En un escenario de creciente fragmentación social y vulnerabilidad, la Fundación Casa Niño Isla Maciel, liderada por el padre Paco Oliveira, enfrenta desafíos cruciales tras el incendio de uno de sus salones. Conversamos con Claudio Freda, miembro de la Fundación, para entender las complejidades del contexto y las acciones hacia un futuro más solidario.
La Crisis de la Solidaridad: Reflexiones y Respuestas desde la Isla Maciel
Hace apenas unas semanas, el corazón de la comunidad de Isla Maciel recibió un golpe devastador. La Fundación Casa Niño Isla Maciel, bajo la dirección del padre Paco Oliveira, sufrió un incendio que arrasó con uno de los salones clave para sus actividades. Esta organización, dedicada a ofrecer apoyo y contención a niños y niñas de 4 a 11 años en una de las zonas más vulnerables del país, tuvo que enfrentar no solo la pérdida material sino también los signos de un deterioro social más profundo.
Hablar con Claudio Freda, integrante de la Fundación, nos lleva a una comprensión más amplia y compleja del incidente. Según Freda, este evento no puede ser considerado simplemente un ataque aislado o la acción de un grupo marginal. Revela, en cambio, una fractura social que parece profundizarse con el tiempo.
“Esto fue un incendio en un salón donde funcionaba la Casa del Niño Eva Perón,” relata Freda. “Históricamente, estos espacios han sido cuidados por la comunidad, porque son fundamentales para la vida diaria de muchas personas. Pero lo que estamos viendo últimamente es una creciente fragmentación y confrontación social.”
El Verdadero Atentado: La Alienación y la Desesperación
Para Freda, etiquetar el incidente como un “atentado” va más allá de una connotación mafiosa. En términos sociales, sí es un atentado. “La alienación de las personas lleva a desconocer estos lugares que forman parte de sus vidas. El deterioro es muy fuerte y eso duele, porque son espacios que deberían ser sagrados para la comunidad,” reflexiona.
Uno de los factores que contribuyen a esta realidad es el contexto económico y social en el que viven muchas de estas familias. La presencia infiltrante del narcotráfico, la falta de oportunidades laborales y la dificultad en acceder a recursos básicos crean un ambiente donde el tejido social se deshilacha. “Un joven que trabaja en un restaurante por 12 horas y le pagan una miseria, que muchas veces ni alcanza para el transporte, es obligado a buscar otras formas de sobrevivir,” explica Freda.
Vulnerabilidad y Reacción Comunitaria
Freda también destaca el hecho de que aquellos en las comunidades más vulnerables son quienes más tienen que perder, a pesar de que la percepción errónea es que ya no tienen nada que perder. “La gente erróneamente piensa que los pobres no tienen nada que perder, pero es al contrario. No tienen redes de soporte, y si pierden esos pocos espacios, lo pierden todo.”
Ante semejante panorama, la Fundación no solo se enfoca en la contención inmediata sino en la resignificación de los vínculos comunitarios. “Tratamos de mostrar la importancia de un Estado presente y generador de equidad y oportunidades. Lo crucial es poner en valor las políticas públicas y un Estado que actúe desde la solidaridad, no desde la violencia,” insiste Freda.
Construyendo Solidaridad: La Respuesta al Incendio
La Fundación adoptó un enfoque pragmático y proactivo para enfrentar la pérdida del salón incendiado. Con la colaboración de otras organizaciones locales, el municipio de Avellaneda, y la provincia de Buenos Aires, organizaron una jornada solidaria que incluyó actividades de limpieza, pintura y restauración de las instalaciones dañadas. “Eran casi 200 personas, incluyendo vecinos del barrio. Fue una muestra de que la solidaridad es el camino para superar estos problemas,” comenta Freda con satisfacción.
Además, Freda destaca la importancia del voluntariado y las donaciones para mantener su operatividad. “Nuestra organización depende de una base voluntaria robusta y las donaciones son vitales,” añade. El llamado es a que más personas se sumen a la causa, ya sea a través de tiempo, recursos o habilidades.
¿Cómo Ayudar?
Para quienes deseen colaborar, ya sea como voluntarios o mediante donaciones, la Fundación ofrece diferentes canales de contacto:
Página web: www.fundacionislamaciel.org
Redes sociales: Facebook e Instagram
Teléfono de contacto: 1138706485
“Queremos que cualquier contribución sea valiosa y efectiva tanto para la comunidad como para el voluntario,” subraya Freda, recordando que cada gesto solidario cuenta en la lucha por reconstruir un tejido social que se ha visto desgarrado por distintas crisis.
Un Llamado a la Acción
La historia de la Fundación Casa Niño Isla Maciel es una clara ilustración de las muchas vidas dedicadas a construir un futuro mejor, a pesar de las adversidades. El incidente del incendio actúa como un lúgubre recordatorio del estado de fragmentación en el que vivimos, pero también como una luz de esperanza. Es fundamental mantener vivo el espíritu de comunidad, solidaridad y trabajo colectivo. “La amenaza es el otro más cercano,” reflexiona Freda, “pero también, el otro es una oportunidad, un abrazo, una ternura.”
En un contexto de creciente aislamiento social y retraimiento, la Fundación no solo proporciona auxilio inmediato a quienes más lo necesitan, sino que también sirve como ejemplo de que la solidaridad y el trabajo comunitario son las verdaderas fuerzas que pueden revertir la marea de la desintegración social.
Así terminamos esta nota, con la esperanza de que sirva como un llamado a la acción, a ser parte del cambio, y sobre todo, a creer que una comunidad organizada es la clave para un futuro más justo y equitativo.