¿Dónde están los parques prometidos por Larreta en Buenos Aires?

¿Dónde están los parques prometidos por Larreta en Buenos Aires?

Para arrojar luz sobre esta cuestión, hemos conversado con María Eva Koutsouvitis, una experta en políticas urbanas que ha seguido de cerca este y otros temas relacionados con la gestión de bienes públicos en Buenos Aires. Koutsouvitis recuerda que “en la ciudad, todo lo que se demuele, se levanta el triple de alto”, lo cual plantea un dilema crucial para la expansión de áreas verdes. La densificación desmedida dificulta no solo la creación de nuevos parques, sino también el mantenimiento de los ya existentes.

Larreta ha hablado de “más parques, más plazas”, pero las críticas señalan que esto podría ser una estrategia política más que una iniciativa factible. El crecimiento vertical de Buenos Aires, con la construcción de rascacielos y edificios de gran altura, se ha convertido en la norma. Este fenómeno, impulsado por intereses inmobiliarios, “compite directamente con la posibilidad de extender las zonas verdes”, indica Koutsouvitis.

A esto se suma la polémica respecto a los “remates de edificios públicos, muy por debajo de su valor”, una cuestión que ha generado inquietud y desconfianza entre los ciudadanos. Mientras el gobierno se compromete a aumentar los espacios comunitarios, las ventas de terrenos y propiedades del Estado ponen en tela de juicio sus verdaderas intenciones. “Se habla de crear más espacio para la gente, pero al mismo tiempo vemos cómo el patrimonio de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires se subasta a precios irrisorios”, señala la experta.

Para entender la magnitud de esta problemática, es necesario contextualizar los anuncios dentro del panorama urbano actual de Buenos Aires. La ciudad cuenta con menos de 6 m² de espacio verde por habitante, un número que está bastante por debajo de lo recomendado por la Organización Mundial de la Salud (OMS), que sugiere al menos 9 m². Con una población que supera los tres millones de personas, la presión sobre el espacio es insostenible.

La comunidad local y diversas organizaciones civiles han manifestado su preocupación y escepticismo frente a estos planes. Mientras algunas asociaciones han expresado su apoyo condicionado a que se cumplan las prometidas hectáreas de verde, otras han planteado serias dudas respecto a la honestidad del gobierno de Larreta. “No podemos quedarnos cruzados de brazos mientras se venden terrenos públicos que podrían destinarse a parques y plazas necesarias para el bienestar de la comunidad”, sostiene un activista local.

La discusión se agrava con la poca transparencia sobre cómo y dónde se implementarán estos espacios verdes. Según Koutsouvitis, uno de los problemas más preocupantes es la “falta de comunicación y consulta a la ciudadanía”. Pese a la importancia de este tipo de decisiones urbanas, muchas veces los ciudadanos se encuentran al margen del proceso, sin ser consultados o informados debidamente sobre los proyectos que impactarán directamente en sus vidas diarias.

Más allá de las promesas, la pregunta incisiva sigue siendo: “¿Dónde exactamente estarán ubicadas estas 60 hectáreas de parques y plazas?” En una ciudad densamente poblada, la identificación de terrenos adecuados y disponibles no solo es complicada, sino crucial para la legitimidad de estas iniciativas. Algunos analistas sugieren que la solución podría estar en integrar las áreas verdes proyectadas con un enfoque hacia la sostenibilidad, aprovechando áreas subutilizadas y priorizando el reciclaje de espacios existentes.

La problemática de los espacios verdes en Buenos Aires no es un tema nuevo, pero el reciente impulso dado por Larreta pone de relieve la necesidad de un cambio estructural en la gestión urbana. La falta de espacio verde no solo afecta la salud mental y física de los habitantes, sino que también limita la biodiversidad urbana y agrava los efectos del cambio climático. Koutsouvitis enfatiza que “asegurar una ciudad más verde no solo debe ser una promesa en tiempos de elecciones, sino un compromiso mandatorio con el medio ambiente y la comunidad”.

En conclusión, mientras Horacio Rodríguez Larreta se encuentra bajo escrutinio por su ambicioso proyecto de aumentar considerablemente las áreas verdes, la realidad enfrenta una serie de desafíos que requieren más que promesas: demandan un plan bien articulado, acciones coordinadas y, sobre todo, la participación activa de la ciudadanía para que estas políticas urbanas logren un cambio perdurable. La transformación hacia una Buenos Aires más verde es posible, pero no sin la voluntad política genuina y el esfuerzo colectivo necesario para sobrepasar los obstáculos actuales.