INTI: La Pulso del Conflicto por los Becarios en el Epicentro de Miguelete

INTI: La Pulso del Conflicto por los Becarios en el Epicentro de Miguelete

El lunes en cuestión, las puertas del INTI en Miguelete, Argentina, se convirtieron en el escenario de una protesta que tenía como foco principal la desvinculación de 19 becarios. Estos jóvenes profesionales, que estaban culminando sus formaciones en ingenierías como electrónica y física, fueron inesperadamente desafectados: “[…] detona en lo que pasó el lunes, en la medida de fuerza que tiene que ver con la desvinculación de 19 becarios”, explicó Sebastián Baldomir, Secretario General de la CTA Autónoma Capital Regional Norte y trabajador del INTI. La previsión de un nuevo llamado para becarios que debía realizarse en diciembre quedó en suspenso por una decisión política superior, lo que suma tensión al ya frágil estado económico de la institución.

El INTI se enfrenta a un vacío generacional y profesional, un fenómeno que Baldomir define como parte del “vaciamiento sistemático” que afecta al instituto. El impacto de este vacío es profundo, “el semillero muchas veces de los futuros profesionales que llevan adelante el instituto, está dentro de este sistema de becas o nuevas convocatorias a nuevas becas,” sentencia Baldomir.

Además de la desvinculación de becarios, los trabajadores del INTI están luchando por un incremento salarial. Según Baldomir, en los dos años de administración bajo el régimen de Milei, los salarios han permanecido congelados. Un estado de insatisfacción que fomentó el paro de octubre y añadió combustible al fuego de una comunidad laboral ya encendida por la inestabilidad. “Hoy se está tratando de levantar esas becas, pero también tiene que ver con un aumento salarial,” confirmó Baldomir.

El escenario es todavía más complicado con el cierre de unidades de extensión en varias provincias de Argentina, algo que Baldomir resumió como otra forma de vaciamiento: “Básicamente lo que nos está pasando es eso,” resume Baldomir, quien asegura que no hubo ningún tipo de respuesta a la acción realizada, ni de las autoridades directas del INTI ni por canales jerárquicos superiores: “hasta ahora el impacto no ha sido ninguno… se llaman a teletrabajo y desaparecen del Instituto,” lamentó.

Estos episodios de vaciamiento no son nuevos en la historia del INTI. Los antecedentes de lo que describe Baldomir se pueden rastrear a épocas anteriores, cuando ciertas medidas gubernamentales amenazaban la integridad del instituto. “Nosotros logramos derrocar junto con varios organismos, los DNU Nefasto de Stusenegger,” rememoró Baldomir, subrayando la continuidad de una resistencia que parece unificada en su objetivo contra un modelo sistemáticamente desfavorable.

Los becarios no son solo aprendices en una etapa formativa; son el futuro profesional del INTI y otros organismos científicos, afirma Baldomir: “Para el INTI, un becario es un semillero a un futuro profesional o tecnólogo.” Estos jóvenes no reciben una ayuda económica tópica sino una remuneración que, aunque escasa, es vital para el progreso educativo y profesional dentro del sector. “Estamos hablando de profesionales recibidos,” aclaró Baldomir, defendiendo la relevancia de estos programas no solo para el sustento individual de los becarios, sino para el enriquecimiento del propio INTI a largo plazo.

Las unidades de extensión, que operan como centros de enlace regionales del INTI, también están siendo cerradas. Estas oficinas, que sirven de puente entre la industria local y el instituto, están desapareciendo sin consideración de su impacto operativo y humano. “Estos nexos siempre laburando a la par con el Conicet, universidades,” describió Baldomir la importancia de estas unidades en la red nacional de innovación y desarrollo, reprochando la medida que afecta a estos espacios vitales que, en muchos casos, no implican costos para el INTI. “No es que se cierra por un tema de superávit o de que no hay plata,” argumenta Baldomir, alegando que se trata de una decisión meramente política alineada con una ideología que rechaza la intervención estatal en la ciencia y tecnología.

La resistencia del INTI es testimonio de una batalla más amplia contra principios administrativos que, según Baldomir, “están destruyendo a la Argentina de una manera devastadora.” Con las elecciones en el horizonte, la esperanza vibra entre los trabajadores, quienes ven un posible cambio de paradigma que beneficie el sector estatal y sus recursos humanos y tecnológicos.

Sebastián Baldomir agradeció el espacio para hacer pública su causa, y prometió continuar el plan de lucha en defensa del INTI, sus becarios, y sus trabajadores, a la espera de “un triunfo del campo nacional y popular” que les brinde una estancia de estabilidad y progreso en el marco del siempre complejo escenario político y económico argentino.

Mientras tanto, el INTI permanece en pie de lucha, expectante, resistiendo y esperando el momento en que sus demandas sean reconocidas y valoradas como lo que realmente son: un clamor por la sostenibilidad de un pilar fundamental del desarrollo científico y tecnológico nacional.