El Impacto del Dragado del Río Paraná: Una Espada de Doble Filo para Buenos Aires

El Impacto del Dragado del Río Paraná: Una Espada de Doble Filo para Buenos Aires

La entrega de la operación del Río Paraná a manos privadas, con participación de intereses extranjeros, es un tema que Verón domina a la perfección. “Digamos que algo conozco de este tema”, comenta modestamente. Con varias décadas de experiencia en la Dirección de Construcciones Portuarias y Vías Navegables del Ministerio de Obras Públicas, su conocimiento no solo comprende la ingeniería del dragado sino también el impacto geopolítico y ecológico de tales decisiones.

Una Historia de Privatizaciones

Para entender el presente, Verón nos lleva al pasado, a los años 90, cuando “el menemato decidió que tenía que entregar todo”. Según el Capitán, esta oleada de privatizaciones fue un reinicio de políticas iniciadas durante la última dictadura cívico-militar. En esta línea temporal, la reciente concesión del Río Paraná es vista como un eslabón más en una cadena de decisiones que “le entrega el control a los militares estadounidenses.”

Dragado: ¿Qué está en juego?

La magnitud propuesta para el dragado es descomunal: “significa profundizar un río a profundidades realmente inconmensurables”, dice Verón. Los barcos, que solían adaptarse al río, ahora buscarán un cauce más profundo que permita su navegación sin restricciones. “Hasta ahora tienen un gran porcentaje, desde lo que se conoce donde tienen los puertos”, explica Verón, refiriéndose a la zona que abarca desde Timbúes hasta Rosario.

La lógica detrás de este dragado es eminentemente económica. Las multinacionales agroexportadoras quieren un río lo suficientemente profundo para permitir el tráfico de grandes cargueros sin necesidad de operar, ahora mismo, a media capacidad. Este deseo, sin embargo, tiene repercusiones ambientales alarmantes.

Consecuencias Medioambientales y Sociales

Un estudio de la Facultad de Ingeniería señala que en 10 años, el trayecto del dragado podría mover 800 millones de metros cúbicos de sedimentos. Esto no es simplemente tierra y arena inofensiva. “No es que es un material puro, limpio, que uno dice bueno, vamos a caminar unas playas maravillosas”, advierte Verón. El río Paraná, con el tiempo, ha sido utilizado como vertedero para desechos industriales, y estos materiales contaminados se mezclarán ahora con los sedimentos removidos.

Además, el movimiento de sedimentos y el continuo dragado no solo impactan en el ecosistema fluvial. La “velocidad que toma el agua al hacer una canaleta más profunda, va a afectar las costas, va a afectar la fauna, la flora, todo,” dice Verón. Las zonas costeras, la toma de agua potable y la estabilidad ecológica del Río de la Plata están en peligro.

Un Interés Estratégico

La complejidad del dragado del Río Paraná va más allá de consideraciones ecológicas y económicas. Como subraya Verón, hay razones estratégicas que hacen del río un punto de interés. “Por ese río también sale la trata de Blanca, Blon… han salido mujeres, la droga se maneja por ahí,” enfatiza. La reciente concesión a empresas con vínculos extranjeros hace que Argentina pierda el control sobre un corredor fluvial crítico.

El Papel de las Organizaciones Sociales y Políticas

Para Verón, la entrega del río es un reflejo de la actual política nacional y sugiere la existencia de un interés más elevado por mantener a la población distraída. “El hambre, lo que está sufriendo el pueblo argentino,” dice, son herramientas de distracción que permiten que tales decisiones críticas pasen desapercibidas.

A pesar de este sombrío panorama, Verón destaca el papel crucial de las organizaciones sociales y políticas que luchan contra la entrega del río. “El único camino que nos queda es la lucha”, afirma con convicción. Numerosas organizaciones, desde la CTA Autónoma hasta grupos ambientalistas, están trabajando para resistir esta concesión y sus implicaciones.

Conclusión

El futuro del Río Paraná es, según el Capitán Oscar Verón, un microcosmos de las luchas más amplias que enfrenta Argentina. El control sobre sus recursos naturales, la defensa de su soberanía y la protección de su medio ambiente están en juego. “Así que”, concluye Verón, “tenemos que hacer todo lo que esté a nuestro alcance para contrarrestarlo.”

La situación del Río Paraná es un llamado a la acción. En medio de la agitación política y social, la voz de expertos como Verón nos recuerda la importancia de no solamente vigilar nuestro entorno inmediato, sino de entender las dinámicas más amplias que nos afectan. Ante un panorama de incertidumbre, la resistencia y la acción colectiva se presentan como las últimas barreras contra la erosión de la soberanía y la salud ambiental de la nación.