manifestación artística que busca generar conciencia sobre cuestiones ambientales.
Otra intervención significativa fue su participación para dar visibilidad al estado de abandono del Pabellón del Centenario, ubicado en Palermo. Al documentar y difundir estos sitios olvidados o maltratados, el colectivo contribuye a resaltar la importancia de estos espacios en la identidad cultural y arquitectónica de Buenos Aires.
La expansión internacional del movimiento
Los croquiseros no limitan sus actividades a Buenos Aires. Sainz menciona salidas a otras ciudades como La Plata, Rosario, y Mendoza; incluso han cruzado fronteras para eventos en Uruguay, Chile y Cuba. Estas excursiones no solo amplían el alcance del colectivo sino que también enriquecen el intercambio cultural y el aprendizaje compartido entre artistas de diferentes contextos.
Cómo participar
La esencia de Croquiseros Urbanos radica en su apertura y accesibilidad. No se necesita ser un artista profesional para unirse; cualquier entusiasta del dibujo puede integrarse al grupo y compartir su perspectiva única de la ciudad. Las citas mensuales se publican en su blog y redes sociales, donde también se pueden ver los trabajos realizados en cada salida.
Con su próximo encuentro ya programado para el 15 de octubre en el Hipódromo de Palermo, los Croquiseros extienden su invitación a todo público para unirse a esta celebración mensual del arte y la ciudad. Como menciona Sainz, “la próxima es el sábado este, el 15 de octubre, a las 14:30, en Libertad y Borrego”, invitando a todos a ser parte de una experiencia colaborativa que pone en valor tanto la creatividad como el entorno urbano.
Con su enfoque inclusivo y su amor compartido por el dibujo y Buenos Aires, Croquiseros Urbanos se erige no solo como un colectivo artístico, sino como un movimiento que celebra la belleza y diversidad de las ciudades, invitando a verlas a través de un nuevo prisma, en cada trazo y en cada historia dibujada.