El festival de jazz porteño no solo es especial por la música que ofrece, sino también por su capacidad de sorprender y deleitar a su audiencia con la diversidad y calidad de sus propuestas artísticas. Según Julia Moscardini, la directora artística del festival, “la curaduría del Festival siempre es muy buena” y este año no será la excepción. Si bien Moscardini ha estado al frente del festival por varios años, cada edición presenta nuevos desafíos, en especial cuando se trata de “estudiar las escenas de los diferentes países” para seleccionar los artistas que serán parte del evento.
Diversidad musical y talento internacional
La programación de este año refleja una riqueza de experiencias musicales. Desde la delicadeza del quinteto de Sebastián Jordán, que Moscardini recomienda como “una muy buena entrada” para los novatos en el mundo del jazz, hasta la innovadora fusión de Simona, que rinde homenaje al compositor venezolano Simón Díaz, el festival ofrece algo para todos los gustos. La selección incluye artistas de distintas partes del mundo, como Julia Valle, la contrabajista española, y Simona Premazzi, pianista italiana residente en Nueva York, así como propuestas locales que fueron cuidadosamente seleccionadas por un jurado conformado por Romina Fuchs, Lilo Fernández y Pablo Ledesma.
Uno de los momentos más esperados del festival será la actuación del saxofonista estadounidense Antonio Hart, a quien Moscardini describe como “uno de los saxofonistas más importantes de los últimos 30 años”. Su participación no solo realza el festival, sino que también ofrece una oportunidad única para que los asistentes aprecien el talento de un músico de renombre internacional trabajando con la Orquesta del Conservatorio en la Usina del Arte.
Espacios y propuestas para todos
El festival se desplegará en una variedad de espacios emblemáticos de la ciudad, desde clubes de jazz que representan y mantienen viva la escena local durante todo el año, hasta salas más formales como las de la Usina del Arte que ofrecen el ambiente necesario para las presentaciones que requieren mayor concentración y silencio. “Está bueno que haya propuestas al aire libre,” comenta Moscardini, al referirse a la importancia de tener diferentes tipos de escenarios que puedan acoger a distintas audiencias.
Un evento especialmente llamativo será la Noche de los Anticuaros, programada para el jueves por la noche en la Casa de Defensa en San Telmo. “Es una sorpresa para el que pasa por ahí,” dice Moscardini, explicando que esta propuesta callejera busca acercar el jazz a aquellos que “no conocen del festival o no conocen el jazz”. Con actuaciones de Hot Shooters y clases de swing, la Noche de los Anticuaros promete ser una fiesta cultural accesible para todos.
Oportunidades de aprendizaje y homenajes emotivos
El festival también es una plataforma educativa invaluable. “De todos los artistas internacionales que vienen, hay masterclasses,” destaca Moscardini, enfatizando la importancia de la transmisión del conocimiento musical de generación en generación. Estas clases magistrales son una oportunidad para que los músicos locales y aficionados al jazz entren en contacto directo con maestros del género, potenciando su formación y abriendo nuevas posibilidades a sus carreras.
Asimismo, el festival rendirá homenaje a dos figuras influyentes del jazz argentino recientemente fallecidas: Enrique Norris y Alfredo Remus. “Es una linda manera de recordarlos,” observa Moscardini, quien destaca que estos homenajes son no solo un tributo, sino también un espacio para que los músicos y la comunidad celebren la vida y legado de estos grandes artistas.
Convergencia de culturas y estilos
Lo que realmente distingue al Buenos Aires Jazz Festival Internacional es su capacidad para ser un mosaico cultural, uniendo bajo un mismo evento las distintas expresiones del jazz alrededor del mundo. “En los países latinoamericanos,” explica Moscardini, “hay bastante fusión con ritmos de esta zona,” mientras que en Europa hay propuestas “más experimentales, más contemporáneas”. Esta convergencia de estilos y culturas convierte al festival en una experiencia única, tanto para los músicos como para el público.
En palabras de Moscardini, el festival representa una “celebración del jazz” en su máxima expresión, una oportunidad para explorar y apreciar la amplitud y la profundidad de este género musical que sigue renovándose y sorprendiendo. Con su programación diversa y su oferta de conciertos, talleres y actividades que cruzan fronteras culturales y geográficas, el Buenos Aires Jazz Festival Internacional reafirma su papel como un punto de encuentro imprescindible en el panorama musical contemporáneo.
En resumen, la 15ª edición del Buenos Aires Jazz Festival Internacional promete ser un evento inolvidable. Con una combinación de talento local y estrella internacionales, actividades educativas, y propuestas que buscan acercar el jazz a nuevas audiencias, el festival no solo celebra la riqueza del jazz, sino que lo democratiza, otorgándole un espacio en el corazón de Buenos Aires para que todos puedan disfrutar de su magia. Las entradas estarán disponibles 48 horas antes de cada evento a través de la plataforma Vivamos Cultura, una invitación a todos para sumergirse en la riqueza del jazz y experimentar la diversidad cultural que este festival tiene para ofrecer.