3.000 granadas, hallazgo explosivo en el microcentro porteño

3.000 granadas, hallazgo explosivo en el microcentro porteño

Tras un operativo llevado a cabo en pleno centro de la ciudad, la justicia argentina se encuentra en plena investigación para dar con el origen de un inusitado y peligroso arsenal.





El microcentro de Buenos Aires se convirtió en el escenario de una alarmante operación policial que ha captado la atención de las autoridades. En un local comercial dedicado a la venta de artículos de camping, ubicado en la intersección de las calles Hipólito Yrigoyen, entre Salta y Lima, fueron encontradas nada menos que 3.000 granadas, desatando una inmediata y profunda investigación judicial.



La pesquisa está bajo la responsabilidad de la jueza federal María Eugenia Capuchetti y el fiscal Guillermo Mari Juan. El equipo judicial actuó rápidamente después del “secuestro de una importante cantidad de municiones durante un operativo”. El local en cuestión funcionaba aparentemente como una tienda más de artículos recreativos y de camping, pero albergaba un peligroso secreto en su subsuelo.



El hallazgo se dio en el marco de una investigación iniciada tras detectar un comportamiento sospechoso en una plataforma de compra y venta en internet. Un hombre había intentado adquirir “vainas y un mortero”, lo que alarmó a las autoridades. Al ser detenido, este individuo decidió colaborar dando la dirección del comercio donde había estado comprando armamento. Esto llevó al allanamiento del local en el microcentro.



La posibilidad de que algunas de las 3.000 granadas estuvieran activas encendió aún más las alertas. La justicia, en coordinación con una brigada especializada de explosivos del Registro Nacional de Armas de la República Argentina (RENAR) y Bomberos de la Ciudad, procedió a ejecutar un dispositivo de “extracción y análisis” para garantizar la seguridad de la operación. Las acciones ejecutadas in situ buscaron neutralizar cualquier riesgo inmediato y recopilar pruebas fundamentales para la causa.



Tras asegurar el perímetro y garantizar que no existía peligro de detonación, el equipo especialista se adentró al análisis minucioso del material encontrado. Además de las granadas, también se hallaron otras municiones y armamento diverso en el subsuelo del comercio. Este descubrimiento amplía el campo de investigación y plantea nuevas interrogantes en torno a la procedencia y posibles destinos de este arsenal.



La justicia ahora no solo se aboca a esclarecer el origen de las 3.000 granadas, sino también a rastrear la red detrás del distribuidor y los potenciales compradores de semejante cantidad de armamento. Cada pieza de evidencia puede ser crucial para desbaratar una cadena de comercialización clandestina que amenaza con tener ramificaciones más extensas de lo inicialmente pensado.



La presencia de tal cantidad de explosivos en pleno centro porteño subraya las falencias en los controles de seguridad y abre un debate sobre los canales de distribución ilegal de armamento en la ciudad. El local descubierto, disfrazado de negocio de camping, operaba bajo una fachada engañosa, lo que hace reflexionar sobre cuán infiltrada puede estar la venta ilegal de armas en otros sectores comerciales de aparente legitimidad.



Tras la detención inicial y el allanamiento, se esperan más arrestos y operativos en las próximas semanas a medida que la justicia desentrañe la red involucrada. La colaboración ciudadana y el uso de tecnología de rastreo en plataformas de compra han sido claves en la detección y abordaje de este caso tan sensible y peligroso.



Las autoridades han llamado a la calma y la colaboración de la comunidad, instando a denunciar cualquier actividad sospechosa que puedan observar en relación con la venta de artículos bélicos o cualquier otro material ilegal. La vigilancia y cooperación son cruciales para evitar que casos como este se multipliquen y para garantizar la seguridad de todos los ciudadanos.



En paralelo, se está analizando la posibilidad de que este armamento tenga conexiones con otros delitos de mayor envergadura, como el narcotráfico o el terrorismo, elevando la gravedad del caso. La magnitud del hallazgo no solo representa un riesgo directo sino también potenciales implicaciones en el plano del crimen organizado.



El despliegue de la brigada de explosivos y las acciones judiciales subsiguientes demuestran un compromiso firme por parte de las autoridades en desmantelar estas actividades ilícitas. Sin embargo, la presencia de tal cantidad de arsenal en el corazón de Buenos Aires es una llamada de atención urgente sobre la necesidad de reforzar los mecanismos de control y prevención en el comercio de cualquier tipo de armamento.



La investigación continúa y promete sacar a la luz detalles impactantes sobre la operativa y logística de este comercio ilegal. Con la mirada atenta de la sociedad y el rigor de la justicia, se espera que los responsables reciban la sanción que corresponde y se prevengan futuros suceso semejantes, asegurando la paz y seguridad en la ciudad.