La Lucha por un Espacio Verde
Guillermina Bruschi, una de las líderes de este colectivo, celebra que “estamos recontentos con este primer pedacito de plaza, que la verdad es que tiene una dinámica muy linda”. La pequeña pero significativa plaza en la avenida Jonte ya está abierta al público, brindando un “lugar de encuentro comunitario” donde los vecinos, especialmente niños y familias, se congregan para disfrutar del aire libre y lo que promete ser un oasis de frescura en el concreto urbano.
A pesar del logro, Brushi enfatiza que “es solo el inicio”, señalando que hay tres lotes más en juego, cada uno con el potencial de transformar aún más el paisaje del barrio. En un contexto donde muchos barrios de Buenos Aires enfrentan una escasez crónica de espacios verdes, las acciones de estos residentes ejemplifican una resistencia valiente y definitiva contra la imparable urbanización.
Presentando el Caso al Consejo Económico y Social
El grupo ha presentado sus proyectos ante el Consejo Económico y Social. Guillermina Bruschi comparte que “la idea del Consejo […] era seguir juntando compromisos”, tras meses en los que sus propuestas han estado estancadas en la Comisión de Planeamiento Urbano, que “no se ha reunido todavía” en lo que va del año.
Durante esta reunión, expusieron la historia y el urgente reclamo de tener más espacio verde en Villa Santa Rita. Este relato no es solo una crónica de batallas legislativas, sino también una evidencia concreta del impacto social que estos espacios pueden tener. “La nueva plaza está cambiando un poquito”, dice Bruschi, “la temperatura y el dinamismo del barrio”, a la vez que impulsa una nueva vida comercial y comunitaria.
La Urgencia de Actuar
A pesar de las esperanzas, los desafíos permanecen. “Son últimas oportunidades de espacios ociosos en el barrio y si no es verde va a ser gris”, advierte Bruschi. Los lotes disponibles son de propiedad privada, lo que significa que “las tiene que comprar el gobierno”. La urgencia es evidente; las vecinas y vecinos están preocupados porque “los lotes siguen, digamos, a la voluntad de su dueño”.
Bruschi menciona tres lotes críticos: el de Nazca 1500, Emilio la Marca y San Blas. Especialmente significativo es el de Nazca, que ya posee una arboleda frondosa, un escenario ideal para una plaza en un barrio donde “los ejemplares muy pequeños de árboles” en la nueva plazoleta prometen sombra solo dentro de décadas.
Una Visión Eco-Ciudadana
La ciudad enfrenta el imperativo de no solo escuchar a estos ciudadanos, sino de actuar. “El cambio climático es preocupante”, asevera Bruschi, recordando que en ciudades como Buenos Aires, cada metro cuadrado de verde cuenta contra las “islas de calor” y sus ecosistemas en peligro. Estos temas no son solo ambientales, sino esencialmente humanos: “el centro de toda esta cuestión ambiental es la salud de las personas”.
A través de las recomendaciones al Poder Ejecutivo, esperan que “pueda darles una respuesta” que no solo asegure estos lotes para el uso público, sino que sirva de testimonio del poder de una comunidad comprometida y un gobierno receptivo.
Mirando al Futuro con Esperanza
Bruschi concluye con optimismo cauteloso: “Siempre nos mantenemos como que realmente vamos a lograr” ampliar el proyecto de plaza. Ellos no se detendrán hasta “tener aunque sea un pedacito de espacio verde” que califique como tal, conforme a los estándares establecidos oficialmente.
Si algo ha demostrado “Una Plaza para Villa Santa Rita” es que la organización comunitaria es clave para alcanzar el cambio deseado. Este colectivo no solo trabaja por la manifestación material de una plaza. Están sembrando las semillas para un futuro más inclusivo y sostenible, donde cada vecino pueda disfrutar de un poco más de verde, en una ciudad que cada vez más descubre su necesidad de respirar aire fresco.
Así, el destino de Villa Santa Rita, pendiente de las decisiones legislativas próximas, podría también definir una nueva hoja de ruta para otros barrios metropolitanos con ansias de un corazón verde. Es una lucha que ha comenzado, una donde la palabra final aún no se ha escrito, pero donde el compromiso ardiente ya ha hecho eco entre calles de cemento y sueños de hojas.