Revés Judicial para la Ciudad: La Huerta de Garay Triunfa en Defensa del Espacio Público

Revés Judicial para la Ciudad: La Huerta de Garay Triunfa en Defensa del Espacio Público

Historia de un Espacio Comunitario

La Huerta de Garay, fundada en 1991 por un grupo de vecinos de Parque Patricios, ha sido un bastión de la agricultura orgánica y la inclusión social durante más de tres décadas. Nelly Santamaría, la presidenta de esta asociación civil, resume el origen de la huerta de manera clara: “Estamos reunidos desde 1991. Nosotros estamos inscritos en el ROAD, que es una asociación civil sin fin de lucro. Nos reunimos un grupo de vecinos porque el parque estaba muy desordenado, había montículos de basura”. Inspirados por la necesidad de mejorar su entorno y ofrecer alternativas para los jóvenes en riesgo, los vecinos comenzaron este proyecto que ha crecido exponencialmente.

Inicialmente, la huerta surgió como una forma de labor terapia para los adolescentes que estaban en situación de vulnerabilidad, muchos de ellos iniciándose en el consumo de drogas: “Para poder traerlos, para hacer algo, hicimos la huertita para hacer un poco de labor terapia con ellos y poder sacarlos un poco de su tema”. Lo que comenzó como una acción circunstancial y de pequeña escala, se ha convertido en un espacio robusto de cuarenta metros, en el que, a lo largo de los años, se han desarrollado actividades educativas y culturales.

Una Labor Continuada

A lo largo de los años, la Huerta de Garay ha seguido expandiendo su impacto y alcance. Santamaría nos cuenta: “Nosotros hacemos, siempre damos talleres de huerta orgánica para todo público. O sea, que vienen a hacer talleres y después los llevan a sus lugares y arman su huertita”. La huerta no solo se ha convertido en un espacio educativo, sino también en una fuente de apoyo comunitario: “Cuando teníamos mucha producción, porque éramos muchos, todo lo que sembrábamos, todo lo llevábamos a distintos lugares… ya sea para la villa o para distintos comedores”.

Este compromiso con la comunidad ha sido constante. La huerta ha sostenido su labor a pesar de las dificultades impuestas por la delincuencia y la falta de infraestructura adecuada. “Afuera no está tan linda porque está cubierta en parte por carteles de propaganda”, señala Santamaría, añadiendo que la inseguridad obliga a restringir el acceso: “Es una huertita de puertas abiertas, pero están cerradas. O sea, pueden entrar y salir, pero siempre con la puertita cerrada”.

Conflicto con la Ciudad

La fricción con el gobierno de la ciudad no es nueva. Recientemente, la intención de Jorge Macri de embellecer el parque que abarca ocho manzanas ha puesto la continuidad de la huerta en riesgo. “Ahora, el doctor Jorge Macri quiere hacer que el parque sea puesto en forma excelente porque está muy abandonado… y nos dijeron que también nos teníamos que ir en un pequeño plazo”, explica Nelly.

La respuesta de la asociación fue acudir al sistema judicial para buscar una solución que evitara el desalojo y permitiera la continuidad de sus actividades. Según Nelly, la Defensoría del Pueblo ha sido crucial en esta etapa: “Nosotros nos presentamos en el Ministerio Público de la Defensa de la Ciudad Autónoma. Y bueno, de ahí llegamos a la Defensoría, que es de contencioso administrativo y tributario número dos. Y bueno, nos han atendido muchísimo y por eso hemos conseguido esta medida precautelar”.

A la Espera de una Solución Permanente

La medida precautelar alcanzada no es una resolución final, pero ofrece un respiro importante para la huerta. Los plazos judiciales estipulan que la Defensoría tiene diez días para presentar la información requerida ante las autoridades. Durante este período, la huerta ha de preservar su funcionamiento y continuar con sus actividades regulares.

El entorno normativo parece favorecer a la agrupación vecinal. Una ley sancionada en 2020 habilita la instalación de espacios comunitarios como huertas en terrenos públicos. “Una ley que fue sancionada en 2020, donde habilita la instalación de espacios en terrenos públicos bajo la denominación de huerta pública comunitaria”, precisa Santamaría, acotando que aunque hubo malentendidos iniciales, la huerta cumple con estos requisitos.

Apoyo Comunitario y Proyección Futura

La respuesta de la comunidad ha sido clara y decidida. Diversos actores, sin importar su afiliación partidaria, han mostrado su respaldo a la causa de la Huerta de Garay. “Nos están ayudando, por eso hizo una convocatoria. Vino mucha gente de todos los partidos, o sea que todos los partidos colaboran en lo que pueden. Y bueno, estamos todos muy unidos”, comparte Nelly.

Mientras se espera una resolución judicial definitiva, la huerta sigue siendo un espacio de encuentro y aprendizaje. Sus actividades con colegios y talleres para adultos continúan vigentes, a pesar de la falta de algunos servicios básicos como la electricidad, que ha complicado las operaciones diarias.

Incluso con estas adversidades, la huerta no cesa en su misión. “Este año, el año pasado pedimos que se iluminara todo el parque. Bueno, me llegó a mí, lo pidió la huerta, ¿no es cierto? Me llegó a mí para afirmar cómo que se había dado curso a eso y se iluminaron las ocho manzanas, pero dejaron a la huerta sin luz todo este año”, lamenta Nelly, señalando la ironía de que el espacio que más ha trabajado por el embellecimiento local sea el más desatendido en aspectos básicos.

Una Invitación Abierta

En definitiva, la huerta sigue siendo un faro de resistencia y esperanza en medio del conflicto urbano. Aquellos interesados en conocer y apoyar el proyecto están invitados a visitar la huerta. “Nosotros siempre damos talleres para personas mayores, para todo público… estamos organizando para eso, ya se va a iniciar ahora pronto un taller para el grande”, informa Santamaría, animando a la comunidad a participar activamente.

La huerta está ubicada en Garay 2200, entre Pasco y Pichincha, en la comuna 4. Los interesados pueden comunicarse por teléfono al 15443325 para obtener más detalles y horarios de las actividades. A pesar de las adversidades, el espíritu comunitario y la labor desinteresada de la Huerta de Garay continúan floreciendo, un testamento vivo de lo que la dedicación vecinal puede lograr incluso en el contexto más adverso.