La pobreza y el hambre se han disparado en los últimos años en la Ciudad de Buenos Aires, pero los anuncios oficiales parecen ignorar esta cruda realidad. Los datos de pobreza y la desatención en temas críticos como el acceso al agua y la vivienda revelan una gestión desconectada de las necesidades urgentes de los porteños.
Del Relato Optimista a la Dura Realidad
Hace unos días, Néstor Grindetti presentó un balance optimista de los seis meses de gestión de Jorge Macri en la Ciudad de Buenos Aires. Sin embargo, detrás de esa “ciudad de fantasía”, como la describió, se esconden estadísticas alarmantes que pintan un panorama muy diferente. En la actualidad, el 15% de los porteños y porteñas “cotidianamente pasan hambre”, una cifra que se ha triplicado desde 2015, cuando solo el 5% se encontraba en situación de indigencia. Este incremento descontrolado se da en un contexto en el que seis de cada diez porteños se encuentran en alguna forma de vulnerabilidad social, ya sea indigencia, pobreza, fragilidad o vulnerabilidad.
Pobreza y Hambre en la Ciudad más Rica
Sorprendentemente, en una ciudad tan rica como Buenos Aires, el aumento de la pobreza y el hambre es una situación crítica que contradice la narrativa optimista predominante. Desde 2015, la clase media ha disminuido dramáticamente del 53% al 37%. Este declive es particularmente significativo ya que históricamente la ciudad se ha identificado como una metrópoli de clase media.
La gestión actual parece estar lejos de abordar estos problemas fundamentales. En su balance, Grindetti hizo un énfasis particular en “sobreactuar el respeto a la ley, el apego a la norma de este gobierno”. Sin embargo, los fallos judiciales en su contra revelan lo contrario. Durante la pandemia, un grupo de mujeres llevó al gobierno de la ciudad a la justicia para garantizar el acceso al agua potable, algo fundamental en un contexto de emergencia sanitaria. A pesar de que la justicia ordenó al gobierno garantizar este derecho, han pasado cuatro años sin cumplirla, lo que ha llevado a una multa diaria contra Jorge Macri.
Acceso a la Vivienda: Un Derecho Ignorado
Otro fallo desfavorable al Gobierno de la Ciudad relacionado con la vivienda también está siendo incumplido. Una familia que necesitaba actualizar su subsidio habitacional, recibido para pagar una pieza de hotel, tuvo que recurrir a la justicia. Aunque se ordenó la actualización del subsidio, el Gobierno optó por pagar multas en lugar de cumplir el fallo judicial. Esto resalta una “perversión brutal” en el manejo de políticas sociales críticas.
Grindetti ha hecho anuncios con tintes futuristas, como el plan de acción climática que busca hacer a Buenos Aires “carbono neutral para el 2050”. Sin embargo, esas promesas parecen poco realistas en una ciudad que tiene una “tercera parte del espacio verde por habitante recomendado”, y donde la construcción desmedida se sigue incentivando a expensas del bienestar ambiental y social.
Marcar Territorio con Cemento
La construcción desenfrenada también es un problema grave. En los últimos diez años, se han construido 10 millones de metros cuadrados, una cifra equivalente a “cinco puertos maderos”. A pesar de esta inmensa cantidad de construcción, no ha habido mejoras significativas en el acceso a viviendas asequibles. Por el contrario, cada vez más familias se encuentran en situación de emergencia habitacional, lo que contradice la lógica del “derrame” económico que, supuestamente, beneficiaría a todos los sectores de la sociedad.
El proceso de “apropiarse de nuestro patrimonio” se ha intensificado, con 500 hectáreas de tierras públicas privatizadas, una pérdida para la ciudadanía equivalente a “dos barrios, La Boca y San Telmo”.
Una Ciudad para el Turismo, no para sus Habitantes
La estrategia del PRO parece orientarse ahora hacia la “turistificación” de Buenos Aires, haciendo que la ciudad sea más atractiva para los turistas pero menos habitable para sus propios ciudadanos. Esta “muralla turística” abarca zonas como la zona norte, Puerto Madero, el microcentro y la Boca, generando un entorno cada vez más inhóspito para los residentes habituales.
Contrastes y Contradicciones
La evidente contradicción entre los anuncios de una Buenos Aires verde y su realidad ambiental subraya el “relato optimista” que contrasta fuertemente con los problemas diarios que enfrentan sus habitantes. Desde la promesa de ser “carbono neutrales” hasta la oferta de buses eléctricos para turistas, está claro que las prioridades de la gestión están muy alejadas de las necesidades urgentes y reales de los ciudadanos.
Es crucial que se reconozcan y se aborden de manera efectiva estas problemáticas. Ignorar los datos alarmantes de pobreza e indigencia, así como los fallos judiciales que llaman al gobierno a garantizar derechos básicos como el acceso al agua y la vivienda, solo profundiza la crisis social que Buenos Aires atraviesa. En última instancia, las soluciones requieren un cambio de enfoque y una voluntad política para enfrentar la realidad con acciones concretas y no con relatos fantasiosos.