Buenos Aires: Epicentro de Luchas Sociales y Memorias Históricas

Buenos Aires: Epicentro de Luchas Sociales y Memorias Históricas

En diálogo con la prensa, se revela un panorama donde conviven la reivindicación de derechos, la memoria histórica y el panorama político actual. Defays ofrece un relato vivo de lo que significa estar en la primera línea de una protesta que va mucho más allá de una simple reivindicación sectorial.

Memorias de una Nación en Lucha

Desde antes de que el reloj marcara las tres de la tarde, la escena ya estaba preparada con la “carpa de la CTA” dedicada al tema de salud, y “una gran cantidad de ex-combatientes de Malvinas” caracterizados con “sus trajes, su uniforme del ejército”. Estas imágenes traen a la memoria la historia reciente de Argentina, una historia empapada de luchas por derechos y justicia social.

Estos ex-combatientes, presentes en la manifestación, simbolizan una tradición de defensa nacional que algunos quieren ver como “sanmartiniana”. Según Defays, esta es una tradición que evoca el legado de figuras independentistas y movimientos populares históricos en Argentina. “Este uso de la fuerza, que por supuesto nadie quiere, pero que en este mundo… es esta derechización.” Defays subraya cómo la esperanza de un mundo solidario y pacífico ha cambiado hacia una realidad donde la violencia y la represión son protagonistas.

Al conversar sobre estos ex-combatientes, destaca la ironía de las instituciones armadas argentinas, marcadas por una “tradición de torturadores”, según Guillermo, adiestrados por “los perdedores de la Guerra de Vietnam, por los perdedores de Argelia, los mismos que después entregaron la bandera sin luchar en Malvinas”. Así, estas observaciones llaman a reflexionar sobre el papel histórico que las fuerzas armadas han jugado en contextos de represión y su contraste con manifestaciones que buscan reivindicar derechos como las presentes.

Luchas que Trascienden Décadas

La lucha de los jubilados en Argentina no es un fenómeno reciente. “Es algo que también el gobierno quiso hacer, como borrar cualquier apoyo histórico,” sostiene de Defays, subrayando que las raíces de esta protesta van mucho más allá de un presente político inmediato. Desde la crisis iniciada en los 90 con las políticas económicas del presidente Menem, hasta el cambio de rumbo bajo el mandato de Cristina Fernández, los jubilados han sido protagonistas de manifestaciones constantes.

El entrevistado trae a colación el papel de la CTA en las históricas jornadas de lucha de diciembre de 2017: “Lo frenamos porque estuvimos ahí”, rememorando el activismo que marcó un cambio crucial en la política argentina. Sin embargo, bajo nuevos gobiernos, la situación parece estancarse e incluso retroceder. Bajo el actual clima político y atracciones como el fenómeno electoral de Milei, Defays observa una realidad donde “cuando parecía que no se podía agudizar más, se agudizó”.

El Hoy de una Protesta Recurrente

El presente es igualmente desafiante. Con la zona rodeada por fuerzas de seguridad, Defays nota que “la policía ya está saturando un poco la zona”, evocando el potencial para la tensión. La memoria reciente recuerda que “cuando no está la policía no hay lío”, una afirmación que sugiere que la presencia de las fuerzas de seguridad muchas veces es un agente de provocación en las manifestaciones.

La CTA y otras organizaciones esperan que la jornada transcurra con normalidad. “Nosotros vamos a tratar de manifestarnos en paz”, declaraciones de Defays que resuenan con un deseo generalizado en esta y otras manifestaciones. Sin embargo, el temor a la provocación y la represión sigue latente, con intentos de sabotaje de las demandas de paz como infiltrados.

En definitiva, el contexto de esta jornada de protesta no es un hecho aislado. Sino más bien una continuación de una lucha que remite a luchas históricas, y que refleja las tensiones entre un pasado de represión y un futuro que muchos luchan por hacer más justo. Guillermo Defays y los manifestantes ocupan un papel crucial en un escenario que mezcla demandas sociales, memoria histórica y un sistema político que lucha por interpretarlas y adaptarse a ellas.

Las palabras de Defays nos recuerdan que Buenos Aires, una vez más, está en el centro de un diálogo que es a la vez local y global. Un diálogo donde las fuerzas armadas, las políticas económicas y las demandas sociales se entrelazan en un espejo infausto del progreso necesario que aún parece lejano. Mientras la manifestación avanza, queda por verse cómo este momento histórico se inscribirá en la crónica de las luchas que han definido, y continúan definiendo, a la Argentina.