Reclamo de pase a planta y aumento salarial en la Ciudad de Buenos Aires
La jornada del martes 13 de agosto será recordada como un día de lucha en la Ciudad de Buenos Aires. Un paro y movilización llevó a los trabajadores al Ministerio de Hacienda para exigir condiciones laborales dignas y mejoras salariales urgentes. La demanda principal fue clara: el pase a planta de los contratados y un aumento de salario que supere la línea de pobreza. Esta movilización es una respuesta directa a la precaria situación que enfrentan los empleados públicos en diversas áreas, incluyendo salud mental, hospitales, y servicios sociales.
Uno de los testimonios más resonantes vino de un trabajador del Hospital Borda, quien describió la situación crítica que enfrenta el centro de salud mental: “El hospital Borda hoy no tiene ascensores, no tenemos, en el pabellón central no tenemos ascensores que funcionen, no tenemos ambulancia, la ambulancia no pasó la BTV”. Esta falta de infraestructura básica afecta directamente la atención médica que se puede brindar a los pacientes, muchos de los cuales no pueden ser trasladados para realizarse estudios en otros hospitales.
El personal del Hospital Moyano también se hizo presente en la movilización. Su secretario general, Gaby, denunció las condiciones laborales deplorables en una de las ciudades más ricas del país: “No se entiende, ¿no?, en la ciudad más rica los sueldos más precarios que tenemos todos los trabajadores de la salud, sueldos que no llevan hasta el fin de mes, sueldos vergonzosos”. La rebaja de horas y el empleo de “franqueros” forman parte de las políticas de ajuste que afectan directamente los bolsillos de los trabajadores.
Eva, secretaria general de un organismo que trabaja con menores, habló sobre los despidos injustificados y los bajos salarios que golpean particularmente a los monotributistas: “Tuvimos despidos, la peleamos, reincorporamos a todos los que se organizaron con nuestro sindicato”. Este sector, con una presencia diaria en terreno, sufre descuentos salariales y otras formas de precarización laboral.
Finalmente, Luis Ortiz del Hospital Durán denunció la falta de recursos y de personal que afecta gravemente el sistema de salud público: “Nosotros siempre vamos a salir a denunciar cuando no se garantiza la salud, cuando se cierran servicios encubiertos, nos pasa en el Hospital Durán, nos pasa en el IREP, tenemos terapias que no funcionan”. Esta situación se enmarca en una política de abandono y achique del estado, perjudicando tanto a los empleados como a los pacientes.
La movilización también sirvió para poner en evidencia las condiciones paupérrimas en las que trabajan los empleados del sistema de salud y otros sectores públicos en Buenos Aires, a pesar del elevado presupuesto de la ciudad. “Es una vergüenza que la ciudad más rica, la que más presupuesto tiene, como lo comentó el compañero, 5 billones y solamente destina el 14,7% para la salud”, resaltó Ortiz.
Los sindicatos y las agrupaciones que participaron en la movilización hicieron un llamado a la unidad y a seguir luchando por sus derechos. A pesar de la diversidad de sectores y funciones, los trabajadores coincidieron en que la lucha por condiciones laborales dignas no puede ser fragmentada por ideologías o banderas. “La bandera y la ideología hay que dejarla de lado cuando la lucha es otra y es más importante”, subrayó un representante del Hospital Borda.
El paro no solo buscó visibilizar la falta de pagos y recursos, sino también llamar la atención sobre la importancia de mantener un sistema de salud público, gratuito y de calidad. En este contexto alarmante, los empleados públicos alertaron que seguirán activos y organizados para que se respeten sus derechos y los de los ciudadanos que dependen de sus servicios. La necesidad de seguir manifestándose es apremiante: “Copemos las calles, acompañemos cada movilización, cada plenario para seguir adelante, compañeros”, instó Gaby desde el Hospital Moyano.
En paralelo, se hizo hincapié en la lucha contra proyectos de ley que buscan bajar la edad de imputabilidad, una medida que según los trabajadores, vulnera aún más a los sectores más desprotegidos de la sociedad. “Sabemos quiénes son los que llegan después al sistema penal juvenil, que son los mismos de siempre, son los pobres, los villeros, los que no tienen morfi, salud ni educación”, recalcó Eva, alertando sobre las graves consecuencias de esas políticas.
Esta jornada refleja no solo las demandas urgentes y legítimas de los trabajadores, sino también una resistencia organizada para enfrentar políticas que perciben como destructivas para el Estado de bienestar. La movilización es un claro indicativo de que los empleados públicos de Buenos Aires están decididos a pelear por una mejora sustancial de sus condiciones laborales, sabiendo que están defendiendo más que sus propios intereses: “vamos a seguir defendiendo a la salud pública gratuita, de calidad para todos y todas los habitantes de la ciudad y de las provincias que lo necesiten”.