El contexto de Buenos Aires se ha vuelto tenso, no solo por las inminentes elecciones legislativas sino también por un ambiente político que, según diversas organizaciones vecinales, prioriza el desarrollo inmobiliario sobre la calidad de vida de sus habitantes. En medio de este clima, surge una voz fortalecida por el clamor de los vecinos que buscan “un ciclo por la preservación y creación de espacios verdes en la ciudad de Buenos Aires”, como lo menciona Mariano Passi, integrante de la Red de Tierras Ferroviarias y militante de la CTA Autónoma de la Capital.
La historia de esta iniciativa se remonta a julio de 2024, durante los debates sobre la actualización del Código Urbanístico de la Ciudad. Fue entonces cuando un conjunto de asambleas barriales decidió unirse para fortalecer sus luchas individuales por los espacios verdes. En palabras de Passi, “la agenda verde o ambiental está totalmente ausente del debate político en la ciudad”, un vacío que las organizaciones comunitarias han decidido llenar al presentar un manifiesto que resume sus demandas más urgentes a los candidatos legislativos.
Un Manifiesto de Compromisos Esenciales
El “compromiso ambiental” dirigido a los candidatos legislativos se resume en cinco puntos clave que los vecinos esperan que sean firmados y cumplidos. El primer punto exhorta a *”votar negativamente todo proyecto que implique privatización o concesión de tierras del Estado”*, dando prioridad a la conservación de terrenos públicos ante los intereses corporativos.
El segundo punto, fundamental para la protección del medio ambiente urbano, es “impulsar proyectos de ley que garanticen la preservación y la ampliación de los espacios verdes”. Como destaca Passi, se trata de una respuesta a años de políticas que favorecen al cemento sobre el verde.
El tercer punto de este manifiesto llama a los candidatos a “adherir a los proyectos de ley existentes”, haciendo hincapié en las iniciativas que surgieron desde las distintas barriadas. Estas incluyen la creación de nuevos parques en espacios ferroviarios y la transformación de estacionamientos en plazas comunitarias.
Un área de particular preocupación es el arbolado público urbano, que no solo mejora la calidad del aire sino que también proporciona sombra y regula el microclima urbano. Por ello, el cuarto punto del compromiso demanda “impulsar o apoyar aquellas iniciativas que tengan que ver con la preservación e incremento del arbolado público urbano”.
Finalmente, el quinto punto aboga por *”la revisión de la ley 123″*, relacionada con la participación ciudadana en la formulación del Código Ambiental. Se busca una legislación efectiva que permita la verdadera inclusión de los ciudadanos en las decisiones que afectan su entorno.
El Rol de la Ciudadanía en la Protección del Espacio Público
Passi enfatiza que, pese a los logros parciales, es esencial que las respuestas surjan desde los barrios mismos: “Las alternativas surgen desde los barrios mismos y es en ese proceso en donde nos encontramos, impulsando proyectos y dando la pelea, no solo para ser escuchados, sino también para ser tenidos en cuenta”.
Estos movimientos vecinales argumentan que los problemas que enfrentan los habitantes de Buenos Aires, como el hacinamiento y la discordia entre el desarrollo urbano y la preservación de espacios verdes, no están siendo adecuadamente abordados por las actuales políticas. Las organizaciones señalan que se “sigue favoreciendo una planificación que no responde a que la ciudadanía se pueda desarrollar en paz y con una buena calidad de vida, sino a cómo generarle mayores ganancias a unos pocos”.
Por ello, el objetivo del compromiso es claro: influenciar la agenda política de los candidatos y candidatas a legisladores para que pongan en el centro de su mandato la urgencia ambiental de la ciudad. En un llamado a *”todos los candidatos y candidatas de todos los espacios políticos”*, estos actores vecinales no distinguen colores partidarios al plantear que la responsabilidad recae sobre cualquier figura política que aspire a legislar para Buenos Aires.
La Presión de las Organizaciones Vecinales: Un Desafío para la Política Urbana
Más allá del “marketing con el cual nos bombardea la gestión del gobierno de la Ciudad”, como señala la voz crítica de Mariano Passi, la realidad para muchos residentes es el deterioro de su calidad de vida. Las organizaciones vecinales ahora enfrentan el reto de que su mensaje sea llevado a “todas las fuerzas para lograr que se comprometan con una agenda que contenga las necesidades de la ciudadanía porteña”.
Esta historia de lucha y resistencia urbana subraya la importancia de incorporar una agenda medioambiental robusta en el panorama político de la Ciudad de Buenos Aires. La tensión entre el crecimiento desmedido del cemento y la vitalidad de los espacios verdes evidencia un conflicto que solo puede resolverse a través de un compromiso genuino y compartido de todas las fuerzas políticas por una ciudad más verde, más habitable y más orientada a las necesidades de sus habitantes.
Una Esperanza en las Próximas Elecciones
En un contexto en que las elecciones legislativas pueden definir un nuevo camino para Buenos Aires, estos colectivos vecinales mantienen su apuesta por un cambio significativo. La expectativa es que, a través del “compromiso ambiental”, se dé prioridad al bienestar de sus ciudadanos y se construya una ciudad más justa y sostenible para todos.
