Buenos Aires: Entre la Basura y las Alturas del Obelisco

Buenos Aires: Entre la Basura y las Alturas del Obelisco

Desde hace tiempo, Buenos Aires enfrenta “el problemita de la mugre”. A pesar de que la urbe tiene “un presupuesto similar al de Madrid u otras ciudades grandes, grandes”, el manejo de la basura no alcanza ni siquiera lo ideal. Con recursos considerables en términos de dinero, “se podría manejar mejor” esta situación. Sin embargo, las quejas de los ciudadanos suelen caer en oídos sordos, ya que “nuestro jefe de gobierno, cuando alguien le reclama, hace de cuenta que no se finge demencia y dice, pero eso es más plata, ¿y quién lo va a pagar?”.

El lema de la ciudad es “orden y limpieza”, sin embargo, en la práctica, parece que la gestión actual se centra más en las apariencias. El gobierno de Jorge Macri a menudo “se saca la foto y filma cuando saca de su sitio a las personas en situación de calle”. Ciudades con mayor población enfrentan retos similares, pero la notable diferencia en el caso de Buenos Aires es la relación entre expectativas y realidad, acentuada por “cánones extras por trabajos que no están puestos en el contrato”. Este pago adicional, “pingui, pingui, pingui, como en Plata Dulce”, no parece solucionar los problemas de fondo, con lo cual, la “ciudad sigue, continúa con el problemita de la mugre”.

En otro frente, el icónico barrio de Parque Chas ha sido escenario de un conflicto en torno a la preservación arquitectónica y el cambio urbano. La justicia recientemente autorizó “a que se retome la demolición del último chalet original del Parque Chas”, lo que representa no solo una pérdida estructural, sino también patrimonial para la comunidad. La casa, “era una de las construcciones originales” del barrio y los vecinos propusieron que el gobierno la adquiriera para “en todo caso la comprara, la expropiara, y la pusiera al servicio de la comunidad”. Sin embargo, “ni siquiera la Comisión de Patrimonio Histórico respaldó el pedido de los vecinos”.

Los residentes de Parque Chas deseaban preservar no solo una estructura, sino el espíritu arquitectónico original del barrio. Argumentaban que el chalet podría transformarse en un “centro comunitario, un centro de jubilados, una biblioteca popular, etc.”. Pero ahora, con la autorización judicial, el destino que les aguarda se centra en una potencial “edificación moderna”. Esta situación refleja un encuentro entre intereses privados y públicos que el gobierno de la ciudad parece no estar dispuesto a mediar en favor del patrimonio cultural.

Mientras tanto, en el epicentro de la ciudad, el Obelisco se prepara para ofrecer una nueva experiencia a quienes lo visiten. Situado en el corazón de “la 9 de julio, que es la avenida más ancha del mundo”, a partir de ahora ofrecerá la posibilidad de “subir hasta el obelisco y observar la ciudad desde ese punto panorámico privilegiado”. El monumento, una estructura histórica donde fue izada la bandera nacional por primera vez en la ciudad, “no estaba habilitado desde hace muchos años para poderlo hacer”.

Un nuevo ascensor instalado permitirá a locales y extranjeros “realizar esa visita” al punto más alto del Obelisco. Esta obra, realizada para no “modificar la estructura externa” del monumento, permitirá disfrutar la ciudad desde un “punto panorámico que ningún otro edificio puede tener”. Esta decisión del gobierno porteño, aunque de cara al turismo y al espectáculo, ha sido recibida con mezcla de sorpresa y entusiasmo por los residentes, ya que “esto nadie lo pidió, hubo algún que otro proyecto, pero nadie lo pidió ahora en este momento”.

El Obelisco, un símbolo de la identidad porteña, tendrá ahora “un pequeño ascensor que va a permitir llegar arriba hasta las aberturas” desde donde contemplar Buenos Aires en toda su magnitud. Esta adición se interpreta como un intento por parte de la administración de llevar “cositas lindas” a los ciudadanos, apostando siempre por una “ciudad de luz”.

El escenario de Buenos Aires, como cualquier gran metrópoli, está en constante cambio. Cada noticia, desde la gestión de desperdicios hasta la transformación del paisaje arquitectónico y las innovaciones turísticas, nos ofrece una perspectiva de una urbe en constante movimiento, buscando equilibrar lo histórico con lo moderno y lo práctico con lo ideal. Los retos y decisiones de hoy marcarán el rumbo de esta emblemática ciudad sudamericana.