Adentrándonos en la vida de Carmen Mesa, bailaora, cantante y actriz, la película explora sus lazos con Argentina, un país que, a pesar de estar a un océano de distancia, muestra un sorprendente amor por el flamenco. “Desde 2007, cuando vine por primera vez a este país, me sorprendieron las escuelas de flamenco en cada rincón”, relata Carmen con una mezcla de nostalgia y sorpresa. “Argentina está llena de gente que ama esta cultura”, observa, reflejando un intercambio cultural que solo enriquece tanto a ella como a sus seguidores.
El origen del filme es tan fascinante como su argumento. La conexión de Carmen con la comunidad Cuam en El Chaco, y su vínculo con las culturas originarias, evocan historias de mujeres que, al igual que ella, han luchado por su lugar en el mundo desde tiempos inmemoriales. “Decidí escribir un árbol genealógico de mis emociones… hasta que apareció Marta Esteban, la productora que vio en mi vida una oportunidad para contar una historia universal”, comparte Carmen. La unión con Lupe Pérez García, la directora, fue el catalizador que permitió que esta obra cobrara vida de una forma tan sincera.
El rodaje, que viajó entre Córdoba, Sevilla y Buenos Aires, se desarrolló de manera natural, según cuenta Carmen: “Hubo un guión pero lo que realmente fluyó fueron las conversaciones… es como si la película recogiera el eco de mi alma”. Este enfoque abierto y libre permitió que las emociones auténticas pasaran al frente, resonando de manera similar a las intensas notas del flamenco que Carmen interpreta con tanto sentimiento.
El flamenco, al igual que el tango argentino, encierra un profundo sentimiento trágico, algo que resuena poderosamente en Carmen. “No lo pienso, lo siento y se hace”, afirma sobre cómo el arte aflora a través de ella. “En el arte que haga, sí quiero que haya un compromiso… que cale, porque a mí me cala”, agrega, expresando la pasión y autenticidad que plasma en cada actuación.
Por estos días, Carmen se encuentra en Buenos Aires para participar de las proyecciones de su película en el Cine Gaumont. Además, comparte que el estreno fue un evento emocionalmente cargado porque asistieron Brenda y sus niñas, alumnas de su taller solidario en Tucumán. “Ver su reacción fue culminar una comunión de hermandad”, recuerda emocionada, sintiendo profundamente cada experiencia que comparte con ellas.
Aparte de la narrativa cinematográfica, la película presenta una particularidad llamativa: los actores que aparecen en la parte ficcional son, en su mayoría, miembros del equipo técnico o personas cercanas. Esto, según explica Carmen, añade un nivel de autenticidad y frescura, ya que captura la esencia de las personas reales que apoyan su historia. “La gente se siente muy cercana a la historia y las reacciones son puras, auténticas”, asegura.
‘Pa’ Atrás Ni Pa’ Tomar Impulso’ es también un canto de perseverancia, como su nombre lo indica, “es lo que soy desde que nací”, se ríe Carmen cuando se le pregunta si es una declaración personal. Su convicción de siempre avanzar es lo que, según afirma, la ha mantenido en movimiento a lo largo de este camino lleno de pasiones y desafíos por igual.
El alma de la película no solo está en la historia que cuenta, sino también en lo que representa para muchos. Para Carmen, es una reafirmación de que debe seguir adelante con su arte, aunque a veces la incertidumbre pueda desanimar. “Es un regalo que reafirma el camino… de seguir adelante”, dice, subrayando cuán importante es la determinación en su vida.
La capacidad de la película para conectar con una audiencia diversa, que reconoce en ella emociones humanas universales, es un aspecto que ha conmovido profundamente a Carmen. “Hay un punto de identificación… los sentimientos primarios los experimentamos todos”, menciona, agradeciendo la cálida acogida del público en general.
Más allá de las pantallas, Carmen continúa su misión como maestra del flamenco, compartiendo su pasión a través de seminarios y talleres a lo largo de Argentina y ya con miras en Uruguay. “Amo compartir lo que la vida me ha dado… ir a sitios donde la gente no puede estudiar fácilmente”, comenta con entusiasmo. Y es justamente esta generosidad lo que la convierte en un puente viviente entre culturas, estilos y generaciones distintas.
Para aquellos en busca de nuevas experiencias culturales, la película de Carmen Mesa es una travesía emocional y vibrante, un tributo a los lazos inquebrantables que unen tierras tan distantes, pero similares en espíritu. ‘Pa’ Atrás Ni Pa’ Tomar Impulso’ es una celebración del flamenco, del tango, de todas aquellas músicas de raíz que despiertan el alma. No es solo una película, es un llamado al corazón. Imperdible en el Cine Gaumont en Buenos Aires.
