Vecinos de la Comuna 5 exigen la creación de dos escuelas infantiles para el barrio

Vecinos de la Comuna 5 exigen la creación de dos escuelas infantiles para el barrio

En un barrio que ya ha visto demasiadas torres levantarse y no suficientes instituciones educativas surgir, los vecinos de la Comuna 5, en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, están alzando su voz para pedir algo fundamental: una escuela infantil. Pablo Cesaroni, miembro de la Multisectorial de la Comuna 5 y de Cooperadores en Acción, ha estado al frente de esta campaña que busca que las propiedades en Pringles 340-342 sean destinadas a la construcción de una escuela para niños y niñas de 45 días a cinco años.

“Venimos pidiendo hace tiempo estos dos inmuebles, son del patrimonio de la Ciudad de Buenos Aires,” asegura Cesaroni. A lo largo de los últimos años, el gobierno ha intentado vender estos terrenos sin éxito. Ahora, los vecinos han redoblado sus esfuerzos con una nueva campaña que ya ha reunido casi 2.100 firmas, sumadas a las 1.000 recolectadas anteriormente. “Hicimos un acto hace pocos días,” relata Pablo, y agrega que mañana entregarán formalmente las firmas en la sede comunal.

La falta de vacantes en la Comuna 5 es un problema acuciante. Según Cesaroni, la creación de esta escuela cubriría casi completamente la demanda de plazas en edad maternal, el segmento que más sufre esta carencia. Actualmente, el lugar está “tapeado y custodiado por la Policía de la Ciudad” y no se está aprovechando para el beneficio público. En una comuna donde no se ha construido ninguna escuela nueva en los últimos 20 años, la necesidad es apremiante.

El movimiento ha ido ganando fuerza y ha conseguido el respaldo institucional de legisladores y comuneros, tanto del oficialismo como de la oposición. Cesaroni enfatiza la diferencia con campañas anteriores: “A diferencia del 21-22, esta vez hemos logrado juntarnos, reunirnos con el oficialismo y la oposición en la Ciudad de Buenos Aires.” Esta colaboración es fundamental para darle “más sustento institucional” al reclamo, que según Césaroni, no debería hallar oposición en ningún espacio político porque, “estamos hablando de una escuela.”

En paralelo, la lucha vecinal pone en evidencia otro problema subyacente: la especulación inmobiliaria en la ciudad. “Estamos hablando de un lugar que es patrimonio de la Ciudad de Buenos Aires, y que hoy está vacío,” remarca Cesaroni. La tendencia del gobierno de la Ciudad en priorizar “el negocio inmobiliario, el negocio de la obra pública” por encima de necesidades como la educación, es un tema recurrente en las críticas de los residentes. Según Pablo, “en Almagro sobran torres y faltan escuelas.”

El colectivo espera que esta vez el Gobierno de la Ciudad no inserte los inmuebles en la lógica de “negocios inmobiliarios y comerciales,” sino que atienda el clamor popular. Para fortalecer el pedido, mañana entregarán además una nota a los siete comuneros para que firmen “apoyando el reclamo de la escuela,” cuenta Cesaroni con la esperanza de que todos los comuneros respalden la iniciativa. A nivel legislativo, todavía están pendientes algunas reuniones con representantes del PRO, aunque ya obtuvieron el apoyo de otros sectores del oficialismo.

En un contexto donde la infraestructura educativa parece estar en el último lugar de la lista de prioridades, iniciativas como esta toman especial relevancia. Los vecinos y vecinas de la Comuna 5 no solo están luchando por una mejora en su calidad de vida, sino que están buscando plantar la semilla de un futuro mejor para las generaciones que vendrán.

“Aparte ya el gobierno intentó venderlo, siete veces lo intentó vender y no lo pudo hacer,” subraya Cesaroni, puntualizando que la oportunidad de hacer algo verdaderamente significativo para la comunidad está ahí, esperando ser tomada. Los resultados de esta campaña podrían marcar un precedente importante en cómo se gestionan los bienes públicos en Buenos Aires, y quizás inspirar a otras comunas o barrios a seguir un camino similar.

Finalmente, la comunidad planea seguir visibilizando su causa con un festival a fin de octubre en una plaza de la comuna, donde distintas actividades y encuentros seguirán sumando fuerzas a este reclamo. Con la entrega de las firmas y la creciente visibilidad, la esperanza es que “prevalezca el interés de la comunidad” y que finalmente los inmuebles en Pringles 340-342 se transformen en la escuela que tantas familias necesitan.

Las iniciativas comunitarias nos recuerdan que, en una ciudad que puede parecer absorbida por el cemento y los negocios, aún hay espacio para la lucha por lo público y el bien común. Que sean más las escuelas y menos las torres, podría ser el deseo de muchos, pero lograrlo requiere la tenacidad y el compromiso que vecinos como los de la Comuna 5 están demostrando cada día.