48 Horas de Lucha por el Reconocimiento en Buenos Aires: La FENAT Impulsa la Unidad y la Solidaridad Social

48 Horas de Lucha por el Reconocimiento en Buenos Aires: La FENAT Impulsa la Unidad y la Solidaridad Social

La convocatoria comenzó con una movilización que partió desde Brasil y Defensa hacia las puertas del Ministerio de Hacienda de la ciudad, un gesto simbólico que representa la firmeza y determinación de las organizaciones participantes para exigir el reconocimiento de las labores comunitarias y la valorización de los bachilleratos populares. “Las trabajadoras comunitarias… hoy no están reconocidas, que hoy ponen su esfuerzo, su trabajo todos los días, y el Gobierno de la Ciudad no sólo no reconoce su trabajo, sino que también están siendo auditadas, perseguidas”, denunció Armando, subrayando una de las principales causas que motivan la demanda urgente de este colectivo social.

El reclamo no se detiene en la puerta del Ministerio. Al día siguiente, la acción se concierte en una Olla Popular programada para las 13 horas en el mismo lugar donde inició la marcha, Brasil y Defensa. Este evento no solo simboliza la lucha constante de los sectores vulnerables por ser escuchados, sino que se liga directamente con la jornada nacional de lucha organizada por la FENAT, subrayando un mensaje de solidaridad que va más allá de las fronteras urbanas. “Participar en esta Olla Popular, que se va a desarrollar a lo largo y ancho de todo el país… es importante”, destacó Armando, extendiendo una invitación abierta a todos los que buscan unirse a esta causa.

En este contexto, la movilización ha reunido a diversas organizaciones y sectores que comparten un mismo objetivo: la construcción de un gran frente que enfrente las políticas actuales que, según los manifestantes, buscan “ajustar en la ciudad a los sectores más vulnerables”. Armando resalta la necesidad de unidad categóricamente, enfatizando que “la resistencia también hay que plasmarla en la organización y en la calle, sino no tiene un correlato en lo político”.

Un punto nodal de la protesta radica en el sentimiento generalizado de que el gobierno de la Ciudad de Buenos Aires ejecuta políticas que marginalizan comunidades enteras bajo la pretensión de mantener un ideal particular de vida urbana. “Parece que el gobierno de la ciudad de Buenos Aires, todo aquel que quiera vivir o todo aquel que quiera trabajar en la ciudad, tiene que tener un CBI impecable”, comentó Armando, reflejando el desafiante ambiente en el que estos grupos sociales viven día a día.

Este sentimiento se ve exacerbado en los paralelos que los manifestantes trazan entre las políticas locales y las nacionales, destacando que “el espejo en el que se mira Jorge Macri es Javier Milei”. Armando, al hacer referencia a las medidas contra los comedores comunitarios, también critica las auditorías y las políticas de ajuste que comparan con técnicas de engaño que perjudican severamente a los sectores más necesitados.

Es en esta atmósfera de lucha que las palabras de Armando resuenan con un llamado firme a la acción y la participación. “La cita de honor y arriba a los que luchan”, expresó, reafirmando la necesidad de protestar de manera unida y organizada contra las injusticias percibidas en el ámbito laboral y social.

A medida que la jornada de lucha avanza, queda claro que el enfoque de este movimiento no solo reside en el reclamo de mejores condiciones laborales, sino también en la reivindicación de una sociedad más justa y equitativa donde todos los trabajos sean valorados y respetados. Con la Olla Popular programada y la solidaridad creciente entre las comunidades, Buenos Aires se convierte en el escenario de una lucha significativa por el reconocimiento y el respeto a todos los trabajadores y trabajadoras, cuyo esfuerzo mantiene viva la esencia de la ciudad.

Este evento es más que una simple movilización; es un eco fuerte de solidaridad, un clamor por justicia, y un ejemplo del poder colectivo que puede surgir cuando las voces individuales se unen bajo una misma causa. Al cerrar nuestra conversación con Franco Armando, la esperanza es tangible: un millón y medio de pibes no tienen que irse a dormir sin comer, y los derechos no tienen que ser arrebatados. El camino es largo, pero la lucha está en marcha, y en cada paso se forja un futuro más prometedor para todos.