Ricardo Piglia: Un Personaje Central en la Literatura Argentina

Ricardo Piglia: Un Personaje Central en la Literatura Argentina

La literatura argentina ha sido marcada por el influjo de múltiples figuras icónicas a lo largo de los siglos, pero pocos han dejado una huella tan impactante como Ricardo Piglia. Su vida y obra son el centro del libro “Ricardo Piglia, La Intemperie” del escritor y editor Mauro Liberté, publicado por la editorial chilena Ediciones Universidad Diego Portales. Este minucioso trabajo no solo traza el recorrido del autor de “Respiración Artificial”, sino que también ofrece una mirada profunda y documentada a una de las mentes más influyentes de la literatura argentina contemporánea.



Un Hombre Versátil y Multifacético

Piglia, descrito por Liberté como “alguien que influyó en la literatura argentina del último medio siglo” y un “crack absoluto”, fue mucho más que un simple novelista. Su influencia se extiende a múltiples roles: escritor, divulgador, docente, ensayista y director de colecciones editoriales. Enseñó en los Estados Unidos y ganó reconocidos premios, entre ellos el controversial Premio Planeta. En palabras de Liberté, Piglia es “un personaje que atraviesa los últimos 40, por no decir 50 años de literatura argentina,” y fue central en los debates y polémicas literarias de su tiempo.

El impacto de su trabajo como docente y ensayista no puede ser subestimado. Liberté recuerda cómo, ya hacia el año 2003, “el canon central de lo que era el recorrido, el caminito de la literatura argentina que se estudiaba en Poin, era el que Piglia había armado.” Este camino post-Borges fue, y sigue siendo, vital para entender la evolución de la literatura argentina.

Encuentros y Recuerdos

A lo largo de la entrevista, Liberté comparte recuerdos personales de su flamante trabajo. La relación de Liberté con Piglia no fue íntima, pero sí significativa. Recuerda con particular cariño una entrevista en la calle Marcelote de Alvear, donde Piglia “comía uvas durante toda la entrevista,” un detalle que pareciera intrascendente, pero que adquirió una densidad retrospectiva, ya que fue “justo antes de que a él le diagnosticaran su enfermedad”.

Estos momentos destacan no solo la figura pública de Piglia, sino también sus pequeños hábitos y características personales, humanizándolo y acercándolo más a los lectores. Liberté también menciona otra interacción con Piglia, en un taxi después de un congreso en Santa Fe, donde el autor habló sobre cómo el género policial había cambiado debido a la incorporación de los teléfonos celulares. Cada palabra era “como si estuviera improvisando un ensayo perfecto sobre el policial,” y Liberté no pudo evitar grabar clandestinamente la conversación, revelando el genio espontáneo que era Piglia.

La Revisión de la Tradición Literaria Argentina

Uno de los aspectos más fascinantes del trabajo de Piglia fue su capacidad para revisar y reflexionar sobre la tradición literaria argentina. Liberté comenta que “es un hombre que revisa la tradición literaria argentina, e incluso crea, si se quiere, de algún modo, a su manera, un nuevo canon.” Este nuevo canon post-Borges no solo incluyó figuras relevantes, sino que también generó una discusión compleja con contemporáneos como César Aira.

La controvertida y rica discusión entre los universos de Piglia y Aira planteaba una cuestión central: “¿quién arma, qué es la literatura argentina después de Borges, cuáles son los autores centrales y quién va a definir ese canon?” Aira, en cierto sentido, armó un contra-canon, mientras Piglia terminó construyendo lo que podría llamarse el canon mainstream o incluso oficial.

La Vida Privada y Profesional de Piglia

Al ser consultado sobre la vida privada de Piglia, Liberté no duda en expresar su fascinación: “me gustan mucho las vidas privadas en general y las vidas de los escritores en particular.” Este interés lo llevó a incluir detalles significativos, como el momento en que Piglia, a los 16 años, se movió de Adero Bay a Mar del Plata, comenzando a escribir lo que sería su gran libro póstumo, su diario. Liberté destaca la fortaleza de Piglia, quien continuó trabajando incluso después de ser diagnosticado con esclerosis lateral amiotrófica, usando un sistema de escritura asistida con los ojos.

La vida de Piglia es un mosaico de anécdotas y mitos, algunos de los cuales él mismo creó. “Piglia va tendiendo trampas,” dice Liberté, refiriéndose a cómo el autor habló de su vida en sus diarios, que tituló como los diarios de Emilio Renzi, un alter ego. Esta fusión de realidad y ficción refleja la complejidad de su obra y su habilidad para mantener siempre una pizca de misterio.

Herencia Intelectual y Literaria

La influencia de Piglia no se limita solo a su tiempo. Liberté menciona cómo figuras contemporáneas como Martín Cohen y Alan Pauls pueden considerarse continuadores intelectuales de Piglia, más que imitadores de su ficción. Mientras Cohen destaca como docente y participante en el debate público, Pauls mantiene la línea de intervención intelectual.

Aunque Liberté reconoce que “no soy tan fan de sus novelas,” valora enormemente su trabajo como ensayista, una figura cálida y reflexiva. El Piglia ensayista, profesor y orador es quizás el que dejó una huella más duradera en la literatura argentina del siglo XXI.

“Ricardo Piglia, La Intemperie” de Mauro Liberté se presenta como una obra imprescindible para cualquier aficionado a la literatura argentina. Con una narrativa fluida y profundamente documentada, Liberté nos muestra a un Ricardo Piglia multifacético y auténtico, cuyas contribuciones como escritor, docente y crítico han dejado una marca indeleble en la tradición literaria del país. En cada página, Liberté logra traer a la vida a un hombre cuya influencia va más allá de sus escritos, transformando debates y estructuras literarias y culturales contemporáneas.