En un contexto de despidos masivos, la Biblioteca Nacional de Buenos Aires se encuentra en el ojo del huracán. Emiliano Ruiz Díaz, delegado de ATE, nos comparte una realidad preocupante que afecta no solo a los empleados, sino también a la cultura y la soberanía del país.
En el desfile cotidiano de noticias, pocas nos confrontan con nuestras raíces culturales y la estructura misma de la nación. Desde hace unas semanas, una situación alarmante está afectando a la Biblioteca Nacional de Buenos Aires. Emiliano Ruiz Díaz, delegado de la Junta Interna de ATE en la institución, nos ofrece un panorama crítico sobre los despedidos de empleados y las implicaciones culturales y sociales de esta medida. La situación se agrava conforme avanza, y es esencial desentrañar los aspectos más cruciales de este escenario.
La Biblioteca Nacional: Guardiana de Nuestra Historia
“La Biblioteca Nacional es una institución centenaria, importante, que precede a la fundación misma de la patria”, introduce Emiliano. Fundada el 13 de septiembre de 1810 por un decreto de Mariano Moreno, esta entidad tiene como misión principal preservar la memoria bibliográfica escrita y cultural de la Nación. En sus recintos se encuentran tesoros que forman parte del patrimonio cultural argentino, y los trabajadores de la biblioteca desempeñan un papel crucial en su conservación.
“Somos 900 trabajadores, de los cuales nos han despedido 120 el miércoles pasado”, relata Emiliano. Los pretextos de los despidos van desde la acusación de ser “ñoqui” hasta la necesidad de ahorro fiscal. Sin embargo, detrás de estos números fríos hay historias humanas, vidas y familias que se ven afectadas.
Un Golpe a la Dedicación y la Experiencia
En la Biblioteca Nacional, los empleados no solo realizan tareas administrativas. “Son especialistas en técnicas totalmente artesanales para conservar documentos únicos,” explica Emiliano. Estamos hablando de trabajadores altamente capacitados, cuyo conocimiento no es fácil de reemplazar. “O sea, muchos de ustedes están capacitados para laburar en el LUBRE,” añade, refiriéndose al nivel de experticia de los empleados.
Esta es una tragedia no solo para los empleados, sino también para la conservación del patrimonio cultural. La pérdida de estos especialistas pone en riesgo la preservación de documentos históricos, lo cual es una amenaza directa a nuestra memoria colectiva.
Un Gobierno con una Misión Clara
“Es un gobierno con determinada misión histórica de desarme del Estado, desde adentro del Estado mismo”, argumenta Emiliano. Las palabras del delegado apuntan a un contexto más amplio de desmantelamiento de las instituciones públicas y una visión neoliberal que ve al Estado más como un obstáculo que como un pilar fundamental de la nación. Según Emiliano, este enfoque gubernamental tiene “todos los resortes mediáticos y comunicacionales y también el poder para hacerlo”.
El Apoyo Popular y la Visibilización
A pesar de este panorama sombrío, los trabajadores de la Biblioteca Nacional no están solos. “Hemos hecho circular una carta en repudio a los despidos, que ha generado una gran solidaridad”, comenta. La institución recoge más de 1.500 visitantes diarios, y muchos de ellos han manifestado su apoyo. Desde investigadores hasta músicos y escritores, el campo cultural en su conjunto muestra su repudio a estas medidas. “Hemos recogido más de 30.000 firmas” en apoyo a los empleados despedidos.
En las próximas semanas, los trabajadores planean realizar “un acto de abrazo a la institución para repudiar los 120 despidos,” informan. Actividades de visibilización y asambleas se realizarán en la propia sede de la biblioteca. Personalidades de la cultura, como Felipe Pigna y Beatriz Sarlo, ya han mostrado su respaldo.
Una Lucha por la Reincorporación
En este contexto de crisis, la prioridad de los empleados es clara: “buscamos algún tipo de mesa de diálogo para la reincorporación.” A través de asambleas y redes sociales, los trabajadores mantienen viva la lucha por recuperar sus empleos. “La situación es muy complicada,” admite Emiliano, pero los empleados están decididos a no ceder en su esfuerzo.
La Biblioteca Nacional no es solo un edificio lleno de libros; es un bastión de la cultura, la historia y el conocimiento en Argentina. Los despidos masivos no solo afectan a sus trabajadores, sino que ponen en peligro la misión misma de la institución. En estos momentos críticos, la solidaridad y la movilización popular son esenciales para revertir las injustas políticas que amenazan con desmembrar esta invaluable institución.
Desde Revista Amanecer, hacemos un llamado a todos nuestros lectores para que apoyen a los trabajadores de la Biblioteca Nacional. Firmar una petición, asistir a una asamblea o simplemente difundir la problemática son acciones que pueden marcar la diferencia. Porque defender a la Biblioteca Nacional es también defender nuestra cultura y nuestra historia.
En tiempos de incertidumbre, la unidad y la resistencia se erigen como las herramientas más poderosas para proteger lo que es nuestro. Los trabajadores de la Biblioteca Nacional son la primera línea de defensa de nuestra memoria cultural, y es nuestro deber como sociedad apoyarlos en esta lucha crucial para el bien común.