Desde el 20 de septiembre y hasta finales de noviembre, el icónico Centro Cultural 25 de Mayo en Villa Urquiza se convierte en el escenario de “Una Casa de Muñecas”, la célebre obra de Henrik Ibsen, repensada y dirigida por Lorena Ballestrero. Esta versión contemporánea renueva sus temas universales y plantea nuevos interrogantes para el público argentino del siglo XXI.
Un viaje atemporal y universal
Ballestrero relata cómo la pandemia fue el germen del proyecto que hoy toma forma en el corazón de Buenos Aires. “Es una obra muy grande en dimensión por lo que plantea, por lo que vuelve a atraer desde ese momento en que Ibsen la escribe y todavía sigue vigente hoy”, explica. La directora reconoce el desafío de preservar la esencia de la obra original, escrita en 1879, mientras busca que resuene en un contexto mucho más cercano a nuestra realidad contemporánea.
“Para mí, lo más fuerte que plantea esta obra sigue vigente y es cómo hacemos para no quedar atrapados, atrapadas en lo que se supone que tenemos que hacer”, comenta Ballestrero. La problemática de las decisiones personales frente a las presiones sociales y culturales se presenta como un eje central, uno que todavía resuena profundamente en nuestra sociedad actual.
Una propuesta escénica innovadora
Consciente del legado teatral que tiene entre manos, Ballestrero ha visto numerosas puestas de “Una Casa de Muñecas” y sus reescrituras contemporáneas. “Yo también preguntaba, bueno, ¿cómo hacemos que hoy en día, aunque tengamos aquel texto que tiene la fábula situada allá, nos pase eso mismo? Para mí ahí está el teatro de los textos dramáticos, de los clásicos. Está cuando aparece el público y cuando pasa el teatro en ese entre”, dice.
Para lograr este puente temporal y emocional, la directora opta por una puesta en escena que es deliberadamente ambigua en su temporalidad: “Por un lado, a mí me interesaba trabajar sobre el texto de Ibsen, cómo hacer una versión contemporánea desde la escritura. Me parecía que había maneras de pensarlo desde la puesta en escena, esa actualidad. Y por otro lado me interesaba trabajar un tiempo que fuera desde entonces hasta acá, que es un tiempo más inestable, más ambiguo quizá también”.
Actuaciones que humanizan lo clásico
El elenco ha sido elegido cuidadosamente para traer al presente los complejos vínculos entre los personajes. La protagonista, Nora, interpretada por Malena Rivo, es el epicentro de esta tragedia personal y social. “Es un desafío, porque todo pasa por ella. Sí, la verdad que es una obra que claramente, en proporción, Nora está en todas las escenas menos una y eso es un trabajo súper desafiante para la actriz”, destaca Ballestrero respecto al reto de encarnar a la icónica Nora.
La adaptación decidió también prescindir de algunos personajes menores y fusionar el papel de la criada joven con el de la nana, “porque la criada joven es un personaje más pequeño, que tiene la función de anunciar quién viene, quién se va, y me parecía más interesante teatralmente”, justifica Lorena. Esta simplificación busca centrar la atención en las relaciones más significativas y cargadas de tensión dentro de la historia.
Una escenografía que hace eco del título
La puesta en escena minimalista refuerza el sentido de precariedad y de ilusión que es central en la obra. “Me interesaba remitir a la época con el dibujo de los sillones y un empapelado y un reloj, pero que en realidad no fuera lo que es. Que es también lo que le pasa, me parece, a Nora, pero además a todos los demás personajes”, reflexiona Ballestrero. La escenografía simula los contornos de una casa de muñecas, una estructura frágil que refleja la artificialidad del mundo construido por y para los personajes.
Un clásico que sigue interrogando al público
Así, esta nueva adaptación mantiene viva la conversación sobre las decisiones personales en un mundo que a menudo dicta cómo deben ser nuestras vidas. La historia de Nora, que desafía las normas de su tiempo al dejar atrás una vida contenida por roles tradicionales, invita al público a preguntarse: “¿Qué estamos haciendo, qué estamos eligiendo y a qué sociedad estamos estimulando?”
“Una Casa de Muñecas” en el Centro Cultural 25 de Mayo promete ser una experiencia teatral que no sólo revive un clásico, sino que también estimula reflexiones contemporáneas en sus espectadores. Las entradas están disponibles en la página del teatro o en Alternative Teatral, ofreciendo al público la oportunidad de redescubrir este monumental drama con una mirada fresca y pertinente.