Luciano Lamberti aborda los horrores de la dictadura argentina con una historia que resuena en lo más profundo de lo humano.
La nueva novela de Luciano Lamberti, “Para hechizar a un cazador”, editada por Alfaguara bajo el sello de Penguin Random House, no es simplemente un libro más en el basto universo literario. Este texto, que le ha valido el Premio Clarín de Novela 2023, es un viaje intenso y desafiante que nos sumerge en los horrores de la dictadura argentina a través de los ojos de una joven fotógrafa llamada Julia.
La historia comienza con Julia encontrando a una anciana que le revela que es su abuela, hecho que es impactante y marca un punto de partida para un viaje personal y emocional. La novela se instala en un fondo tan sensible como inescapable: los nietos desaparecidos durante la dictadura. Lamberti, quien además de escribir es un reconocido tallerista y guionista, se ha destacado por su capacidad de entrelazar elementos reales con toques de ficción que los llevan más allá de la historia conocida.
El mismo Luciano relató que inicialmente, “no era un libro sobre la dictadura, era un libro sobre unos padres que querían resucitar a su hijo y apareció la dictadura como telón de fondo”. Esto demuestra la capacidad del autor para transformar y evolucionar su obra. En sus propias palabras, “el cine no es un pedazo de vida sino un pedazo de torta”, capturando la esencia de cómo debe contarse una historia de manera efectiva. Para Lamberti, “contar la vida como es, es un embole”, una perspectiva que sin duda se refleja en la innovadora estructura y contenido de su novela.
“Para hechizar a un cazador” no es una obra que se resuelva en sus primeras páginas. De hecho, la sensación de que una historia completa se desarrolla justo en el inicio solo para llevar al lector a una travesía literaria de 400 páginas es una prueba del dominio y la maestría del autor. Los personajes, especialmente la abuela Griselda, están construidos con detalles que desafían los estereotipos. Una abuela que maneja una camioneta y fuma todo el tiempo no es precisamente la imagen típica, lo cual añade capas de complejidad y autenticidad a la narrativa.
Un elemento notable de la novela es su componente de terror. Luciano reconoce abiertamente la influencia de autores como Stephen King, aseverando que “el miedo a que mueran tus hijos cuando eres padre es el miedo”. Este temor se plasma en la trama, donde la resurrección de un niño se convierte en un eje central, una idea brotada de cuentos como “La pata del mono” de W.W. Jacobs, que a su vez inspiró obras como “Cementerio de animales” de King.
El autor señala que su aproximación al terror está informada por “trabajar los puntos álgidos de la historia y de la sociedad”, una técnica que también es adoptada por otros escritores contemporáneos del género, como Mariana Enriquez. Esto refuerza la idea de usar el terror como un espejo para reflejar y examinar los miedos profundos y las heridas de la sociedad argentina.
Lamberti también apunta que la estructura de la obra evolucionó significativamente durante su escritura, creciendo y ramificándose “después de 14.000 reescrituras y de pensarla mucho”. Esta evolución es evidente en la complejidad y profundidad de la narrativa, que desafía al lector a seguir adentrándose en sus páginas.
El feedback que el autor ha recibido ha sido revelador. Aunque algunos lectores han devorado el libro en pocos días, algo que “le angustia un poco” porque “yo tardé un montón de tiempo en escribirla”, sin duda es un testimonio del poder de su narración. Luciano menciona que aunque las primeras devoluciones suelen venir de amigos y personas cercanas, “la verdad está en Goodreads”, ya que los usuarios de estas plataformas no suelen tener un vínculo personal con el autor.
Hablar de la novela sin comentar la impresionante portada de Ornella Posetti, una obra que Luciano destaca con entusiasmo, sería un error. La tapa captura no solo elementos significativos de la novela sino su espíritu, estableciendo un preludio visual perfecto a la rica prosa de Lamberti.
Dentro de la narrativa, encontramos un capítulo surrealista titulado “Hotel La Perla”, donde el autor juega con las expectativas y el conocimiento previo del lector sobre los centros clandestinos de detención durante la dictadura. Este enfoque provocador muestra un lugar de horror transformado en un espacio ilusorio donde “la gente la pasa bien, hacen juegos, aprenden literatura”. Este contraste entre la realidad y la ficción extrema subraya la habilidad de Lamberti para manejar temas serios con una creatividad desbordante.
Además, la obra tiene una conexión profunda con el paisaje rural y la vida en el campo. Luciano, nacido en San Francisco, Córdoba, señala que trabajar el terror desde entornos rurales le parece “mucho más interesante, sobre todo porque tengo la idea de que la gente del interior todavía puede tener secretos”. Este escenario añade una capa auténtica y rica a la obra, enmarcando el horror en un contexto más íntimo y familiar.
La novela también abre una ventana a la dinámica de los pueblos pequeños, la complicidad, las relaciones de poder y las tensiones subyacentes, evocando una experiencia de vida y una visión del mundo que añade un peso emocional significativo a la historia de Julia y su abuela.
Lamberti está constantemente escribiendo y, actualmente, está trabajando en una novela a cuatro manos con el escritor Sergio Aguirre, una obra dirigida a un público juvenil que explora temas de terror y casas encantadas. Esta colaboración demuestra su versatilidad y su pasión continua por la escritura.
“Para hechizar a un cazador” es una narrativa cautivadora y desafiante que no teme explorar los rincones oscuros de la historia y de la psique humana. Lamberti ha creado una obra que mezcla realidad y ficción de manera maestra, ofreciendo una experiencia de lectura que resuena más allá de sus 400 páginas. Es un testimonio de su habilidad como narrador y de su capacidad para transformar lo ordinario en algo extraordinariamente profundo.