La situación laboral en el INTA, junto a otros organismos públicos de Argentina, ha estado en el centro del debate en las últimas semanas. La tensión se desató cuando el gobierno emitió decretos de necesidad y urgencia, que amenazaban con el despido masivo de trabajadores y trabajadoras en el INTA y otros entes del Estado. La situación resultó en una fuerte movilización y resistencia sindical, logrando revertir algunas de las medidas planteadas por el Ejecutivo.
Flavio Vergara, en su charla, resaltó cómo estas acciones gubernamentales forman parte de una serie de “decretos de necesidad de urgencia que atacaron a un montón de organismos públicos”, afectando no solamente al INTA, sino también a otras entidades como Vialidad Nacional y la Comisión Nacional de Regulación del Transporte. Sin embargo, “la resistencia en los sectores de laburo” y el trabajo de esclarecimiento hacia la comunidad han permitido derogar estos decretos en el ámbito legislativo.
El camino hacia la resolución de este conflicto ha estado lleno de desafíos. A pesar de la derogación de los mencionados decretos, el gobierno intentó ejecutar despidos masivos anunciados apenas horas después de la derogación, lo que Flavio describe como una estrategia “de las bestias” para intentar avanzar con sus planes. Afortunadamente, “se reforzó una cautelar que había para el INTA”, y una jueza determinó que el gobierno debía “retrotraer la medida”, impidiendo así que la lista de despidos avanzara.
Estos listados de despidos, según describe Flavio, no solo implicaban una pérdida de empleo, sino que también se hacía de manera inhumana e ilegal. “Hay compañeras que tienen o familiares con discapacidad, o tienen ellos problemas de salud graves”, señala, resaltando la falta de sensibilidad en el manejo de estas decisiones.
La resistencia continúa siendo el motor de cambio. Ninguno de los trabajadores fue impedido de ingresar a sus lugares de trabajo gracias al apoyo y la vigilancia de las organizaciones sindicales. Este esfuerzo ha sido un claro triunfo para los trabajadores, quienes celebran la resistencia y esperan una disposición interna que revoque definitivamente los listados de disponibilidad.
Flavio Vergara también destaca el contexto político más amplio, advirtiendo que “este gobierno… cada día es más antidemocrático”. La percepción es de una administración que no respeta las decisiones del poder legislativo ni del judicial, creando un régimen autoritario. En este marco, la lucha de los trabajadores no solo es por los empleos, sino también por defender la institucionalidad democrática del país.
El problema de fondo también se vincula a un intento de desguazar al INTA y otros institutos para comercializar tierras y propiedades estatales. Vergara expresa su preocupación por cómo “están dejando al país en estado de remate”, con la Agencia de Bienes del Estado creciendo mientras vende patrimonio público, un bien que “es del pueblo”.
Este escenario demanda una resistencia organizada y unida que permita reestablecer el control ciudadano sobre sus recursos y derechos. Flavio confía en la capacidad de movilización social y espera que las próximas elecciones reflejen una voluntad de cambio, evitando que el Congreso quede “detenido de violeta ni de amarillo”.
En un cierre reflexivo sobre el papel del Estado, Flavio enfatiza que “si el Estado no regula, el mercado te puede matar”, reafirmando que las instituciones públicas son esenciales para garantizar condiciones dignas de vida a la población.
El triunfo judicial en el INTA es un paso crucial, pero la lucha continúa. Los trabajadores, apoyados por sus sindicatos, mantienen la vigilancia y la resistencia mientras esperan nuevas acciones legales y políticas que consoliden sus empleos y reinstauren el respeto por los derechos laborales y democráticos en Argentina.