En una charla incisiva, Cristina Sotile aborda la problemática de las intervenciones lumínicas y la privatización de la naturaleza en espacios urbanos, reflexionando sobre sus impactos ecológicos y sociales.
Los barcitos de Larreta en medio de la naturaleza, y tal vez, ¿por qué no?, esa muestra con artefactos eléctricos, pendiendo de la naturaleza misma, de nuestro jardín botánico, esa muestra inmersiva, lumínica, y no sé, ¿qué nos deparará el destino?. Cristina Sotile, bienvenida, ¿cómo estás?.
Bien, bien, bueno, un gusto retomar esta columna de los martes, bueno, en fin, a veces es así, hay cosas que son urgentes y hay que dedicarles tiempo también, bueno, así que bueno, aquí estamos otra vez retomando la columna, en fin, un gusto estar con ustedes esta noche.
El gusto es nuestro, Cris, como siempre. Contanos, por un lado, bueno, sabemos a qué nos referimos cuando hablamos de barcitos en una reserva ecológica, pero, ¿qué es esta propuesta de una muestra inmersiva en el jardín botánico?, ¿no?, y lo que quizás a uno desprevenido le podría parecer, ¡ay, qué fantástico!, ¡qué lindo!, ¡qué bello!, me parece que vos tenés un punto de vista un poco distinto.
Tengo un punto de vista un poco distinto, y yo no sé, bueno, a ver, no les voy a contar el final antes de describir de qué se trata, porque si no es como que uno cuenta el final de la historia. No, bueno, esta muestra inmersiva tiene que ver con una instalación lumínica en nuestro jardín botánico, que es, digamos, comparable a las hermosísimas obras que el arquitecto Taiz hizo, por ejemplo, en Francia o en otros países del mundo. En los lugares donde hay obras de Taiz, se las conserva como joyas, porque eso es lo que son. Bueno, pero parece que para esta gestión, las obras de Taiz les producen algún escozor, no sé, a lo mejor por comparación, lo que hacen ellos se ve, digamos, se ve un poco como un poco verreta, vamos a utilizar la palabra que conocemos todos. Entonces, cuando éste es así, hay alguien que me hace sentir desjerarquizado, o que no comprendo el concepto de belleza que utiliza el otro, entonces mejor lo saco del medio, porque en realidad es una molestia y me trae más problemas que otra cosa. Bueno, en el jardín botánico, la propuesta del gobierno de la ciudad, como no puede ser de otra manera, tiene que ver con la colocación de una instalación lumínica, donde hay un contrato que se firmó entre dos productoras, una extranjera y otra productora, Seis Pasos, que acá en la Argentina produce eventos, por ejemplo, de Disney, el Movistar, las cosas que se hacen en Movistar Arena, yo digo como para poner el marco de quién es, con qué gente estamos tratando. Entonces, esta muestra, que si bien la foto parece maravillosa, bueno, es la verdad un trabajo que puede tener alguna belleza, que en realidad, si no se hiciera en el jardín botánico, porque entonces, ¿qué es lo que significa esto? Que las plantas y el jardín botánico son soportes para las luces, como dijeron en algún momento, más allá de que además se está violando una ley que dice que antes de cualquier intervención en un bien patrimonial de la nación, tiene que consultarse a la Comisión Nacional de Monumentos, Lugares y Bienes Históricos, cosa que no se hizo, no se hizo estudio de impacto ambiental, y entonces te invitan a ver la naturaleza de noche, pero vos no ves la naturaleza, porque vos lo que ves son unas instalaciones lumínicas que se pueden hacer en cualquier lado, inmersivas, que pueden ser atractivas, vistosas, todo lo que quieras, o sea, pagando una entrada, obviamente, con lo cual se consiguen, y ahora sí vamos al final de esto, que esto es lo que lo relaciona con los barcitos. Esto instala una idea en las personas, o sea, nosotros que somos seres vivos, según la cual la naturaleza no es algo que pueda disfrutarse así por sí misma, mirándola, disfrutándola, sintiéndonos parte del lugar, sintiéndonos los aromas, como en una nota decía María Angélica Dillá, como los aromas de los árboles de noche no son los mismos que los de día, y además perturbando a los seres vivos que habitan ese lugar, porque el lugar donde hay plantas, donde hay árboles, hay seres vivos que lo habitan, hay pájaros, hay pájaros que tienen sus nidos, es hogar de muchos animalitos, porque en la ciudad hay fauna, de la cual nosotros formamos parte, ¿no?
Claro, sí, justo te iba a contar eso, mientras te doy un momento para respirar, te iba a acotar eso, justamente, que es un… encima hay que pagar por un acceso a la naturaleza mediada por artefactos eléctricos, o sea, es la naturaleza intervenida, y los propios árboles, las propias plantas, son seres vivos que ante estos cables que se les van a colgar, o que ya se les colgaron, porque ya empezó la muestra, también se defienden. No sé si quizás alguna vez decoraste un árbol vivo para navidad, con las bolitas de navidad, las luces, y cómo empieza el propio árbol, sobre todo siendo un pino, empieza a exudar una cantidad de savia pegajosa, como para defenderse.
Exactamente, porque además los árboles se comunican, o sea, todo lo que tiene que ver con la comunicación entre los tejidos, tiene que ver con impulsos eléctricos, y estos cables generan campos magnéticos, o sea, hilando fino, hilando muy fino, porque son cosas que estuve, digamos, averiguando para este tipo de cosas, y los árboles se comunican entre sí, a través de las raíces, de sustancias químicas, y los campos magnéticos perturban todo esto, o sea, es como si a nosotros nos metieran en un enorme campo magnético, y digamos, nuestro cerebro no funcionaría muy bien, digo el primer resultado que veríamos, ¿no? Bueno, a los árboles les pasa lo mismo. Ahora, es más grave, digo, es tan grave como esto, el hecho de que nosotros, seres humanos, nos acostumbremos a que la naturaleza, primero, que no sea posible el disfrute gratuito de la naturaleza, o sea, que la naturaleza deba ser privatizada, y que tenga que tener alguna cosa entretenida, porque si no, estar solo mirando la naturaleza es algo aburrido. Entonces, ahí está el barcito en la playa, el barcito bajo el espigón, estoy hablando de Costanera Sur y Costanera Norte, que esto implica deforestación, implica impermeabilización del suelo, implica también perturbación de la fauna, porque reservas son reservas, quiere decir que hay fauna que habita y que se pretende preservar, más allá del espacio ecológico, que también se pretende preservar, no solamente por la fauna, sino porque cumple funciones, las que cumplen los humedales. Bueno, ya nos vamos a enterar cuando empiecen las inundaciones, porque el cambio climático en breve va a producir esto. Así como produce sequía y falta de agua potable en Uruguay, acá puede producir otras cosas, que pueden ser inundaciones, o también puede producir sequía y falta de agua potable. Esto también nos puede suceder a nosotros. Ahora, lo grave es lo siguiente, que tanto en la muestra inmersiva, que por más llamativa que sea, está instalada, digamos, ilegalmente, insisto, no hay estudio de impacto ambiental y tampoco fue consultada la Comisión Nacional de Monumentos, Lugares y Bienes Históricos, está este cambio de concepción social en relación a nosotros y la naturaleza. Como que se naturaliza el tener que pagar para disfrutar la costa de un río, porque bueno, me siento en un bar, porque no me siento en la arena, entonces se pierde el contacto con la arena, se pierde el caminar descalzo en el pasto, se pierde meter los pies en el agua del río y caminar, aunque sea con el agua hasta el tobillo. Se pierde, digamos, las cosas que tienen que ver con lo esencial de la vida, porque nosotros, de todos modos, aunque nos creamos que vivimos en la ciudad y no necesitamos la naturaleza, hasta ahora respiramos oxígeno y es la naturaleza la que nos lo provee. En el momento que eliminemos todos esos árboles, nosotros no vamos a eliminarlos todos porque vamos a morir antes, digo, porque la falta de oxígeno se va a notar antes. Y después, esto lo repito porque me parece que es importante, que la naturaleza no basta por sí sola para que nos produzca sensación de felicidad, cuando en realidad está comprobado que estar en un ambiente arbolado, estar en contacto con plantas, en contacto con el ambiente natural, produce liberación de endorfinas. Esto es felicidad instantánea, o sea, estamos eliminando o estamos tarifando la fuente de felicidad. No sea cuestión que todos accedan a la felicidad. Lo que a mí me parte la cabeza, y deberíamos pensar un poco más en esto, y espero que a algunos más también se les está partiendo la cabeza con esto, porque cuál es el criterio con el que esto se aplica. Ya se sabe que hay un criterio extractivista, económico, que tiene que ver no solamente con la extracción de los bienes de la naturaleza, sino con, digamos, el aplicar un arancel al uso o al disfrute de la naturaleza misma, ¿no? Esto se sabe, pero alcanza con esto. Entonces, ¿existe también aparejado esto la crueldad de decir no? Este paisaje, esta vista natural, tiene que ser para unos pocos, como el caso del agua escondido, privatizado y cuyo acceso no se está vedado cuando es parte de nuestro país. ¿Cuál es el criterio? Yo valorizo esto, valorizo, entre comillas, porque tiene más valor la tierra si le pongo un barcito a tener una costa en estado salvaje, como lo es la naturaleza, o sea, con las plantas que crezcan, con los bichitos que crezcan, con la fauna que viva y que interaccione entre sí. Y después pagan fortunas para ir a… Estuvimos en una playa, lejísimos de tal lugar, donde no había nada, un pequeño pueblo de pescado. Claro, es que lo que no haya nada agarpa cuando está lejos y vas cuando querés y, sobre todo, porque podés. Pero acá en la ciudad tiene que ser todo ya, todo útil y tener una utilidad.
Cristina, como siempre, un gusto hablar contigo y darle una vuelta más a estos temas, que a veces, generalmente, pasan desapercibidos.
Sí, bueno, sigamos pensando en qué nos pasa a nosotros en nuestra relación con la naturaleza, con el árbol de la vereda, con los yuyitos que crecen al pie del árbol, que también son necesarios, y en la costa del río de la Plata, porque somos una ciudad que tenemos una costa del río más ancho del mundo y la vamos a privatizar, vamos a permitir que la privaticen. Yo, como ciudadana y como porteña, la verdad me opongo, en defensa propia, inclusive.
Hay que ver cómo votamos este año. Te mando un abrazo grande, Cris. Ese es un paso importante para prever este tipo de cosas. Un abrazo y saludos a todos y a todas. Era Cristina Sotile, nuestra columnista en cuestiones de derecho a la ciudad.