La Lucha por el Derecho a la Ciudad: ¿Hacia Dónde se Dirige la Planificación Urbana en Buenos Aires?

La Lucha por el Derecho a la Ciudad: ¿Hacia Dónde se Dirige la Planificación Urbana en Buenos Aires?

Cristina Sottile es una defensora del ambiente en el que vivimos, no en una perspectiva globalizada, sino en lo que directamente incumbe a porteños y porteñas, como el barrio, los espacios verdes y los lugares de esparcimiento comunes. En su intervención, Sottile subrayó un problema que puede parecer invisible para muchos: cómo el discurso y las leyes pueden moldear la fisonomía de un barrio, afectando así el estilo de vida de sus habitantes. Como bien destacó, “uno no se da cuenta en cuánto afectan la vida hasta que suceden” estas modificaciones, pues nuestras vidas están indisolublemente ligadas a estas normativas aparentemente clínicas y racionales.

El código urbanístico que se discute en reuniones legislativas y comunales determinará “cómo deben ser construidos los edificios” y, por lo tanto, cómo se desarrollarán los barrios. Esta planificación urbana no es sino un reflejo de cómo concebimos la vida comunitaria y personal, incidiendo directamente en “cómo paseamos”, “cuáles son los lugares que elegimos para disfrutar el aire libre”, y “de qué manera nos reunimos con nuestros amigos y amigas”.

Sottile hace una observación clara sobre el proceso actual de reforma. Aunque existen reuniones con vecinos y vecinas para simular una “participación vecinal”, estas suelen ser obstáculos menores en una lucha que ella describe como “desigual”. “Lo que se ve es que es una lucha desigual porque del otro lado hay un criterio de mercado que no está dispuesto a desistir fácilmente”, comentó. Esta observación nos lleva a reflexionar sobre qué intereses subyacen realmente tras las políticas urbanísticas y cuál es el “espíritu del código” que se propone.

Uno de los enfoques que supuestamente anima a este código es “nivelar norte-sur”. Sin embargo, a pesar de lo noble que pueda parecer el objetivo en palabras, Sottile expresa su preocupación de que realmente se esté buscando una “densificación”, transformando áreas menos densas de la ciudad, predominantemente en el sur, en posibles nuevos polos para el negocio inmobiliario. Para ella, se trata de un “espíritu de mercado”, una lógica dictada por la inversión inmobiliaria en vez de la calidad de vida de los ciudadanos.

Esta sospecha se intensifica cuando Sottile habla de “terreno desperdiciado”, refiriéndose a las áreas con casas bajas y jardines. Pregunta retóricamente, “¿Será que un jardín es un terreno desperdiciado?”, situando su visión en clara oposición a lo que describe como una ideología destructiva que desacredita la importancia de los espacios más tradicionales y menos urbanizados.

En su intervención, Sottile alerta del grave riesgo de transformar barrios residenciales en torres genéricas. Estas torres, muchas veces vacías o destinadas a alquileres temporarios, desalojan comunidades establecidas de manera forzada, similar a lo que ocurrió en algunos sectores de Palermo y que ahora se repite en Flores Norte. “Es el primer paso para la expulsión” de vecinos que buscan “una vida mejor, que era la que tenían”.

La lucha por el “derecho a la ciudad” — entendido no solo como el derecho a disfrutar de sus recursos, sino también a participar activamente en su planificación — es un llamado importante de Sottile y sus compañeros vecinos. Si bien existe una estructura para que las voces vecinales se hagan escuchar, con reuniones en la legislatura y una programación a través del canal de YouTube de la misma, Sottile insiste en la importancia de que más ciudadanos sean activos en estos procesos.

“Nosotros quienes transitamos, inclusive la ciudad de Buenos Aires, tenemos derecho a participar y a escuchar nuestra voz”, enfatizó. Participar no es solo un derecho, sino también una herramienta poderosa para influir sobre el marco urbanístico que defectiblemente parece inclinarse hacia el beneficio de unos pocos sectores más que al bienestar común.

En definitiva, la participación ciudadana y el entendimiento crítico de lo que significan cambios como la modificación del código urbanístico son vitales. Mientras la ciudad de Buenos Aires transita caminos de cambio, la voz de ciudadanos como Cristina Sottile sigue recordándonos que la discusión no debe restringirse al texto de un código, sino al modo en que ese código podrá enriquecer o restringir nuestras vidas diarias. En las palabras de Cristina Sottile, queda claro el clamor por un desarrollo que realmente mejore la calidad de vida para todos y no solo para una porción privilegiada.