En la vibrante y bulliciosa Ciudad Autónoma de Buenos Aires, uno de los temas más candentes que enfrentan los vecinos es la gestión de residuos, una problemática que ha escalado en magnitud y gravedad ante la falta de eficiencia en su manejo. A pesar de que la ciudad es considerada una de las más ricas del cono sur, con un presupuesto comparable al de Madrid, la recolección de basura ha demostrado ser un servicio altamente deficiente y forjado en irregularidades administrativas.
Según Lisandro Teszkiewicz, Auditor General de la Ciudad de Buenos Aires, “cada vez que nosotros nos ponemos a mirar el tratamiento de lo que se llama técnicamente residuos sólidos urbanos, que es la basura que genera la población de toda ciudad, es quizás uno de los temas más importantes de una ciudad”. El contrato de concesiones para este servicio es, de hecho, el más grande de la ciudad, valiendo “decenas de miles de millones de pesos”.
Sin embargo, Teszkiewicz relata que el servicio está plagado de problemas de gestión. “La Dirección General de Limpieza de la Ciudad de Buenos Aires, que es la que debe planificar esto, tiene muchísimos problemas de gestión, que hacen una mala planificación, una planificación deficiente”, denuncia. Esto da lugar a contratos que, a pesar de su gran valor, no se cumplen de manera adecuada. “Si las empresas respetaran a rajatabla solo lo que el contrato les exige, por la fortuna que nos cobran, la ciudad quedaría más sucia de lo que está”, añade.
Uno de los puntos críticos es la decisión de extender estos contratos de manera unilateral por parte del ahora ex jefe de gobierno, Rodríguez Larreta, quien renovó por otros cuatro años el contrato que aún tenía vigencia hasta el 2025. Esta prórroga no vino acompañada de “ningún estudio que justifique, ningún informe técnico que diga por qué era necesario”, haciendo que se pagara más de lo estipulado originalmente. Esta acción, según Otizkiewicz, solo deja lugar a la “sospecha de algún ilícito”.
Además, el actual jefe de gobierno, Jorge Macri, ha adoptado medidas que repercuten directamente en la limpieza de la ciudad. Al asumir, suspendió ciertos pagos de adicionales, lo que llevó a las empresas de basura a dejar de prestar servicios como la limpieza de contenedores. “Ustedes pueden creer que nosotros en nuestro abono pagamos el que pase el camión, levanta el contenedor y lo vacíe, pero no está la limpieza, ese es otro contrato. La manguereada te la cobro aparte”, explica el Auditor.
Otro conflicto se centra en la ley de basura cero, una normativa que estableció un compromiso para dejar de enterrar basura en 2020. Sin embargo, en lugar de cumplirla, la ley fue modificada, eliminando su plazo. Otizkiewicz señala que “seguimos enterrando basura, no la enterramos en la ciudad de Buenos Aires, la enterramos en la provincia de Buenos Aires”, llevándole una carga considerable al CEAMSE.
La responsabilidad de reciclar ha sido trasladada a los vecinos con indicaciones como “separa la basura en tu casa, el problema es que no lavate el tachito de yogurt antes de tirarlo”, lo cual, en opinión de Teszkiewicz, exime a las autoridades de implementar políticas adecuadas respecto al reciclaje y manejo de residuos.
La actitud del gobierno hacia los sectores más vulnerables, como las personas en situación de calle, añade una capa adicional de crítica. Según eszkiewiczz, Jorge Macri ha catalogado el problema de las personas en situación de calle como uno de “higiene urbana”, aplicando medidas de desalojo acompañadas de limpiezas forzadas realizadas por la policía de la ciudad. “Primero como que esos no fueran vecinos, no fueran vecinos en un estado de vulnerabilidad absoluta”, argumenta Teszkiewicz, quien recalca la necesidad de un tratamiento más humano y sistémico para estos problemas.
Enérgico en sus declaraciones, Teszkiewicz asegura que el trasfondo de los problemas de gestión de residuos es un “proyecto político cruel”, donde “así donde parece que hay errores de gestión, en realidad lo que hay es un negocio que se retroalimenta”. Los informes que surgen de sus auditorías buscan sacar a la luz estas irregularidades, siendo los vecinos de la ciudad quienes deben conocer y actuar ante tal información para que esta tenga algún impacto.
En resumen, el tema de la recolección de basura en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires no es un asunto menor ni aislado. Refleja una serie de decisiones administrativas y políticas que priorizan el beneficio económico sobre el bienestar ciudadano y la eficiencia del servicio. Con la esperanza de generar un cambio, la auditoría de la ciudad continuará profundizando en esta problemática, alentando a sus vecinos a cuestionar y exigir una mejor gestión de los recursos que todos contribuyen a financiar.