Con motivo del próximo Mundial, este libro cobra aún más protagonismo al tratar de recopilar meticulosamente “casi todas las casacas que las selecciones nacionales vistieron”. No se limita solo a los equipos que han participado en la máxima competencia del fútbol sino que abarca incluso aquellas selecciones que todavía sueñan con su debut mundialista.
Alejandro Turner, uno de los autores, comparte cómo esta colección es no solo un logro personal, sino también un reflejo de una intensa investigación. Turner, guionista, dramaturgo y docente, revela que el libro nació de la inercia de un proyecto anterior centrado en las camisetas argentinas. “Habíamos pensado como que ese era el paso siguiente”, comenta Turner sobre la evolución natural hacia un atlas mundial, convenciendo también a la editorial de embarcarse en esta empresa.
A lo largo de la realización, Turner y sus coautores enfrentaron retos fascinantes, especialmente alrededor de “algunos países que no sabíamos bien cómo era su camiseta porque algunos ni habían llegado a jugar partidos oficiales”. Con equipos que están a la espera de reconocimiento oficial por la FIFA, los autores incluso llegaron a interactuar con embajadas para descifrar la identidad de ciertas camisetas. Turner subraya: “Y creo que vamos a influir en la historia futbolística de algunos países.”
Uno de los encantos particulares del libro, según Turner, es que las camisetas de selecciones suelen estar “limpias, de toda publicidad”, lo cual añade un componente de nostalgia. Aunque hubo precedentes como Brasil en 1982, donde apareció una marca en su escudo, estas son excepciones que han recibido sanciones. Turner destaca: “Por el momento son camisetas limpias de toda publicidad y eso es una realeza en el fútbol de hoy.”
*Atlas Mundial de Camisetas* no solo presenta un recorrido estético, sino también histórico. “Tratamos de encontrar la historia de por qué tal camiseta tiene tal color,” explica Turner. A través de la evolución de los uniformes, el libro ofrece un análisis político y social significativo. Refleja cómo “las camisetas van reflejando en algunos casos cambios políticos muy fuertes”, recordando, por ejemplo, los mundiales del 38, donde la simbología política era evidente en las camisetas de Alemania e Italia.
Las anécdotas juegan un rol crucial en este compendio. Desde historias sobre selecciones que han debido improvisar equipos completos, hasta cómo ciertas decisiones de diseño han influido en el campo de juego. Un ejemplo notable ocurre en el Mundial de Argentina 1978, cuando Francia tuvo que jugar con camisetas del Club Atlético Kimberley debido a una confusión: “terminan jugando Francia un partido importantísimo después mundial 78 con la camiseta verde y blanca de Kimberley”.
El libro también explora cómo las camisetas trascienden el campo y penetran la cultura social y deportiva. Con la explosión del coleccionismo de camisetas en los últimos años, Turner observa que “estamos en una época de apogeo absoluto del coleccionismo de camisetas”. Este fenómeno se ha convertido en una importante industria para los clubes, superando incluso los ingresos por entradas, y se refleja en las ilustraciones de Pablo Engel, quien se asegura de captar la esencia de cada camiseta.
En resumen, *Atlas Mundial de Camisetas* es un testamento a la pasión de sus autores por el fútbol y su significado. Alejandro Turner y su equipo han creado una obra que ofrece no solo un rico recorrido visual, sino también una exhaustiva exploración histórica y socio-política del deporte más querido en el mundo. Para cualquier persona interesada en la historia, la moda y la política del fútbol, o simplemente para aquellos que aman coleccionar un pedazo del corazón del mundo deportivo, este libro es imprescindible.
