La obra, según Tarrío, es una exploración de “las narrativas de la historia de la humanidad”, más que un recuento literal de esta. Aunque tiene la apariencia de un viaje histórico, en realidad, se centra en criticar quiénes han sido los narradores de esas historias predominantes. A través de esta obra, Tarrío y sus colaboradores buscan desmantelar las convenciones narrativas que a menudo han sido dominadas por voces masculinas, examinando cómo estas han sido utilizadas a lo largo del tiempo para moldear nuestra comprensión colectiva del pasado.
Como explica Tarrío, “es una obra no sobre la historia de la humanidad, sino sobre las narrativas de la historia de la humanidad”. El resultado es un espectáculo que, aunque aborda temas serios, lo hace con un sentido del humor que roza lo clownesco, recordando a los espectadores que las historias con las que crecimos pueden revisarse y reinterpretarse.
Un Viaje Teatral Singular
El espectáculo que propone “Érase” se inspira en los fascículos de inspiración homónima “Érase una vez el hombre”, una serie televisiva de origen francés que alcanzó popularidad en Argentina. Sin embargo, la obra no se limita a reproducir este material; en cambio, lo utiliza como una plataforma para una crítica mordaz sobre cómo esas historias fueron a su vez adaptadas durante la última dictadura militar argentina bajo la influencia católica.
“Había un acuerdo entre la editorial, la Iglesia Católica y el Gobierno Militar,” recuerda Tarrío, refiriéndose a cómo los fascículos fueron alterados para adaptarse a los intereses de esos tiempos, insertando ideas de catecismo donde antes se contaba la evolución del hombre. Esto, nos dice Tarrío, “se convirtió en como los monos, el homo sapien, los nerdentales, y de golpe aparecía el Papa”.
La estructura de la obra es única y desafiante. Los actores cambian de rol constantemente, evocando a una compañía de cómicos que deambula entre diferentes épocas y estilos, desdibujando las líneas tradicionales del teatro y la narrativa. Estos cambios no solo añaden dinamismo al espectáculo, sino que también refuerzan su mensaje central sobre la naturaleza mutable e influenciable de la historia.
Una Compañía Versátil
El elenco de “Érase” está formado por talentos que previamente trabajaron junto a Tarrío en “La Guiada”, una producción del Teatro Nacional Cervantes que también se aventuró a contar la historia del teatro nacional. Estos actores llevan consigo una experiencia rica en adaptaciones y la capacidad de interactuar directamente con el público que ha sido probada en diferentes escenarios, desde el Teatro Nacional hasta una cancha de fútbol.
La inclusión de Mónica Cabrera en el elenco no es casual. Tarrío comenta que su presencia ofrece “una ruptura generacional”, aportando una perspectiva fresca y desafiando las formas teatrales contemporáneas. Su monólogo, que Tarrío describe como un esfuerzo por dinamitar la obra desde dentro, sirve para cuestionar y deconstruir los intentos previos de establecer una narrativa coherente de la historia humana.
“La obra comienza con una cuestión en pronta muy humorística,” explica Tarrío, “y de pronto entra un monólogo que cambia completamente el clima de lo que se está diciendo”. Este cambio abrupto de tono es intencional, diseñado para hacer que el público y la narrativa tomen una pausa y reconsideren lo que han visto y sentido hasta ese momento.
Intersecciones del Pasado y el Presente
Uno de los elementos más llamativos de la obra es su enfoque en el genocidio como una invención humana. A través de una enumeración de genocidios históricos, la obra busca impactar y hacer reflexionar al público sobre la capacidad de la humanidad para cometer atrocidades en masa. Esta lista es relatada por la voz de Cecilia Laratro, quien también introducía la serie “Érase una vez el hombre” en ATC durante la dictadura, creando una conexión escalofriante entre la censura del pasado y los horrores históricos.
Es evidente que “Érase” no busca complacer o consolar a su audiencia. En cambio, reta a los espectadores a reevaluar las historias que dan forma a su visión del mundo, proporcionando una crítica potente al poder y la historia oficiales.
Últimas Funciones y el Futuro de “Érase”
“Érase” presenta sus funciones restantes los jueves a las 21 horas en el Teatro del Pueblo. Aunque solo quedan pocas funciones este año, existe la posibilidad de que la obra regrese el próximo febrero al mismo escenario. Como Tarrío advierte, “no se cuelguen porque nunca se sabe”, subrayando la importancia de aprovechar la oportunidad para experimentar esta producción innovadora mientras esté disponible.
Las entradas están disponibles a través de la boletería del teatro o mediante plataformas de reserva online. Aquellos que buscan un teatro que desafíe y estimule intelectualmente encontrarán en “Érase” una experiencia que provoca reflexión y entretenimiento en igual medida.
Como una representación teatral que busca tanto contar como borrar historias, “Érase” se posiciona como un trabajo necesario en el actual panorama cultural, un recordatorio de que la revisión del pasado es un acto esencial para entender nuestro presente.