La percepción de las obras públicas en la Ciudad de Buenos Aires está lejos de ser positiva entre sus residentes, quienes denuncian la falta de participación ciudadana y los impactos negativos en la calidad de vida y el patrimonio urbano.
El paisaje urbano de la Ciudad de Buenos Aires está en constante transformación, con una serie de obras públicas recientemente puestas en marcha. Sin embargo, en lugar de suscitar entusiasmo y esperanza en la comunidad, estas intervenciones han generado un ambiente de desconcierto y preocupación entre los vecinos y vecinas. “Cuando uno habla de que se están haciendo obras públicas, debería ser algo para ponernos contentos, pero nosotros acá en la Ciudad de Buenos Aires vivimos una realidad distinta”, señala un residente que refleja el sentir general.
Resistencia Vecinal y Participación Ciudadana
Uno de los aspectos más criticados en relación con estas obras es la falta de participación pública en su planificación y ejecución. “Lo que tienen en común es, primero, que generan resistencia”, explica la misma fuente, haciendo referencia al descontento generalizado. La responsabilidad de estas obras recae en autoridades como Clara Mucio, actual candidata a vicejefa de gobierno, quien tiene un rol destacado en la planeación y diseño de estas intervenciones urbanas.
Una crítica vehemente se enfoca en la omisión del gobierno en consultar a la ciudadanía. “Se llevan adelante, primero, sin participación de la ciudadanía”, comenta otra vecina. A pesar de que la Ciudad de Buenos Aires cuenta con mecanismos de democracia participativa, estas medidas parecen ser ignoradas sistemáticamente. Obras en áreas de Protección Histórica, como las que se realizan en los alrededores del Parque Avellaneda y dentro del Parque 3 de Febrero, avanzan sin la legislación necesaria, saltando procedimientos que deberían incluir la consulta ciudadana y la aprobación parlamentaria.
El Caso del Metrobús en la Avenida Directorio
Las obras de mayor envergadura suelen ser impuestas a pesar del descontento ciudadano, un ejemplo claro es el denominado Metrobús de la Avenida Directorio. “No solamente es contraproducente, innecesario, ya está produciendo kilombos […] de tránsito en la zona,” enumera un residente los problemas generados. Estas intervenciones afectan directamente la vida comercial y, hasta ahora, ninguna medida legal o recurso de amparo ha detenido su avance.
El Factor Económico en las Obras Públicas
Las cuestiones económicas no quedan fuera de la polémica. Se critica la inversión pública dirigida a proyectos que parecen más orientados a generar beneficios económicos inmediatos en vez de enfocarse en mejorar la calidad de vida de los ciudadanos. “Con la nuestra, dirían algunos,” se enfatiza en referencia a los fondos públicos utilizados. Un caso ilustrativo es la restauración del “Tambito” en el Parque 3 de Febrero, donde en lugar de destinar el espacio a actividades culturales, se optó por convertirlo en una concesión gastronómica. “¿A cuánto lo puedo alquilar? ¿A cuánto lo puedo vender?”, se cuestiona sobre las verdaderas intenciones detrás de estas puestas en valor.
Ejemplos de Controversias
Ejemplos como el mercado de Dorrego, transformado en espacio para food trucks, y el Jardín Botánico, afectado por proyectos inmersivos y estaciones de comida rápida, reflejan una tendencia preocupante. “Es como instalar lugares de comida rápida en el medio de la iglesia de Notre Dame,” compara una vecina, resaltando el impacto negativo sobre los espacios patrimoniales.
La Reserva Ecológica en Peligro
La situación se torna aún más preocupante en el caso de la Reserva Ecológica Costanera Sur, el humedal más grande de Buenos Aires. Con una inversión de 2.300 millones de pesos, se están ejecutando obras que implican la construcción de caminos que podrían perjudicar la biodiversidad del lugar. Estas intervenciones se están llevando a cabo sin la debida consideración a las leyes y planes de manejo existentes, destacando una preocupante tendencia hacia la política del hecho consumado.
Conclusión
En resumen, las obras públicas en la Ciudad de Buenos Aires están enfrentando una resistencia creciente. Las críticas giran en torno a la falta de participación ciudadana y la visión economicista que subyace a muchas de estas intervenciones. Este enfoque no solo perturba la vida cotidiana de los residentes sino que también pone en peligro el patrimonio urbano y natural de la ciudad. Los vecinos y vecinas sienten que el progreso se está convirtiendo en perjuicio, y las demandas por mayor transparencia, consulta y consideración hacia las necesidades reales de la comunidad están más vigentes que nunca.
