Ricky Pashkus no es solo una figura central en el ámbito del teatro, sino también un educador apasionado que ha dejado una huella perdurable en las vidas de muchos de sus estudiantes y colaboradores. Su espectáculo “Kingy Boots”, ahora en el Teatro Luxor de Carlos Paz, ha sido recibido con entusiasmo por críticos y público por igual. Pero Pashkus no solo ha traído consigo una nueva obra, sino también una poderosa reflexión sobre su vida y carrera en su autobiografía recientemente publicada.
La iniciativa de escribir “Conservate Bueno, Confesiones y Enseñanzas de un Maestro” surgió del deseo de compartir una perspectiva única sobre el arte del teatro y la pedagogía. “Me gustaba escribir, tengo una revista que se llama Divague, y mis alumnos me decían a menudo, ‘Ricky, vos tenés que escribir'”, comenta el director. Esta chispa de inspiración, combinada con el tiempo de reflexión que le brindó la pandemia, fue el catalizador perfecto para que finalmente pusiera sus pensamientos en papel. Pashkus señala que el libro busca ser una amalgama de su vida educativa, proyectos teatrales y experiencias personales, un tejido entrelazado que define su existencia.
La vida de Pashkus no ha estado exenta de retos y dualidades. Uno de los conceptos más intrigantes que explora en su libro es la idea de la “fe infinita”. Aclara que este concepto trasciende la religión y se centra en la intuición. Recuerda cómo esa noción de fe se convierte en un acto de fidelidad hacia uno mismo, permitiéndole avanzar incluso en la incertidumbre. “Fe infinita es porque es más allá de lo que yo controlo”, confiesa Ricky, sugiriendo que a menudo confiaba en su intuición aun cuando no tenía certeza absoluta sobre el resultado. Esta confianza intuitiva se refleja en su estilo de dirección y enseñanza, donde anima a sus alumnos a confiar en su propia “fe infinita”.
El proceso de aceptación personal fue otro hito crucial en la vida de Pashkus. A través de su carrera, comprendió que tenía que diseñar sus coreografías basándose en su ser auténtico, no en la emulación de otros. “Mucho tiempo… antes de 35 o 50, no tenía confianza”, admite. Sin embargo, al encontrar paz interior, aprendió a seguir su naturaleza única en lugar de ceñirse a las convenciones impuestas.
La influencia de la infancia y la educación también han marcado profundamente su vida. Ricky Pashkus habla con ternura sobre sus padres, a pesar de haber enfrentado una crianza que describe como “brava, incoherente por momentos”. Esta mezcla de afirmación y negación constante le llevó a adoptar una perspectiva relativa del mundo. Su educación, impregnada de psicoanálisis, fomentó una naturaleza inquisitiva, algo que le permitió abrazar las dualidades y contradicciones de su vida.
Bullying y prejuicios también jugaron un papel en su historia. “Absolutamente… con mi hermano, todos viajábamos en el micro… y yo hoy siento culpa, digo, ¿por qué yo no sentí que era víctima?” Ricky revela una fortaleza interna que nació de esos momentos difíciles, rechazando el papel de víctima, transformando esas experiencias en pilares de su resiliencia personal.
Entre sus relaciones más significativas en la industria, destaca su estrecha amistad con Julio Chávez. “Sin lugar a dudas, Julio Chávez… es mi hermano”, dice con cariño. Esta conexión ha sido un soporte fundamental en su carrera artística y personal.
Con miras al futuro, Pashkus tiene previsto llevar uno de sus proyectos teatrales, “Coq”, a España, una obra que ya hizo historia en Argentina. Su deseo de seguir expandiendo su arte y compartir sus enseñanzas es inquebrantable, mientras continúa construyendo puentes entre culturas a través del teatro.
A través de sus confesiones en “Conservate Bueno”, Ricky Pashkus se revela no solo como un maestro y director, sino como un ser humano que ha aprendido a danzar con las luces y sombras de la vida. Esta introspección no solo enriquece su arte, sino que también inspirará a innumerables artistas y lectores a abrazar su autenticidad. Mientras tanto, “Kingy Boots” promete ser un espectáculo que dejará a Carlos Paz hablando del poder transformador del teatro.