El Metrobús estaba destinado a ser una solución para el congestionado tráfico de la zona, ofreciendo un carril exclusivo para colectivos. Sin embargo, como explicó Sotile, la supuesta racionalidad detrás del proyecto ha sido severamente cuestionada. “Ya están rompiendo todo, ya están levantando pedazos de avenida, ya están cortando árboles”, informó Sotile, destacando que parece haber poca consideración por el “impacto ambiental” que una obra de tal magnitud podría tener.
Lo que ha encendido las alarmas entre los vecinos y comerciantes locales es, en gran parte, el aparente desconocimiento de los responsables del proyecto respecto a la zona que planean transformar. Sotile señaló con incredulidad cómo durante la audiencia, los funcionarios “desconocen absolutamente la zona”. Criticó a la Directora General de Diseño e Implementación, Clara Sanguinetti, por no haber realizado al menos “un recorrido presencial” en la avenida.
La audiencia, descrita por Sotile como extensa y extenuante, no solo fue un campo de batalla legal, sino también un escenario de revelaciones sorprendentes. Tres representantes del Ejecutivo local, acompañados por un fuerte contingente legal de seis abogados, se enfrentaron a una comunidad organizada y rigurosamente preparada. Los vecinos, respaldados por más de 400 firmas, argumentaron que la obra sería perjudicial para su calidad de vida, presentando un informe de 200 fojas para respaldar sus reclamos.
Un punto crucial en la audiencia fue el tema del impacto ambiental, que según Sotile fue “tomado a la ligera” por el informe del Gobierno. Sin embargo, el testimonio de una bióloga e investigadora del CONICET, quien realizó un relevamiento propio de los árboles, resultó perturbador. Su informe reveló “árboles relevados en menor cantidad que los que realmente hay”, insinuando que aquellos no contados podrían estar programados para ser “extraídos”. Además, se cuestionó la precisión en la identificación de las especies de árboles, planteando dudas sobre “quién hizo el relevamiento y con qué calificaciones”.
Otro aspecto que reveló una falta de previsión fue el relacionado con el tránsito. La avenida es conocida por tener un tráfico denso y pesado, en gran parte debido a su proximidad al polo comercial de Alberdi, donde predomina el rubro de la construcción. La eliminación de estacionamientos para carga y descarga no parece haber sido adecuadamente considerada, lo que hace que muchos se pregunten cuál es la verdadera “obsesión” detrás del proyecto del Metrobús.
Al final de la audiencia, la jueza proporcionó un respiro a los opositores al proyecto, ordenando una suspensión temporal y convocando a una “mesa de trabajo” para el 12 de abril, en la cual las partes presentarán propuestas alternativas. Sotile expresó su satisfacción y sorpresa ante este resultado, anticipando que las propuestas de los residentes serán “más beneficiosas para los barrios” que el plan inicial del Gobierno, formulado originalmente en 2013 y nunca adaptado a las realidades actuales.
Este caso destaca una victoria significativa para los ciudadanos en su lucha por participar activamente en las decisiones urbanas que afectan sus vidas diarias. Mientras se espera la próxima reunión, estos eventos subrayan la importancia del diálogo comunitario y el poder del activismo local para influir en las políticas municipales. La historia del Metrobús de Alberdi no solo es un testimonio del derecho a la ciudad, sino también un ejemplo inspirador de cómo la organización comunitaria y la resistencia pueden provocar cambios significativos en la planificación urbana.