La prestigiosa periodista Elizabeth Checa, conocida por su profundo conocimiento en vinos y gastronomía, comparte sus impresiones sobre la elaboración de la última edición de su famosa guía *Los Buenos Vinos Argentinos*. A lo largo de los años, la guía se ha convertido en un referente para los amantes del buen vino, ofreciendo una selección curada por Checa y Fabricio Portelli, reconocido sommelier argentino.
En esta nueva edición, Checa y Portelli han superado las barreras impuestas por la pandemia para seguir evaluando la calidad y variedad de los vinos argentinos. “Catamos como más de 600 y ahora han entrado 500 y pico”, reveló Checa al hablar sobre el riguroso proceso de selección que involucró a su hijo Federico, quien también participó en la cata junto a Portelli.
La evolución del vino argentino ha sido evidente a lo largo de los años, y Checa ha sido testigo de primera mano de estos cambios. “Ahora, por suerte, los vinos, se les está dando desde hace unos años muchísima importancia al suelo”, comenta, refiriéndose al enfoque actual de las bodegas en las características del terroir, dejando atrás las prácticas de exceso de madera que predominaban en los años 90.
Checa tiene una clara preferencia por los vinos que emocionan. “Me emociona como si fuera, qué sé yo, un poema o una obra”, explica, destacando la manera en que los buenos vinos pueden despertar los sentidos de una manera única. Su emoción se refleja también en su escritura poética sobre el vino, una práctica que continúa cultivando. En esta edición, por ejemplo, ha escrito versos dedicados a varietales como el Chardonnay y el Riesling.
A pesar de no ser sommelier, Checa aporta una perspectiva periodística que la distingue. “Fabricio es un sommelier y yo soy periodista. Hay términos que no me gusta usar. Pero lo que yo siempre, esa es mi tarea también, es en qué circunstancias tomar ese vino”, dice, lo cual aporta un toque personal a cada reseña, sugiriendo maridajes y momentos ideales para disfrutar cada copa.
La diversidad del vino argentino está presente no solo en las grandes regiones clásicas como Mendoza, sino también en lugares inesperados como la Patagonia. “En Chubut, es un lugar increíble, es la bodega… creo, no te lo puedo creer, que es la bodega más al sur del mundo”, comenta Checa, reiterando la capacidad del país para producir vinos excelentes en toda la geografía.
Otro aspecto único de *Los Buenos Vinos Argentinos* es su falta de puntajes, un elemento que Checa omite deliberadamente. “No creo en el puntaje. El vino es el vino y sus circunstancias”, explica, enfatizando que las evaluaciones numéricas no capturan la experiencia completa de disfrutar un vino. En su lugar, la guía se centra en las cualidades intrínsecas de cada etiqueta y su capacidad para conmover al bebedor.
Checa también destaca la mejora cualitativa de los vinos a través de las innovaciones en técnicas de cultivo y vinificación. “Hoy en Argentina hay que hacer mucho esfuerzo para encontrar un vino malo, hay vinos buenos y en toda la gama de precios”, asegura, subrayando la accesibilidad de vinos de alta calidad para los consumidores.
Para aquellos afortunados en asistir a la presentación oficial de la guía, es una oportunidad para celebrar y degustar las selecciones destacadas. “Siempre lo hacemos en las reuniones con un gran despliegue”, aclara Checa sobre la recepción de este año, que, debido a las limitaciones actuales, será más íntima, reservada para un grupo selecto de periodistas.
Finalmente, para Elizabeth Checa, el mundo del vino es mucho más que una mera bebida; es una obra de arte, una experiencia que une a quienes tienen el privilegio de disfrutarla. Su trabajo, junto al de Fabricio Portelli, no solo explora cada botella, sino que celebra el momento y las conexiones humanas que se crean en torno a una buena copa de vino.
Con esta edición de *Los Buenos Vinos Argentinos*, Elizabeth Checa continúa cimentando su legado como una de las voces más autorizadas en el ámbito vitivinícola de Argentina, inspirando a otros a descubrir y apreciar la riqueza de la cultura del vino con una pasión desbordante y un conocimiento profundo.