Protesta en el CONICET: Ocupación pacífica en el corazón de la ciencia argentina

Protesta en el CONICET: Ocupación pacífica en el corazón de la ciencia argentina

En una jornada de conmoción dentro del ámbito científico argentino, trabajadores del CONICET, acompañados por representantes gremiales de ATE, han decidido ocupar pacíficamente las instalaciones de la Agencia de Investigación, Desarrollo e Innovación. Este acto es en protesta por la falta de actualización salarial que arrastra desde hace 17 meses y la paralización de los subsidios destinados a proyectos de investigación.

Sol Martínez Duarte, secretaria gremial de ATE en el CONICET Capital, explicó el contexto que llevó a esta medida de fuerza. “La agencia IDEMACI es la que gestiona y ejecuta los fondos para la investigación científica,” destacó, subrayando su rol esencial en proyectos que son “la columna vertebral del CONICET.”

Las acusaciones de manejo irregular de fondos se centran en 46 millones de dólares, provenientes de préstamos del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), cuyo destino no ha sido transparentado. “No están ejecutándolos en los proyectos de investigación, porque no están aumentando los salarios de los becarios,” cuestionó Martínez Duarte. La justicia ya ha exigido explicaciones al respecto, pero hasta el momento, las respuestas han sido evasivas.

La situación se agrava ante el contexto económico complicado, donde los salarios de los científicos se encuentran en niveles insostenibles. “Salarios por debajo de la línea de pobreza, por debajo de la línea de indigencia,” denunció, resaltando que la mayoría de los sueldos dentro del sistema científico y tecnológico están significativamente atrasados.

La formación de un becario doctoral es un esfuerzo de años, que comienza desde la educación de grado hasta alcanzar promedios destacados que permitan acceder a estas becas altamente competitivas. “Son compañeros con altísima calificación que están en proyectos de mucha importancia,” expresó Martínez Duarte. Sin embargo, actualmente enfrentan condiciones laborales depreciadas. “786 mil pesos, me da vergüenza leerlo,” comentó, en relación al salario mensual de muchos becarios, situado muy por debajo del umbral de pobreza.

El estancamiento salarial no es el único drama que enfrenta el CONICET. La parálisis en la agencia de investigación genera una sombra sobre el futuro de la ciencia en el país. “Estamos ante una parálisis total de la producción científica,” advirtió, con los trabajadores deambulando entre labores obligatorias sin los recursos adecuados para realizarlas. Los gastos necesarios para el trabajo científico, como viajes y congresos, quedan fuera del alcance cuando el financiamiento es dudoso o inexistente.

Un cambio clave en la estructura de administración también ha avivado la llama del conflicto. “La agencia tenía antes un directorio de 10 investigadores,” explicó Martínez Duarte. Sin embargo, tras una serie de renuncias, actualmente es dirigida por una jefa, Natalia Bendaño, y un reducido equipo, sin representación adecuada de sectores cruciales como la industria o el campo. Esto ha generado desconfianza sobre quién decide las prioridades de investigación: “¿Con qué criterios?” se pregunta Martínez Duarte, preocupada por el destino de la investigación nacional.

El silencio de Bendaño, quien “jamás dio la cara” según las palabras de Martínez Duarte, y la falta de transparencia en su gestión refuerzan las demandas de los trabajadores por ser escuchados. En este contexto, los manifestantes exigen “que se derogue el decreto que interviene la agencia” para restaurar un manejo más representativo y transparente de las decisiones científicas.

La ocupación, aunque pacífica, se mantiene hasta que las autoridades respondan a las demandas. “Nosotros vamos a esperar acá hasta que nos atiendan,” afirmó con determinación Martínez Duarte. La comunicación con representantes gubernamentales y una eventual apertura a negociar son consideradas necesarias para encontrar una solución que reactive el motor de la ciencia argentina.

Sol Martínez Duarte enfatizó que la situación del CONICET es parte de un problema más amplio que afecta a varios organismos de investigación. Exigen que el Congreso trate “una Ley de Emergencia de Ciencia y Tecnología” y, a su vez, abogan por la derogación de decretos que, desde su punto de vista, van en línea con la destrucción del sistema científico, afectando a instituciones vitales como el Instituto Nacional de Medicina Tropical y el Instituto de la Semilla.

Mientras tanto, los becarios y trabajadores siguen luchando no solo por su presente, sino por el futuro del conocimiento en Argentina. “Seguiremos de conjunto, en asamblea, con los compañeros becarios de agencia,” proclamó Martínez Duarte, reflejando la voluntad colectiva de persistir en sus reclamos.

El panorama actual en el CONICET abre una discusión crucial sobre las prioridades y el apoyo al sector científico en el país. Estos eventos revelan no solo las dificultades económicas que enfrenta el sector, sino también el desafío de garantizar un manejo transparente y responsable de los recursos que son esenciales para el avance del conocimiento y la tecnología en Argentina.