Con sus impresionantes dimensiones de 113 mil metros cuadrados, el Hospital Garrahan es un verdadero gigante en el ámbito hospitalario. Gabriela Tozzaroni, licenciada en Trabajo Social y miembro del Consejo de Administración del hospital, describe: “Cada año, el hospital realiza 610 mil consultas, 12 mil cirugías y recibe más de 28 mil pacientes”. Estos números no son meramente cifras, sino indicadores de la magnitud y la responsabilidad que el hospital asume en la atención de la salud infantil en el país.
Desafíos en Recursos Humanos y Especialidades
La realidad del sistema de salud de la Ciudad de Buenos Aires no es ajena a las dificultades que enfrenta a nivel nacional, como destaca Tozzaroni. “La salud hoy está atravesando una complejidad que tiene que ver principalmente con el recurso humano, el talento humano, que está en una situación crítica”. Este fenómeno no se limita a la capital, sino que se extiende a muchas provincias del país, reflejando un desafío compartido: la escasez de personal en determinadas especialidades.
Las áreas de clínica general y pediatría, fundamentales para el bienestar infantil, han experimentado una disminución en el interés por parte de los nuevos profesionales. Según Tozzaroni, “lo que después se ve es que al momento de elegir la residencia, hay especialidades que se están eligiendo menos”, un hecho que preocupa profundamente, ya que afecta directamente a la capacidad del sistema de salud para atender las necesidades específicas de la población infantil.
Esta cuestión de personal también tiene un matiz de género y vocación, ya que muchas de las profesiones relacionadas con el cuidado, como la pediatría, están mayormente feminizadas y, a menudo, enfrentan condiciones laborales más precarias. Este fenómeno se refleja también en el ámbito educativo, con una alarmante cantidad de cargos vacantes en las escuelas porteñas, un paralelismo que resalta una de las problemáticas más críticas: la atracción y retención de talentos en profesiones de servicio básico esencial.
Innovación y Accesibilidad: El Mapa Háptico
El Hospital Garrahan no solo lidia con los desafíos diarios de la salud pública, sino que también se enfoca en innovaciones para mejorar la accesibilidad y la calidad de atención. Un avance significativo en este sentido es la introducción de un mapa háptico, diseñado para mejorar la orientación de personas con discapacidades visuales dentro del complejo hospitalario. “Este mapa háptico fue resultado de una articulación con la Fundación Daer y la Fundación Garrahan, y permite que personas ciegas o con disminución visual puedan ubicarse al ingresar”, explica Tozzaroni.
No es solo una herramienta de navegación; su implementación es una declaración política sobre el compromiso del hospital con la accesibilidad y la equidad. En un contexto donde la inclusión se vuelve cada vez más crucial, “es un hecho político muy importante por más que uno lo piense como algo muy chiquitito”, destaca Tozzaroni, subrayando el impacto inmediato y simbólico que tiene para mejorar la calidad de atención.
Un Futuro con Niñeces en el Centro de la Agenda Pública
La conversación con Tozzaroni revela mucho más que las preocupaciones actuales; también pinta un panorama sobre la necesaria revalorización de la infancia y adolescencia en la formulación de políticas públicas. Según ella, “hay que dar voz, voto y políticas públicas concretas con presupuesto para mejorar la situación de las niñeces”, una afirmación que pone en relieve el papel crucial de enfoques integrales y sostenidos para abordar las deficiencias estructurales en la atención pediátrica.
El Hospital Garrahan, con su infraestructura y compromiso con la calidad, sigue siendo un pilar vital en la red de salud del país. Sin embargo, el llamado es claro: se requiere un esfuerzo concertado para realinear las prioridades de formación y condiciones laborales que aseguren que los niños y adolescentes no solo tengan acceso a atención, sino que tengan garantizado su lugar al centro de la política pública.
Reflexiones Finales
En resumen, el Hospital Garrahan representa tanto los desafíos como las oportunidades de la salud pública en Argentina. Mientras enfrenta problemas como la escasez de personal y especialidades críticas, también lidera con innovaciones que priorizan la equidad y el acceso inclusivo. La visión de Gabriela Tozzaroni refuerza la necesidad de colocar a las niñeces y adolescencias al frente de la agenda pública, asegurando que no solo los espacios físicos como el Hospital Garrahan, sino toda la infraestructura de salud pública esté alineada con estos objetivos fundamentales.
Este enfoque no solo es vital para abordar las necesidades inmediatas de atención médica, sino también para sembrar las semillas de un futuro más equitativo y compasivo para las generaciones venideras. A través de la combinación de políticas informadas, innovación y un compromiso renovado con la equidad, es posible transformar desafíos en oportunidades para mejorar la salud y el bienestar de toda la población infantil de Argentina.
