Desalojan “Un Café con Perón” en Buenos Aires: un golpe a la memoria y resistencia del pueblo peronista

Desalojan “Un Café con Perón” en Buenos Aires: un golpe a la memoria y resistencia del pueblo peronista

Después de meses de disputa, Leonardo Dubá, expresidente de la cooperativa Lo de Néstor, recordó: “Fue este año, el 7 de mayo, cuando anuncian el cierre del Instituto Juan Domingo Perón, que era la casa vecina a nuestro café. A partir de ese momento, el Gobierno Nacional decidió disolver el contrato que teníamos hasta el 2027″. Lo que para algunos podría haber sido un evento administrativo más, para otros, como Dubá, es la manifestación de una decisión tomada por motivos profundamente ideológicos.

El café no solo era un tributo a Perón, sino que evocaba los últimos días de vida de Evita y Juan Domingo. “Para nosotros era un honor trabajar en esa casa, donde todos los derechos que hoy se discuten en la reforma laboral salieron de ese lugar”, comentó Dubá, quien sostiene que los trabajadores de la cooperativa realizaron sus labores con “mucho amor y mucho respeto al lugar”. Sin embargo, la percepción de que “esos símbolos debían ser rotos” para borrar la historia parece haber calado hondo en los integrantes del actual gobierno.

El cierre del café y del Instituto no es un hecho aislado, sino parte de una serie de clausuras de entes históricos, como el Instituto San Martín o el de Belgrano. Aunque algunos decretos relacionados fueron revertidos, el 346, que implicaba al Instituto Perón, ni siquiera fue discutido en profundidad en el Congreso. “Es esa cuestión ideológica de borrar la historia, de pegarle al peronismo, y hacer que el pueblo sienta este odio que le hacen generar hacia el peronismo”, afirmó Dubá.

El proceso de desalojo fue particularmente doloroso y complicado para la cooperativa. “Nosotros éramos los últimos soldados que nos fuimos de esa casa, el 16 de junio, una fecha simbólica para nosotros”, dijo Dubá, rememorando la resistencia que intentaron llevar a cabo junto a militantes y figuras como Juan Grabois. Además, las herramientas de trabajo, cruciales para la subsistencia de los trabajadores, quedaron en manos del Estado sin aviso previo. Las pertenencias fueron llevadas al Instituto Nacional de Asociativismo y Economía Social (INAES), quienes ahora tienen el control sobre el futuro de estos bienes.

El cierre también ha asestado un duro golpe a las otras iniciativas gestionadas por la cooperativa, como el bar Lo de Néstor. “Vaciaron a Un Café con Perón y lo de Néstor directamente”, lamentó Dubá, quien, a pesar de las adversidades, está considerando la apertura de una nueva cooperativa para seguir trabajando. Sin embargo, este camino no está exento de dificultades: “Esto ya está dentro de esa lógica judicial, política, mediática y persecutoria”, mencionó, incidiendo en el hecho de que la persecución es tanto política como económica.

El desalojo y cierre de la cooperativa reflejan también una fractura en la militancia y el peronismo. “Lo que sentimos fue mucha soledad”, confesó Dubá, criticando la falta de acompañamiento por parte de la dirigencia política, que, según indicó, no ha estado a la altura de las circunstancias para defender lugares que son fundacionales para la identidad peronista. “Lo único que se presentó fue un amparo y nada más”, reveló acerca de los esfuerzos insuficientes para mantener el Instituto y el café abiertos.

A medida que el gobierno actual avanza con políticas que, según Dubá, buscan desmantelar lo colectivo y simbólico del peronismo, la falta de una contestación firme y unificada desde el campo popular resuena como un llamado urgente para reorganizar estrategias y fortalecer la militancia. “Nosotros perdimos porque nos quedamos anacrónicos discutiendo cosas”, afirmó al señalar la desconexión entre cierta parte de la dirigencia política y las realidades que enfrentan los trabajadores en el presente.

No es simplemente la desaparición de un café, sino de un espacio clave para un sector del pueblo argentino que busca sostener la memoria viva de uno de los movimientos políticos más significativos del país. Se evidencia una necesidad de replantear y revitalizar el proyecto político peronista en sincronía con el siglo XXI, entablando un diálogo que incluya a todos: tanto a los trabajadores tradicionales como a los nuevos trabajadores de la economía informal.

Lo que queda claro en la narrativa de Dubá es que, más que un desalojo físico, esta acción representa un desalojo simbólico. En sus palabras: “Es como entender una nueva era. Que hay que volver a replantearse discusiones para ver cómo volver a encarar en esa nueva era, esta nueva sociedad”. Sin embargo, mientras la dirigencia y las bases peronistas no logren aunarse bajo un proyecto común renovado, esos espacios seguirán en peligro de desaparecer, junto con la rica historia que llevan consigo.