Violencia en el Hospital Durand: Un reflejo de la crisis en la salud pública de Buenos Aires

Violencia en el Hospital Durand: Un reflejo de la crisis en la salud pública de Buenos Aires

La agresión no fue un incidente aislado. Ortiz lo describe como parte de un fenómeno creciente que genera preocupación entre los trabajadores del hospital. “No es una agresión, ya se vienen repitiendo, y la verdad que nosotros estamos un poco ya temerosos de que vuelva a suceder y que tengamos algún desastre”. Estos episodios de violencia han aumentado con el tiempo, en un contexto donde la infraestructura hospitalaria se ve desbordada.

Una de las principales causas identificadas por Ortiz para el incremento de estos episodios de violencia es el deterioro de la situación económica y la consecuente sobrecarga de los servicios de salud pública. “Ha crecido la demanda de aquellos que tal vez tenían una prepaga y hoy no la tienen”. Esta afluencia adicional de pacientes ha tensado aún más los recursos humanos y materiales de hospitales como el Durand, que ya están “desmantelados, con mucha demora, con falta de recursos humanos”.

El delegado destaca que el aumento de estos incidentes no es simplemente un problema interno, sino un reflejo de un contexto más amplio que involucra decisiones políticas y económicas en la gestión de la salud pública en la ciudad de Buenos Aires. Ortiz menciona que “el gobierno de la ciudad no termina de darnos personal para poder atender esta necesidad que es difícil”. Las medidas adoptadas hasta ahora no han logrado brindar una solución a la situación, y el personal hospitalario se encuentra “apelando a la mayor tranquilidad, a no discutir, a tratar de paliar lo que más se pueda”, aunque reconoce que “a veces nos desborda”.

Ortiz señaló que la ausencia de seguridad también es un factor crítico que contribuye al clima de inseguridad y violencia. Mencionó que “no tenemos policías en las guardias, también que eso ha sacado el gobierno de Macri”. En este contexto, señala el papel del actual ministro de salud de Buenos Aires: “la verdad que Fernan Quiroz no resuelve tampoco este tema”. Las agresiones no se limitan al personal administrativo, sino que también afectan a enfermeros y médicos, sin que haya una respuesta contundente de las autoridades para abordar el problema.

El tema de los fondos destinados para la salud también salió a la luz en la conversación. Ortiz subrayó que, a pesar de las promesas de aumento en las partidas presupuestarias, la realidad que enfrentan los trabajadores del ámbito de la salud es de constante desfinanciamiento. “El presupuesto era de un 22 y hoy estamos por debajo de un 15”. Describe una política de “desmantelar, de achicar los hospitales, de no darle tanta infraestructura”, compuesta por decisiones estratégicas que clasifican a la salud pública como un gasto.

Esta situación también refleja un conflicto entre visiones ideológicas sobre la gestión de la salud. Ortiz critica la perspectiva empresarial aplicada a la salud pública, señalando que “la mentalidad empresaria, si no ve ganancias, no le da el valor que tiene la salud pública” y acota que hasta reciben amenazas de parte de otros sindicatos más alineados con las políticas de gobierno. Frente a este escenario, reafirma el compromiso de su agrupación para “denunciar estos casos” y seguir levantando la voz sobre las condiciones actuales del sistema de salud.

El testimonio de Héctor Ortiz pinta un cuadro preocupante sobre las condiciones de la salud pública en Buenos Aires. Esta violencia no es solo una expresión de frustración de pacientes y familiares, sino una señal de un sistema que está luchando al límite de sus capacidades. La solución, según los trabajadores, requiere un enfoque integral que incluya mayor inversión, personal adicional, seguridad adecuada y una revisión estratégica de cómo se valora la salud pública en el contexto de las políticas de gobierno.

En un mensaje final, el delegado agradeció el espacio para visibilizar esta problemática y envió un saludo y reconocimiento a la trabajadora agredida y a todo el personal que, a pesar de las dificultades, continúa “cuidando la salud como pueden, de nuestro pueblo”. La esperanza es que, con la difusión de estos incidentes y una mayor conciencia pública, se generen las condiciones necesarias para una mejora sustancial en la calidad de atención e infraestructura del sistema sanitario.

Este relato no solo brinda visibilidad a un problema absoluto, sino que interpela a las partes involucradas en la toma de decisiones para asegurar una salud pública digna y segura para todos, evidenciando la necesidad urgente de atender las demandas del sector con seriedad y compromiso.