En un acto que ha levantado polvareda entre los habitantes de la Comuna 12, el gobierno de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires ha llevado a cabo la demolición del Galpón de Villa Ortúzar, un conocido centro comunitario. Este espacio, profundamente arraigado en la vida cultural y social del barrio, albergaba una variedad de actividades, desde talleres artísticos y de apoyo escolar hasta eventos culturales para todas las edades.
La demolición no ha estado exenta de controversia; fue ejecutada durante el fin de semana largo, en horas de la madrugada, suscitando sospechas y malestar entre los vecinos, quienes aseguran que estas acciones obedecen a un largo conflicto de interés. La resistencia de la comunidad, que se había organizado en torno a este espacio como símbolo de lucha y pertenencia, no fue suficiente para detener lo que muchos consideran una medida arbitraria del PRO, actual partido gobernante.
Desde hace tiempo, el Galpón de Villa Ortúzar había estado en el punto de mira de la administración local. Los comuneros del PRO ya habían manifestado su interés en el terreno, y muchos vecinos sospechan que esta demolición puede estar alineada con intereses económicos y de reordenamiento urbano que no consideran el valor cultural y social del lugar.
Hoy, el terreno donde alguna vez hubo vida comunitaria yace vacío, pero no así el espíritu de lucha de los vecinos. En entrevistas con miembros del colectivo que sostenía las actividades del galpón, afirmaron que buscarán nuevas formas de mantener vivas las actividades y el sentido de comunidad que este espacio representaba.
La situación en Villa Ortúzar no solo refleja un choque de intereses entre vecinos y el gobierno de la ciudad, sino que es una muestra más de las tensiones urbanísticas en una ciudad donde el desarrollo urbano a menudo choca con las necesidades y deseos de sus habitantes. Seguiremos atentos a cómo esta comunidad reacciona y se reorganiza frente a este desafío.
