Un Café con Perón: Una batalla cultural en el corazón de Argentina

Un Café con Perón: Una batalla cultural en el corazón de Argentina

La constante amenaza al imaginario colectivo

Cristina Sotile comenzó su intervención destacando que no es fácil para alguien como ella, dedicada a estudiar la cultura y las representaciones sociales, explorar los acontecimientos actuales en Argentina. En una jornada marcada por el ataque a símbolos del peronismo, sostiene: “Lo que está sucediendo en este momento […] es un ataque directo a este inconsciente colectivo, a este imaginario colectivo”. Este imaginario no es otro que aquella visión compartida de una vida donde todos los ciudadanos gocen de derechos e igualdad.

En un contexto donde las oleadas ideológicas globales tienen un impacto directo en la sociedad argentina, Sotile alerta sobre “esa idea instalada últimamente, a nivel mundial, no lo estamos sufriendo solamente nosotros, que es la de sálvese quien pueda”. Esta cosmovisión, que valora el éxito personal aun a costa de los demás, se enfrenta a un ideario de equidad y solidaridad característico de los movimientos populares en Argentina.

Redes sociales y el deterioro del saber

Sotile observa con preocupación cómo las redes sociales y la tecnología han llevado a un “libre albedrío que termina dejándonos solos e ignorantes”. La emergencia de las fake news y la deslegitimación del conocimiento constituido nos han dejado huérfanos de las certezas que ofrece un saber científico. El ejemplo de alguien en el Congreso sosteniendo teorías como la de la Tierra plana, según Sotile, evidencia un retroceso alarmante en el pensamiento crítico.

“Informarse solamente por las redes no es informarse”, enfatiza. La antropóloga sostiene que es crucial comprobar la información con otras fuentes y tener una base de información histórica para entender correctamente el presente y las políticas estatales. Esta desinformación es, en gran medida, responsable de un panorama donde sectores dominantes intentan manipular la narrativa histórica.

Mitos fundacionales y el borrado de la memoria

Sotile llama la atención sobre el borrado selectivo de la memoria histórica, comparando el cierre de Un Café con Perón con la permanencia del Instituto Roca. Mientras que el primero está dedicado al estudio del peronismo —un movimiento que ha promovido la equidad en varias de sus gestiones—, el segundo conmemora a una figura asociada con la conquista del desierto, una campaña militar brutal en la historia argentina que, según Sotile, es vista de manera positiva por algunos debido a su resultado de acumulación y apropiación territorial.

La antropóloga cuestiona: “¿Por qué un presidente sí y otro no? ¿Nos estarán cortando una parte de la historia de manera parcial?” Estas preguntas buscan despertar la crítica sobre quién decide qué parte de la historia debe ser preservada o borrada, y a qué intereses responde este borrado.

Fin de la historia o nuevos comienzos

Enfrentar las posibles intenciones de silenciar corrientes de pensamiento, Sotile rechaza la idea del “fin de la historia”, postulada por el teórico político Francis Fukuyama. Para ella, el fin de la historia “se da cuando ya no hay nada nuevo por construir”, un punto que Argentina y el mundo, desde su perspectiva, aún no han alcanzado.

“La civilización la terminan pagando los que viven en la barbarie”, dice Sotile, citando cómo estructuras de poder establecidas deciden quién accede a los beneficios de la civilización y quién queda relegado a la explotación. En este contexto, invita a mirar críticamente el mundo occidental y su legado colonialista, un discurso que se sigue replicando aun hoy en día.

Reflexión final

Ante los desafíos actuales, Sotile aconseja “gastarse en pizza y cerveza con amigos” lo poco que uno tiene, un acto que propone como rebeldía ante un sistema que solo beneficia a unos pocos. En su opinión, Argentina está en un momento crítico donde, por más que el horizonte parezca oscuro, “a cada momento va empezando” una nueva oportunidad de construir un futuro más justo.

Cristina Sotile nos recuerda que en estos momentos hace falta “compartir, aunque sea para cambiar impresiones y opiniones”. En tiempos donde la memoria y la justicia parecen tambalear, convoca a resistir y a no claudicar en la construcción de un país mejor para todos y todas —un llamado vigente para mantener viva la esperanza y la acción.