Buenos Aires bajo el Agua: Desentrañando el Fracaso de la Gestión de Inundaciones

Buenos Aires bajo el Agua: Desentrañando el Fracaso de la Gestión de Inundaciones

Un titular que quedó en el pasado y un presente que desnuda la realidad de una infraestructura obsoleta.



La Ciudad de Buenos Aires es el escenario de una realidad repetitiva y dramática: las inundaciones. Desde las históricas promesas de gobiernos anteriores hasta las recientes catástrofes urbanas, parece que los porteños están condenados a ver cómo sus calles se transforman en ríos cada vez que el cielo desata su furia. En una charla esclarecedora con María Eva Koutsouvitis, ingeniera hidráulica e integrante del movimiento La Ciudad Somos Quienes La Habitamos, abordamos las causas y efectos de una gestión que sigue fallando.

La Ciudad Sin Umbrellas: Relato de una Tragedia Anunciada

En una jornada reciente, varios barrios de Buenos Aires sufrieron lluvias intensas. Mientras algunos sectores de la ciudad permanecían secos, otros como Versalles se convertían en verdaderos campos de batalla contra la naturaleza. Mariá Eva Koutsouvits nos ayudó a desmenuzar esta problemática crónica. Para ella, no se trata simplemente de tormentas inusuales, sino de un patrón que el cambio climático ha establecido en la región.

“El régimen de lluvias en el actual contexto de crisis climática ha venido teniendo estas características. No es inusual que tengamos lluvias intensas, de corta duración, localizadas en algunas zonas de la ciudad y en otras no, y además acompañadas muchas veces de viento muy intenso”, explicó Koutsouvitis.

Un Sistema de Infraestructura Obsoleto

Uno de los aspectos más alarmantes que señaló la ingeniera tiene que ver con la infraestructura de la ciudad. Los megatúneles construidos durante la gestión de Mauricio Macri, que prometieron erradicar las inundaciones en las cuencas de los arroyos Maldonado y Vega, han demostrado ser ineficientes ante el nuevo régimen de precipitaciones. Estas obras, que costaron una fortuna, no están adaptadas al actual entramado urbano ni a las condiciones climáticas que vivimos hoy.

“Esas mega obras, tan promocionadas por el gobierno porteño, son completamente ineficientes y obsoletas para este nuevo régimen de precipitaciones”, sentenció Koutsouvitis.

Una Gestión de Riesgo Insuficiente

Además de la infraestructura inadecuada, Koutsouvitis subrayó la falta de un sistema efectivo de gestión de riesgos. La ciudad cuenta con un centro de coordinación y control en Chacarita que debería articular todas las fuerzas de emergencia. Sin embargo, la realidad muestra que la ciudadanía no recibe la información necesaria en momentos críticos.

“Para que un sistema de alerta tenga sentido, los dispositivos de gestión del riesgo tienen que actuar de manera articulada, y además la ciudadanía tiene que estar debidamente informada y preparada. No puede ser que cada vez que tenemos una lluvia de estas características, veamos en los distintos viaductos, autos que están flotando”, señaló.

Falta de Comunicación y Preparación

Según la ingeniera, una simple medida como colocar carteles en los viaductos que adviertan a los conductores podría prevenir situaciones peligrosas. Añade que en muchas otras ciudades del mundo, las alertas meteorológicas llegan a la población a través de WhatsApp y otros canales de comunicación oficial. Contrasta esto con el elevado gasto en autopropaganda del gobierno de la ciudad, sugiriendo que una parte de ese presupuesto podría invertirse en gestionar mejor el riesgo.

“No nos olvidemos que esta ciudad gasta 110 millones de pesos por día en autopropaganda. Podrían destinar parte de este descomunal presupuesto para la gestión del riesgo”, propuso Koutsouvitis.

La Falta de un Plan de Contingencia

Una de las críticas más incisivas que hizo la ingeniera es la inexistencia de un plan de contingencia para situaciones de emergencia, algo que se ha venido reclamando desde las grandes inundaciones de 2013.

“La ciudad no cuenta con un plan de contingencia, ni para inundaciones, ni para olas de calor. No cuenta con un plan de manejo para que la población sepa cómo manejarse cuando hay un evento de estas características”, denunció.

Las Consecuencias del Negacionismo Climático

Mientras el jefe de gobierno de la ciudad disfruta de sus vacaciones, Buenos Aires sufre las consecuencias de una gestión que, según la ingeniera, niega la actual crisis climática. La ineficiencia y obsolescencia de las infraestructuras, la falta de comunicación y la carencia de planes de contingencia reflejan un espíritu negacionista hacia los desafíos ambientales que enfrentamos.

“El gobierno sigue interviniendo con obras faraónicas que son funcionales al negocio de algunas grandes constructoras y que atrasan un siglo para poder dar respuesta a las tormentas actuales y al entramado urbano actual”, criticó Koutsouvitis.

Paisajes Urbanos Devastados y Soluciones Futuras

El daño no se limita sólo a la infraestructura inundada; también afecta la calidad de vida de los residentes. La destrucción de espacios verdes y la creciente cementación impulsada por la especulación inmobiliaria contribuyen a la frecuencia y gravedad de las inundaciones.

“Si a todo esto le sumamos el deterioro y la destrucción de los espacios verdes, la cementación del borde costero para construir viviendas suntuosas y ese incentivo permanente a la sobreconstrucción especulativa, el resultado es lo que estamos viendo cada vez con más frecuencia en la Ciudad de Buenos Aires”, concluyó Koutsouvitis.

La conversación con María Eva Koutsouvitis deja en claro que, más allá de las promesas políticas y las obras millonarias, hay una necesidad urgente de adaptar la ciudad a las nuevas realidades climáticas y de implementar medidas efectivas de gestión del riesgo. Quizás entonces, y sólo entonces, “no se inunda más” deje de ser un eslogan vacío para convertirse en una promesa cumplida.

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