Buenos Aires: El Coste de las Promesas Neoliberales

Buenos Aires: El Coste de las Promesas Neoliberales

En el reciente juramento de Jorge Macri como nuevo Jefe de Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, se vislumbra una continuación de las políticas neoliberales que han marcado la última década y media en la ciudad. A pesar de que estos anuncios pasaron algo desapercibidos debido a movimientos nacionales más imponentes, es crucial prestar atención a las promesas y direcciones sugeridas por Macri, especialmente en cuanto a la “revisión del Código Urbanístico” y el “favoritismo hacia los sectores privados a costa del bienestar de los ciudadanos”.





Desde su campaña, uno de los puntos centrales de Jorge Macri fue la revisión del Código Urbanístico, una cuestión de vital importancia para los porteños. “Y al menos 15 barrios de la ciudad están en un escenario sumamente crítico”, citan analistas urbanos preocupados por el estado de la infraestructura y la densidad poblacional. Sin embargo, durante su discurso de asunción, Macri aclaró que esta importante discusión se pospondrá hasta marzo y dejó a la deriva si se tratará de una “reforma parcial y de emergencia para atender a los barrios más afectados, o en realidad se trata de la evaluación integral participativa que se debe hacer por ley cada cuatro años”.



El crítico estado de la ciudad se debe en gran parte a decisiones tomadas en la gestión previa. En 2018, un Código Urbanístico promovido por el macrismo habilitó la sobreconstrucción, aumentando la densidad hasta “entre un 300 y un 700% según las zonas de la ciudad”. Esto desató una serie de problemas, como la interrupción de servicios públicos durante altas temperaturas que dejan a las zonas más densamente pobladas sin electricidad, además de “la destrucción del patrimonio, de la identidad barrial”.



El actual Código Urbanístico ha sido motivo de conflicto y debate. Desde principios de este año, el secretario de Planeamiento, Álvaro García Resta, viene prometiendo la modificación del código en la legislatura. Muchas asambleas barriales han presentado proyectos de ley basados en relevamientos específicos sobre el estado de construcciones y demoliciones. “Presentaron proyectos de ley las asambleas de Villa Devoto, de Villa del Parque, de Palermo, de Chacarita, de Constitución, de Colegiales, de muchísimos barrios”.



En una reunión reciente del foro participativo del Plano Urbano Ambiental, “los funcionarios del gobierno de la ciudad nos informaban que el código iba a modificarse en 15 barrios, en aquellos barrios que están en situación crítica y de emergencia, y que el proyecto de ley iba a ser remitido a la legislatura los primeros días de diciembre para votarse antes de fin de año”. No obstante, Jorge Macri confirmó que “no tiene previstas sesiones extraordinarias, por lo tanto, la modificación del código urbanístico prometida en campaña […] va a tener que esperar a marzo”.



Además de los problemas urbanísticos, el enfoque económico de la nueva gestión de Macri también ha sido objeto de críticas. Ha afirmado que continuará priorizando al “sector privado” sobre el bienestar general de los ciudadanos. “Para el PRO los privados son fundamentalmente las grandes corporaciones que financian sus campañas electorales y que apoyan su gestión de gobierno”. Esta política de priorización se ha manifestado en la creación de distritos económicos como “el distrito tecnológico, el distrito de las artes, el distrito del deporte, el distrito del vino”, que han sido diseñados para ofrecer beneficios impositivos y subsidios a grandes grupos económicos. Esta estrategia incluye la controvertida ley Pharmacity en la Villa 31.



Por otro lado, ejemplos recientes del favoritismo hacia el sector privado son el subsidio de aproximadamente “50 millones de dólares para reconvertir el edificio del Plata”. Este subsidio es dado sin ninguna contraprestación como “transformarlo en viviendas sociales”, lo que ha generado mayor descontento entre los opositores.



En su discurso, Macri no mencionó ninguna estrategia para atender la emergencia social, ambiental y habitacional que afecta a más de medio millón de porteños, lo cual deja a los ciudadanos con “pocas expectativas en la Ciudad de Buenos Aires frente a los anuncios que hizo el nuevo Jefe de Gobierno”.



La indiferencia frente a la crisis que viven muchos porteños es alarmante. Buenos Aires, a pesar de su modernidad y belleza, sufre de “emergencia habitacional, ambiental, urbanística, sanitaria y social”. La gestión del PRO en los últimos 16 años y la perspectiva de otros cuatro años adicionales han cimentado la idea de una ciudad ajena a sus propios habitantes. Esto se hace evidente en los indicadores que reflejan un empeoramiento en todas las dimensiones del bienestar público, como la educación y la salud, en el distrito más rico del país.



En resumen, la administración de recursos y la planificación urbana en Buenos Aires durante las gestiones del PRO han resultado en un modelo basado en “el saqueo, el despojo de la tierra pública y la precarización de los servicios urbanos”. A pesar de una inversión monumental en propaganda y marketing, la realidad cotidiana de muchos residentes muestra signos de declive. Con más de “10 millones de metros cuadrados construidos en los últimos 10 años”, la desregulación del mercado inmobiliario ha hecho poco para aliviar la crisis habitacional, ilustrando que un enfoque neoliberal no necesariamente mejora la calidad de vida de los ciudadanos.



Es fundamental que la ciudadanía se mantenga alerta y continúe exigiendo transparencia y acciones concretas que prioricen el bienestar colectivo sobre los intereses corporativos. Las políticas urbanas y económicas de la nueva gestión determinarán, en gran medida, el futuro habitacional, social y ambiental de una ciudad que, pese a su riqueza, enfrenta múltiples emergencias.